(Opinión) El Alma está próximo a disputar un nuevo juego Olímpico, el cuarto en forma consecutiva. Los dirigidos por Sergio Hernández vienen de mostrar un muy buen nivel durante el Super 4, aunque a los amistosos siempre se los ponga en duda. Al menos desde lo exhibido, el equipo puede ilusionarse de cara a la gran cita.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.net)
Como cada vez que llega el final de un torneo, cualquiera sea su característica (largo corto, amistoso u oficial), el balance se impone por sobre todas las cosas. En el cuerpo técnico, el periodismo, los hinchas. Todos, de diferentes formas y en distinto niveles, hacemos un repaso lo sucedido alrededor de juego a través de un período de tiempo. Es inevitable.
Lo más fresco hoy por hoy es el Super 4 que acaba de terminar en tierras cordobesas, que significó el final de la etapa preparatoria y el preámbulo de los Juegos Olímpicos; Argentina ya se encuentra en Río, y debutará el próximo domingo (22.30hs) ante Nigeria.
Las sensaciones luego de ocho amistosos a la gran cita son satisfactorias. Como nunca antes - quizás - los partidos previos a un evento importante hayan sido tan buenos como estos últimos disputados en Córdoba, donde Argentina terminó invicta luego de derrotar a tres equipos de gran calibre como Serbia, Francia y Croacia.
El significado de todo esto es difícil de encontrar. Se trata de partidos que si bien son de enorme jerarquía, no dejan de ser amistosos y como tales nunca se muestra todo el mazo. Cada uno de los cuatro entrenadores realizó muchas variantes a través de los encuentros, algo que también hace pensar que los resultados quedan en un segundo plano pese a que a nadie le gusta regalar los partidos.
Es en este contexto entonces que el análisis no deja de ser alentador para nuestra selección, que evidenció variantes con respecto a su estilo histórico y revalidó viejas virtudes. Una de ellas, la defensa. Este equipo demostró que allí está la madre de todos sus triunfos, su leimotiv.
No importa qué tipo de partido se presente en Río, Argentina sabe que tiene que defender para ganar, cualquiera sea el rival que esté delante suyo. Durante el Super 4 defendió para 77 puntos, al tiempo que permitió un 43.5% en tiros de cancha en los tres partidos. El equipo de Sergio Hernández primero se hace fuerte en su propio aro, y luego desarrolla su juego.
Una de las situaciones a tener en cuenta con respecto al aspecto defensivo es el momento en el que Luis Scola juega como pivot. Aquí el equipo quizás recurra a una zona cuando el rival presente una formación alta, algo que el equipo ensayó en Córdoba. Asimismo la presencia de Patricio Garino (jugó solo ante Francia) será una pieza clave en defensa, capaz de marcar al “dos” o “tres” rival.
En lo que a las ofensivas respecta, Argentina vivió de sus altos porcentajes, pero por sobre todas las cosas del triple. El equipo está mostrando una faceta a la que tiempo atrás no recurría con tanta determinación. En total tomó 109 lanzamientos detrás de la media luna, y convirtió el 36.6% de ellos.
Esta forma de juego, inclusive lanzando triples a la carrera, provocó que Luis Scola no tenga tanto protagonismo. El gran capitán, emblema y líder dentro y fuera de la cancha, por primera vez en mucho tiempo no requiere tanto del balón, ni los ataques terminan siempre en sus manos. Durante el Super 4 tuvo una media de 8.7 puntos con 7 tiros efectuados por partido, cuando en el FIBA Américas de México promedió 21 y 15.1.
Para saber cuándo fue la última vez que el Luifa no llegó a los 10 tantos de media hay que remontarse al preolímpico de 2003, disputado en San Juan de Puerto Rico, certamen en el que promedió 9.5 puntos (7.1 tiros).
Y si de triples hablamos se vuelve insoslayable la figura de Calos Delfino. Como dijo Sasha Djordjevic, entrenador Serbio, “Delfino no está volviendo, ya regresó”. El Lancha es la gran (grata) sorpresa de Argentina desde las soluciones que brinda luego de su conocida inactividad. Es un arma de gol letal, que terminó con un descomunal 61.9% de larga distancia.
La disputa por quién se queda con el puesto del pivot todavía genera una incógnita, ya que Oveja prueba tanto con Delía como con Acuña, y ambos tuvieron un rendimiento parejo. En la base, mientras tanto, Facundo Campazzo y Nicolás Laprovíttola también alternaron la titularidad, aunque el ex Lanús le lleva esta vez una pequeña ventaja al base de Murcia ya que viene teniendo un muy buen rendimiento, que rubricó con 10.3 puntos, 5.3 asistencias y 2.3 rebotes por noche.
En otro orden, Andrés Nocioni viene siendo el mejor argentino desde que se enfrentaron por primera vez ante Nigeria, al tiempo que Emanuel Ginóbili disimula su falta de explosividad con pura calidad.
Se viene la última función de esta camada histórica que se convirtió en leyenda y ahora mantiene expectante a todo un país, sea amante o no del básquetbol. A partir del domingo los corazones volverán a latir esperado que ellos, una vez más, rieguen el país de alegría.
Me ha encantado la seleccion. Mi unico miedo, que se disimulo hasta aca.. es que vivimos del triple. No se si para bien o para mal, eso esta por verse, el SAS ultimo campeon vivio del triple tambien. Lo mismo con GSW este año, a pesar de caer.
Cuando a Argentina no le entre el triple no se que hara en ofensiva. Se mostro en el Mundial 2014 que Scola no puede ser salvador como en America, vs los rivales europeos. Ofensivamente no es el Scola del 2010 cuando metia 30 puntos noche si y noche tambien. Sigue siendo un animal, pero Argentina, mal que me pese, parece que va a vivir del triple. Y ahi, cuando éste no entre, es cuando mas tiene que poner en defensa.
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»German_DN03/08/2016 20:15
El tema está en la calidad de tiros que tomemos, no tanto si es delante o detrás de la linea de 3 puntos. Hoy en día, muchos equipos tienen sistemas para generar el tiempo y el espacio para tomar un buen tiro de 3 puntos (Argentina los tiene desde hace tiempo con el Oveja), y me parece que teniendo buenos tiradores como los que tenemos, es la estrategia adecuada ya que no tenemos internos que desequilibren en el uno contra uno (salvo Scola, pero sería desgastarlo mucho jugar para su uno contra uno contra internos mas grandes y fuertes que él). Yo tengo la teoría que la clave está en la decisión y la vehemencia con la que se ataque el aro en las penetraciones de los bases: ahí es donde podemos romper las defensas. Hay pocos bases que puedan defender bien a los nuestros; si Campazzo o Laprovittola atacan en aro con decision en busca de los 2 puntos, van a conseguir a) 2 puntos, b) faltas, c) ayudas que liberen al interno o espacio para los tiradores externos, o d) una tapa o un tiro errado. Tres de esas 4 opciones son favorables. Esa es la clave a mi criterio en ofensiva. Y en defensa, tratar de que el tiempo con Scola de 5 sea el menor posible.
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»Muy buen análisis04/08/2016 00:30
lo que generen nuestros bases y ayuda bases desde afuera, va a ser muy importante. Sea por las penetraciones de Facu, Nico o Manu; o por la terrible mano de Carlos. Ellos van a hacer mucho lugar para los demás y para nuestro juego. Creo que por eso, el oveja probó varias veces con el doble base, para tener piernas frescas poir afuera que molesten bastante al rival. Y ahí la tienen más fácil el Chapu/Pato, Luis/Mainoldi o Acuña/Delía.