Fin del sueño

A la celeste y blanca le costó el comienzo del cotejo, y a la postre lo terminó pagando. Si bien en defensa ajustó sobre la pintura para incomodar a Leuchanka, en el aro ajeno se mostró errático, fallando sus primeros ocho intentos al canasto, y tomándolos de media y larga distancia, sin llegar a ser punzantes.

Hasta el doble de Macarena Rosset sobre el promedio de ese primer capítulo, Argentina se vio abajo por nueve (0-9), y después del mismo, la historia no varió en demasía.

El elenco de Europa del este ajustó su ofensiva a los espacios dados por nuestras chicas, y facturó en consecuencia. Verameyenka aprovechó la circulación de balón (5 tantos en ese pasaje), y las bielorrusas llegaron a distanciarse por 17 sobre el cierre (3-20), dejando a las criollas con un pobre 1/14 de campo y cayendo en la lucha aérea por 15-7.

Las Gigantes iniciaron con otra actitud el segundo capítulo. Buscando ser la manija del equipo, Débora González rompió el molde penetrando con balón, y bajo esa vía, en apenas 30 segundos, nuestra selección consiguió la misma cantidad de puntos que en el segmento anterior.

De igual forma la bonanza de unidades no llegaría. Con un colchón de puntos razonable, el adversario hizo aparecer otras vías de anotación, que hasta la fecha no habían sido preponderantes.

Fue así como Likhtarovich sumó 7 en ese cuarto, y Snytsina la siguió con otros 6, sin necesidad que aparezcan en todo su esplendor las figuras de Harding y Leuchanka.

Del otro lado, y con más actitud que básquet, a la gesta iniciada por González la siguieron Agostina Burani y Macarena Rosset, las cuales buscaron darle un giro a una situación que se tornó cuesta arriba para la selección nacional.

Habiendo tirado un 5/30 de campo (4/16 en el segundo cuarto), Argentina se metió al descanso largo abajo por 30, 16-46.

Otra fue la actitud nacional al regresar de zona de vestuarios. Empujadas por el ímpetu de Celia Fiorotto, nuestras chicas salieron a quemar las naves, bajo una filosofía de posesiones cortas y presión todo el campo.

De esa forma establecieron un parcial de 8-2 (24-48) en los primeros dos minutos, que las envalentonó y despertó al buen número de espectadores que se dieron cita en La Trocardiére. Sin embargo, con el retorno del tándem Harding-Leuchanka, y una eficacia que no acompañó, las bielorrusas pudieron sortear el empellón criollo.

Pese a haber anotado 12 puntos en esos diez minutos (apenas 4 menos que en todo el primer tiempo), la celeste y blanca no pudo recortar la diferencia, y quedó de cara al acto final debajo por 39 unidades, 28-67.

El planteo para esos últimos diez minutos fue claro: seguir jugando. Las Gigantes continuaron presionando el balón, tratando en ataque de generar aclarados para tiros cómodos o rompimientos hacia el canasto.

Con la diferencia y el reloj de su lado, las europeas buscaron no caer en el ritmo que trataron de imponer las nuestras, pasándose el balón, consumiendo segundos y manteniendo como premisa que la pelota llegue a la pintura.

Al quebrar el periodo la brecha fue de 43 (32-75), acentuándose la rotación en el rival, pensando en su compromiso de mañana ante Corea.

Argentina siguió batallando sin mirar el tanteador, y con esa actitud finalizó el partido. El resultado final fue de 44-84, y con la derrota consumada, se esfumaron las últimas esperanzas de llegar por vez primera a un Juego Olímpico.

Síntesis

Argentina (44): Melisa Gretter 4, Macarena Rosset 9, Andrea Boquete 2, Diana Cabrera 0 y Gisela Vega 3 (inicial); Ornela Santana 0, Victoria Llorente 0, Andrea Boquete 2, Celia Fiorotto 5, Agostina Burani 11, Sandra Pavon 0 y Débora González 8. DT: Cristian Santander.

Bielorrusia (84): Snytsina 10, Likhtarovic 19, Verameyenka 9, Leuchanka 11 y Harding 6 (inicial); Papova 13, Ziuzkova 3, Troina 10, Trafimava 0, Anunfryienka 3, Malashka 0 y Rytsikava 0. DT: Buyalski.

Parciales: 3-20 / 16-46 / 28-67.
Árbitros: Bonner – Cici – Silva.
Estadio: La Trocardiére.

Foto: FIBA.com

Emanuel Niel
Prensa CABB

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