¿Gasto o inversión?

Anticipo al lector: soy un gran defensor desde el minuto cero de la Liga de Desarrollo y voy a ponerme del lado de la competencia, a pesar de haberme encontrado con muchas de las partes que no piensen igual. El problema es 100% monetario, si la entidad madre sufre de problemas financieros, es lógico que la liga de los juveniles que piden pista en la élite también lo sufra.

Vamos por parte, al momento de crearse la Liga de Desarrollo, los dirigentes asumieron participar de un torneo por tres temporadas y en dos campañas solamente están viendo lo negativo. En los partidos me he sorprendido al ver jugadores profesionales y entrenadores viendo con mucho entusiasmo los encuentros. ¿Por qué se quedaban a mirar los partidos? Y las respuestas de los jugadores fueron unánimes: “Si en mi época hubiera existido la Liga de Desarrollo, ¡todo lo que hubiera ganado como profesional!”. En tanto que los entrenadores no solamente estaban observando a sus jugadores de la cantera de su club o del rival, sino, iba más allá ya que el que dirigía a los chicos también estaba haciendo sus primeras armas en la mayoría de los casos a nivel semi-profesional (entrenadores que eran el tercer escalón de asistentes del plantel profesional).

Si para el jugador profesional y el entrenador de Liga este torneo es uno de los pasos más importantes que da la dirigencia en estos últimos tres años, ¿por qué para los mismos directivos esta liga no sirve o funciona pero es un gasto?

Los mismos dirigentes que creen que es un gasto aportar para que sus juveniles viajen y tengan un roce que no lo encuentran en su región, pero sienten que es inversión traer un jugador mayor que juega una sola temporada en su club y vale cinco veces más que ese gasto. Los viajes de un chico que lo tiene dentro de la casa y le puede dar nivel, jerarquía, experiencia, minutos e identidad con un contrato mucho más barato la temporada entrante.

Por eso se implora que alguna vez un dirigente en vez de discutir por cosas intangibles en los medios de comunicación, alce la voz en las reuniones de largas horas que muchas de ellas terminan en nada y luche por el crecimiento no sólo de este torneo, sino que además pueda encontrar en él un motivo para reglamentar la utilización de esos juveniles destacados al menos 10 minutos en cancha en vez de seguir contratando jugadores sobrevalorados y con edades que ya no coinciden con la exigencia del formato o extranjeros que los jóvenes no tienen nada que envidiarle.

Y ahí es culpa de los dirigentes, porque son ellos los primeros en contratar junto con el entrenador, pero ¿Cuántas veces presencian los entrenamientos del equipo de la liga? No digo que se pasen las cinco horas diarias de trabajo de un equipo, pero claramente si se toman un rato para observar como trabajan los juveniles en los entrenamientos, muchos están capacitados para disputar 10 minutos dentro de la cancha, pudiendo imprimir velocidad, presión, juventud y además, repito, identidad, algo que no muchos pudieron generar en los últimos años y eso solamente lo podés encontrar con los jugadores surgidos de tu casa.

¿Es gasto o inversión traer un base veterano que sume menos de cinco minutos cuando tenés un chico que dentro de la cancha revoluciona, anota, defiende y levanta al público como no lo puede hacer el nuevo contratado?

¿Por qué debería ser una obligación hacer jugar 10 minutos mínimo a un juvenil de mi equipo? Todos nos llenamos la boca hablando de Bahía Basket, una institución que marcó un camino en estos tres años. Pero la única manera que Whelan, Redivo, los dos Vaulet, Fernández, Fjellerup, Ramos, dejen de ser jugadores menores de 20 años que solamente paseen por el país para saltar a la cancha, equivocarse como se equivoca todo atleta o ¿los mayores no se equivocan?, es que jueguen. Es importante darse cuenta que en 56 partidos equivocándose seguramente ese jugador se potencie, en todas las formas posibles y la próxima temporada haciendo números, te podrás dar cuenta que ese juvenil, al tener rodaje, te va a dar más de lo que te puede dar un jugador que contratas muchas veces más caro que el jugador nacido con tus colores.

En esta línea de pensamientos ¿es un gasto o es una inversión la liga de desarrollo? ¿No será que el gasto está en otro lado, pero lo que te hacen creer es que los jugadores en los que tenes que gastar son la pérdida?.

Se puede hacer una gran lista de jugadores que esta temporada tendrían que tener minutos como parte de la rotación de un equipo profesional de liga. Así como sucedió esta campaña con Santiago Vaulet, Máximo Fjellerup, Juan Pablo Arengo, Javier Saiz, José Vildoza, Bruno Sansimoni, Genaro Lorio, Gastón García (hoy firmó contrato), Martín Delgado, Lucas Gargallo, entre otros.

Pero, podemos sumar muchos que se destacaron en esta campaña como Facundo Gago e Iván Gramajo dos joyas de un Lanús que sin explicación no fueron el motor de un equipo donde lo dirigía un entrenador que los conocía, Martín Delgado, Favio Vieta, Juan Cruz Oberto, Agustín Más Delfino, Facundo Vallejos, Santiago Cuelho, Lucio Delfino, Federico Giarrafa, Facundo Dellavalle, José Gerlero, Carlos Bénitez Gavilán, Laureano Zalio, Fernando Zurbriggen, Lautaro Berra, Guillermo Aliende, Lucas Gorosterrazu, Agustín Lecona, Gonzalo Romero, Jerónimo Ramírez Acevedo, Lisandro Fernández, Eric Flor, Axel Méndez, Tomás Ferreira, Emilio Vallejos, Máximiliano Robledo para nombrar jugadores que tienen potencial para tener rodaje y podrían encontrar su primer contrato profesional por tres, cuatro o cinco años para que los equipos de alto nivel no se roben las joyas, pero la exigencia debe ser 100% de los directivos de los clubes de común acuerdo en una reglamentación donde los entrenadores tampoco sientan esa presión de que deberán dejar el cargo por una derrota, tampoco se lo machacará por tener solamente 10 minutos en cancha a uno en cada club.

Jugadores hay, aunque si la mirada es de inversión seguramente habrá futuro en nuestra Liga Nacional, sino seguiremos con los problemas históricos y los sueldos de los mayores crecerá y crecerá.

Esta es una simple mirada de la Liga del futuro y de la Liga que quiero ver dentro de cinco años con jugadores que tengan su posibilidad en la cancha y no en el último asiento del banco de suplentes. Finalizando con el mito que el chico que es bueno va a jugar en algún momento, cambiándolo por los chicos se hacen dentro de la cancha, no mirando.

Fotos: laliganacional.com.ar

Flavio Ariel Ibarra
En Twitter @Flaviorocambole