Una semana después de la consagración de los Cavaliers como campeones de la NBA por primera vez en su historia, Kevin Love publicó en su cuenta de Instagram una foto con el alero junto a un texto de agradecimiento que explicó la importancia de tenerlo en el plantel
Autor:Lucas Barreña (especial para www.pickandroll.com.ar)
Siempre pasó inadvertido, generalmente fue suplente y no aportó demasiado dentro de la cancha. Así y todo, Jones conformó el róster del equipo campeón, que tomó revancha del año pasado y revirtió una serie que, para muchos, estaba perdida. Alzó por tercera vez el trofeo Larry O’Brien (previamente ganó dos con Miami Heat) y jugó las Finales por sexta vez consecutiva.
La historia detrás de la historia: el motivo por el que sumó su tercer anillo y no se bajó de las Finales desde el 2010. “Me gustaría homenajear al mejor compañero de equipo que jamás he tenido; James Jones, más conocido como ‘Champ’”, comenzó el epígrafe de Love en la red social, que continuó con lo heredado del #1: “Me enseñaste más que lo que piensas en los últimos dos años: qué hacer para ganar, cómo ser un mejor compañero de equipo, cómo hacer un balance de lo bueno y malo fuera del campo de juego y, lo más importante, poniendo primero al equipo”.
En estos últimos Playoffs, Jones participó en 12 partidos con un promedio de 4,6 minutos y un 20% de tiro de campo, que acompañó su escaso porcentaje de puntos por juego: 0,5. Su temporada regular tampoco fue demasiado buena: disputó 48 partidos y promedió 9,7 minutos con una media de 3,7 unidades.
Sin embargo, la importancia de JJ transcurrió por otro lado. “Has estado en seis Finales seguidas, has estado en constante presencia cuando nosotros te necesitamos en los vestuarios. Sos el último caballo de trabajo”, insistió el ex Minnesota Timberwolves, que remarcó nuevamente el legado que le dejó: “Las lecciones que me enseñaste estarán conmigo para el resto de mi carrera y para después del básquet”.
A los 35 años, Jones encontró su lugar en el mundo en Miami, pero su potencial fuera del campo se complementó con la incursión de LeBron James. Tras pasar por Pacers, Suns y Trail Blazers, en 2008 arribó a la franquicia de la Bahía de Florida y fue, dos años más tarde, con la llegada de “The King”, que el alero lo acompañó en el resto de las Finales jugadas hasta hoy, incluso lo escoltó en su vuelta a Cleveland en 2014.
“Uno no puede evitar las altas y bajas en los Playoffs, y cuando muchos me escribieron después de un difícil tramo en las Finales, vos y el equipo se me pegaron permitiendo que me florezca y haga jugadas cuando más importó”, disparó al final de su reconocimiento, previo al emotivo cierre que le dio: “Como vos me dijiste hace no mucho tiempo; 'No tengas miedo, sé tú mismo'. Gracias por todo. Sigues siendo ‘Champ’”.