Me lleve el chanfle

Ya no quedan invictos en el preolímpico. Argentina cayó ante México por 95 a 83 y finalizó segunda en la tabla de posiciones, detrás de Canadá, por lo que deberá enfrentar a los locales en el vital enfrentamiento de semifinales por un boleto a Río 2016.

El equipo dirigido por Sergio Hernández tuvo matices durante la primera mitad, pero en el tercer cuarto jugó su mejor básquetbol. No obstante, con un Ayón descomunal y un parcial final de 17-0, México se terminó quedando con un partido emocionante.

Argentina mostró dos caras durante el primer tiempo, que terminó a favor de los mexicanos por 45 a 42. En el primer cuarto, tanto los de Hernández como el local se batieron a un duelo ofensivo. Ninguna de las dos defensas lograron hacerse protagonistas.

Scola comenzó inspiradísimo, como si las casi quince mil almas que colmaron el Palacio de los Deportes fueran mudas. De la mano de su capitán, que comenzó cinco de cinco de cancha, Argentina se adelantaba 10-9 promediando el primer cuarto. Una vez más la mejor cara de la selección estaba delante, ya que en defensa no podía cerrarle los caminos a su rival.

México no solo tenía a Ayón como pilar ofensivo a la hora de anotar (9 tantos, 4/5 de cancha); el pivot le daba más que puntos a su equipo. Fue el faro de cada ataque, que siempre se dirigió hacia él estando espaldas al aro. La defensa de Delía no era mala en el mano a mano, el problema –como conjunto – estaba cuando el de Real Madrid generaba espacios, pasaba la bola a sus compañeros y cortaba hacia el canasto ante una penetración perimetral. De todas formas, Argentina le permitió a México solo tres puntos en los últimos 2:23 minutos y se fue al segundo cuarto con la máxima ventaja de 26-20.

Pero el siguiente período fue muy diferente. Las facilidades que Argentina encontraba en el costado ofensivo ya no existían, comenzó a perder balones (6 en el cuarto) y se volvió desprolijo. México supo aprovechar el momento de desconcierto de la selección, metió un parcial de 8-0 y tomó la delantera 34-28, con 5:20 en el reloj.

Jorge Gutiérrez se metió en el partido (8), Stoll también aportó desde el banco (5) y a la Argentina comenzó a hacérsele cuesta arriba el trámite. Los aztecas encestaron tres triples en el cuarto.

Hernández formó la doble base, y pareció darle réditos. Laprovíttola clavó dos triples consecutivos para darle aire al equipo (38-38), que continuó teniendo problemas en defensa. Un par de fallos arbitrales dudosos (que incluyó un técnico a Chapu) hicieron que México sostuviera una mínima ventaja, mientras que Argentina lo hizo con la reaparición de Scola (17 en el primer tiempo).

En el tercer cuarto Argentina jugó su mejor básquetbol del torneo. Fue un verdadero festival del equipo del Oveja, que ganó el período 30 a 14. De la mano de Facundo Campazzo y Andrés Nocioni, y con Scola sentado en el banco con tres faltas, la selección hizo un monólogo. Pudo clausurar la pintura para que Ayón no tuviera esos espacios que aprovechaba en el primer tiempo, ni tampoco Cruz y Gutiérrez para penetrar. Así, México jugó más forzado y perdió 4 pelotas, que se pudieron transformar en 9 puntos.

Adelante, Campazzo se adueñó del partido, penetrando y anotando. Se mostraba imparable para el perímetro local: marcó sus 11 puntos, repartió 3 asistencias y tomó 1 rebote. Chapu, mientras tanto, tomó la lanza y sumó 9 de los 19 tantos, siendo un verdadero bastión basquetbolístico y anímico.

Oveja también había iniciado el complemento con la doble base, lo que le dio orden y criterio al equipo; así Argentina tuvo un 55.5% de cancha (10/18), mientras que al otro costado dejó a los Aztecas en 6/15, y sin poder anotar de larga distancia (0/4), una de sus principales armas (35.2% de promedio).

Lamentablemente para Argentina, en el último cuarto comenzó una nueva historia, que perteneció de principio a fin a los locales. Todo lo bueno que se construyó en los primeros diez minutos del complemento no pudo sostenerse. La selección mostró una cara completamente diferente en ambos costados de la cancha, lo que no puede llamarse casualidad. Cuando México comenzó con parcial de 8-0 (67-72), la selección perdió la cabeza, se desordenó en su propio aro y ese estado lo trasladó al ataque, donde claudicó y lanzó 4/17 de cancha.

Francisco Cruz fue vital para la victoria. Terminó con 21 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, pero además resultó determinante durante el último cuarto; con 9 puntos y 3 asistencias de su autoría encabezó la gran remontada mexicana, que derivó en ventaja de 85-83 a 2:22 del final. Otro que también se cargó con el equipo fue Jorge Gutiérrez, autor de 23 tantos.

A partir de ese momento Argentina dejó de encestar. México cerró el partido con un parcial devastador de 17-0 gracias a “Paco” y a un Ayón descomunal: 16 puntos y 5 rebotes para terminar con 38 y 14, más 4 asistencias y 4 tapas. Al margen de sus números, el pivot fue el eje de los de Valdeolmillos, un faro en la pintura que generó juegos de todas las maneras posibles.

Scola no estuvo fino en el último cuarto (2/6) y la selección se volvió cada vez menos cerebral y más emocional. El control se había perdido, y remontar desde esa situación anímica fue imposible.

Con éste resultado, Canadá quedó primero, por lo que Argentina volverá a verse las caras ante México el próximo viernes (22.30) en el choque por el pasaje a los Juegos Olímpicos de Río. Esa será otra historia.

Planilla oficial

México (95): Jorge Gutiérrez 23, Francisco Cruz 21, Héctor Hernández 6, Juan Toscano 2, Gustavo Ayón 38 (FI). Paul Stoll 5, Marco Ramos 0, Gabriel Girón 0, Adrián Zamora 0. Dt: Sergio Valdeolmillos.

Argentina (95): Facundo Campazzo 11, Patricio Garino 10, Andrés Nocioni 19, Luis Scola 26 y Marcos Delía 3(FI). Nicolás Richotti 0, Nicolás Laprovíttola 11, Selem Safar 3, Leo Mainoldi 0, Patricio Garino 10, Tayavek Gallizzi 0. Dt: Sergio Hernández.

Árbitros: Juan García (ESP), Anthony Jordan (USA), Roberto Vázquez (PUR)

Estadio: Palacio de los Deportes

Sebastián Ciano (desde México)
Twitter: @Seba_Ciano