El conjunto que dirige Sergio Hernández pudo gritar campeón en el cuadrangular amistoso que se desarrolló en Tecnópolis tras vencer a Brasil, también conducido por un argentino, por 82-68. En primer turno, México se quedó con el tercer puesto.
Autor:Lucas Barreña (especial para www.pickandroll.com.ar)
La preparación de cara al preolímpico de México está cada vez más cerca de finalizar. Y el seleccionado argentino se pone a punto con amistosos y torneos para desafiar al resto de los participantes que también batallarán en tierras aztecas por un lugar en los Juegos Olímpicos de Río 2016.
Esta vez, pudo levantar el trofeo y consolidarse en un torneo con rivales que se nivelaron y no sacaron todo su potencial. Sin embargo, luego de que Venezuela sea la primera víctima de Argentina, en la jornada del viernes, el sábado a la noche el clásico sudamericano se inclinó nuevamente para la celeste y blanca, justo en la final.
El quintento inicial fue el siguiente; Campazzo, Safar, Nocioni, Scola y Delía fueron los que salieron desde el arranque con una peculiar remera negra con mangas. Pero la diferencia no la marcó la indumentaria, sino quienes las lucían.
Igualmente, el inicio no fue del todo favorable para la selección. Lento para capturar los rebotes defensivos y con un bajísimo porcentaje de efectividad en los primeros minutos, veía con desatención cómo Brasil hacía circular el balón en terreno contrario. Aunque los minutos pasaron y el nivel argentino empezó a aparecer.
La velocidad de Campazzo que generaba espacios para la libertad de sus compañeros, más el segundo triple de la noche de Nocioni, dejaban a los locales por primera vez en frente con el marcador 13-12, para mantener un liderazgo que no se les escaparía en el global. El resto del cuarto tuvo como gran protagonista al capitán Scola, que con su juego en la pintura y amagues, mareó a la defensa brasileña, siendo vital para mantener el mando del resultado, hasta terminar el período ganando por 19-17, luego de que Laprovittola entre en bandeja cruzando por todos los defensores de blanco.
El reinicio del segundo cuarto volvió a ser un problema para Argentina: Evandro Ramos anotó cinco puntos al hilo para dar vuelta la serie (19-22). Pero Argentina nuevamente supo revertir la situación y escapó del mal momento en un cuarto incómodo y cortado, con muchos puntos desde la línea de libres y faltas por doquier. Justamente después de un tiro libre, Luifa anotó dos puntos más en su cuenta personal con una volcada que levantó al público de sus asientos para adelantar a la blanquiceleste por 24-22.
Párrafo aparte para el gran período de Mailnoldi, que con mucho juego dentro y fuera del área se ganó el respaldo del técnico para poder ser una alternativa en el banco. Un triple de él, seguido por otro de Laprovittola, marcaban la máxima hasta el momento del partido (33-26), en una mitad que cerraría, además de con un inspirado Lima ventajoso en la pintura, con un 37-34 a favor del local, luego de que el ala-pívot campeón con Quimsa fallase un tiro de tres puntos.
Con un receso que continúo con la conducción de Leo Montero y una serie de juegos con el público, el verdadero juego de básquet volvió a arrancar. El cuadrangular entraba en su último tiempo y el campeón estaba cada vez más cerca de alzar el trofeo.
Campazzo volvió hecho un demonio de Tasmania. Un arranque brutal del cordobés, que parecía no cansarse de correr, anotar y administrar balones cómodos a sus compañeros. Un fuera de serie que cada vez iba demostrando más su carácter. Sin embargo, la diferencia que supo ser de nueve, empezó a achicarse por el bajo porcentaje de efectividad argentino, que se contradecía con el de los dirgidos por Magnano.
Pero hasta que el resultado llegó al 46-42, no se scaron más diferencias que esas cuatro unidades. Apenas un triple de Ramos, de excepcional actuación en el bando carioca, que puso a los suyos a tiro del resultado, aunque el Chapu, a falta de cincuenta segundos, le devolvió el triple para que la diferencia no se les escape. De hecho, el cierre del tecer cuarto tuvo algo más; un jugadón de Facu Campazzo que se coló por la defensa brasileña para sentenciar de bandeja y mandar el encuentro al último cuarto con su selección arriba por 59-53.
Ya en el período decisivo, el ex Peñarol decidió demostrar que lo anterior no fue casualidad: bien de entrada, provocó una jugada similar a la del cierre del tercer cuarto, pero esta vez con falta. Dos y uno para el nuevo jugador del Murcia español, que se siguió guardando al público en el bolsillo con encares, amagues, robos y un dribbleo excepcional.
Sin embargo, el gran centro de la noche estuvo en Luifa, el gran capitán argentino, el más aplaudido en la presentación, que a sus 35 años no se cansa de mostrar jerarquía; engaña en la pintura, lucha, va al golpe, deja el alma por un rebote y hasta anota de tres, provocando el estallido de un público que parece haberle visto todo bien a Scola. Pero, si querían más, lo tuvieron; un pase de fútbol americano de aro a aro en los últimos segundos para que Lapro defina en bandeja.
Argentina ganó más que un partido, más que un título. Argentina ganó confianza. Hoy es un equipo fuerte que le puede batallar a cualquier otro y pelear un puesto para los Juegos Olímpicos. Hoy Argentina, pese al MVP a Scola, el trofeo a la jugada más veloz a Campazzo, los triples de Nocioni o el trofeo que levantaron todos juntos, ganó respeto. Ahora deberá demostrarlo en la cita mexicana, pero se nota que este equipo deja hasta El Alma para representarnos.
SÍNTESIS:
Argentina (82): Facundo Campazzo 11, Selem Safar 8, Andrés Nocioni 20, Luis Scola 20, Marcos Delía 6 (FI). Juan Manuel Torres 2, Nicolás Aguirre 0, Pablo Espinoza 0, Leonardo Mainoldi 5, Nicolás Ricchoti 0, Patricio Garino 2, Nicolás Laprovittola 8. DT: Sergio Hernández.
Brasil (68): Ricardo Fischer 15, Augusto Lima 10, Leonardo Siomes Meindl 3, Rafael Mineiro 9, Marcus Vinicius Viera 11 (FI). Evandro Ramos 5, Danilo Siqueira 0, Olivinha Nascimiento 5, Guilherme Giovannoni 0, Joao Paulo Batista 8, Marcus Toledo 2. DT: Rubén Magnano.
Cuartos: 19-17, 37-34, 59-53.
Árbitros: Daniel Rodrigo, Fabricio Vito y Diego Rougier.
Estadio: Tecnópolis (Buenos Aires).
Lucas Barreña
En Twitter @LucasBarrena
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»Roberto16/08/2015 06:05
¿Ya cambiamos de técnico? Mejor.....agarró un desocupado crónico. Lástima que no va a tener los campus para descubrir talentos como ha hecho en todos estos años!!!!! Los que tan-lentos son Uds. muchachos......... cariños