Puerto Rico no aprende más. Siguen jugando al basquet individualista y vago al que jugaban cuando tenían a Piculín Ortíz, Mincy o Carlos Arroyo, con la diferencia de que ahora no los tienen (ni tampoco jugadores equivalentes, con todo respeto). Siempre jugaron a correr desordenadamente, con mínimo juego colectivo; o peor, cuando no pueden contraatacar, tira el que tiene la pelota o se la juega uno contra uno aunque la situación no sea favorable. No juegan rápido, juegan apurados que no es lo mismo; y ni hablar de la defensa a media máquina que ya es marca de la casa. Si Puerto Rico no cambia su forma de jugar (y de concebir) el basquet, se van a transformar definitivamente en una selección de segundo orden. Es mi opinión y por supuesto puedo estar equivocado, pero creo que es así. Saludos.