En un Staples Center extático, al grito de MVP, Kobe Bryant brilló en la victoria de los Lakers (10-41) ante Minnesota Timberwolves (14-36). El inagotable número 24 lideró a su equipo con 38 puntos, incluidos 7 triples, y se quedó con el triunfo por 119 a 115. De esta forma dio fin a la racha de 10 derrotas consecutivas. Wiggins, que tuvo que sufrir el duelo contra Bryant, se destacó con 30 puntos.
Autor:Agustín Cañete (especial para www.pickandroll.com.ar)
No se pudo concretar el duelo que todos esperaban: el último enfrentamiento entre Kobe Bryant y Kevin Garnett deberá buscarse en el tiempo, en aquel partido que los Wolves, como locales, vencieron a los angelinos en tiempo suplementario, la noche del 9 de diciembre del año pasado. Dos futuros jugadores del salón de la fama, que disputaron finales de liga y vieron a su rival coronarse campeón, se merecían un último encuentro, pero los problemas en las rodillas de Garnett impidieron que fuera de la partida.
Si bien el tiempo es tirano para todos, Bryant jugó como en aquellos duelos contra Boston: en 33 minutos de juego consiguió 38 puntos (10/21 en cancha, 7/11 en triples, 11/12 en libres), 5 rebotes y 5 asistencias. Wiggins, más atlético y veloz, no pudo detenerlo en los tiros cruciales de cierre del partido; la experiencia superó a la juventud. Kobe dio cátedra de cómo cerrar una victoria.
El trámite del juego fue errático. Minnesota comenzó con un alto porcentaje de cancha (superior al 50% tras el primer cuarto) pero con muchos errores de manejo, lo que permitió a los locales acercarse y tomar la delantera sobre el cierre del período. En el segundo, los Lakers encontraron su mejor versión, pudieron correr con eficiencia, cargaron la pintura con Randle y Bass, y sacaron provecho del tiro perimetral: Kobe, Russell y Clarkson no encontraban oposición ante el uno contra uno y anotaban a distancia. Así, los Lakers se fueron arriba 66 a 52.
Minnesota seguía pagando caro la falta de efectividad desde la línea de tres (4/17 en el partido), pero algunas apariciones de Muhammad y LaVine desde la banca fueron limando la diferencia. Los Angeles respondía a cada intento del rival con buena circulación del balón, desde el poste hacia el perímetro, para encontrar a un tirador abierto. La defensa de Minnesota, muy concentrada en la pintura, llegaba exigida a los lanzamientos y, en muchas ocasiones, esto generó demasiado roce (LA tiró 35 libres, 10 más que su rival).
El último cuarto abrió con una racha de 6-0 para los Timberwolves, que se acercaron a 5. La intensidad de la defensa provocó errores en los Lakers, que luego se transformaron en puntos desde la pintura por parte de Wiggins y Towns (elegido nuevamente novato del mes de la conferencia Oeste). Sin embargo, cuando su equipo lo necesitó, apareció la mano caliente de Kobe para liquidar el pleito: dos triples consecutivos y un doble en movimiento ante una defensa pegada de Wiggins tiraron por la borda cualquier esfuerzo del rival.
La racha se terminó, el duelo entre Garnett y Bryant no se concretó, pero pudimos disfrutar de un Kobe que, lejos de parecer difuso en el tiempo como una estrella apagada, aun no ha dado su última lección.
Sintesis
Los Ángeles (119): Clarkson 16, Williams 20, Bryant 38, Randle 15, Hibbert 2 (FI). Russell 18, Bass 6, Black 2, Young 2.
Minnesota (115): Rubio 10, Wiggins 30, Prince 6, Dieng 19, Towns 14 (FI). Muhammad 12, Payne 2, LaVine 14, Miller 2, Bjelica 0, Rudez 6.