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La gente iba acomodándose para esperar el debut de la selección argentina. Del mismo modo se disponía los periodistas, algunos, los de la trasmisiones radiales, estaban desde antes. El Polideportivo se iba vistiendo cuando las preguntas invadían a los concurrentes ¿El homenaje a Leo Gutiérrez será antes o después del juego? ¿Quizás en el entretiempo?

Seguramente nadie imaginó lo que momentos después ocurriría. El equipo nacional estaba en su mejor momento, que fue el tercer cuarto, donde aniquiló a Uruguay con una efectividad asombrosa. A falta de 2:20 para el final del mismo Sergio Hernández ordena un cambio, pero nadie desde el banco se paraba para ingresar. Allí, el locutor anunció que: con la número diez, el que pisaría el flotante no era otro que Leonardo Gutiérrez, con toda su historia encima.

Con una sensación de confusión, sorpresa y alegría, el Polideportivo entero comenzó a aplaudir intuyendo que el momento tan anunciado había llegado. Así fue que Gutiérrez hizo su ingreso saliendo desde el vestuario local directo al campo para diputar los minutos finales del cuarto. Como no podía ser de otra manera, un grande de nuestro básquetbol se retira de la sección jugando.

Lo que haya pasado dentro de la cancha en ese lapso de tiempo es completamente anecdótico. La fiesta continuó cuando la chicharra le puso fin al segmento. Allí, ya sin poder contener sus lágrimas, el multicampeón de la Liga Nacional recibió los aplausos desde los cuatro costados del Poli, de un público que se fundió en un solo grito de emoción y respeto.

El plantel completo, de pie, junto con Sergio Hernández le acercando un muy lindo recuerdo: Su camiseta número diez enmarcada para la eternidad. En ella se encuentran el oro de Atenas, el bronce de Beijing y la plata de Indianápolis. En total fueron 125 partidos oficiales con la celeste y blanca con 958 puntos en su haber. A los 37 años, Leo Gutiérrez le dijo adiós a la selección.

Foto: Majo Gil (@MajoPick)

Sebastián Ciano
Twitter: @Seba_Ciano