Maracampazzo

Será muy fácil deshacerse en elogios y adjetivar esta demostración de fe que los jugadores argentinos transformaron en victoria. Lo difícil será despegarse de este partido, dejarlo atrás, pensar que fue uno más, que la vida sigue. Uno quiere que el tiempo se detenga acá y nada más ocurra. Que esto dure para siempre.

¿Saben cómo se graba para siempre un recuerdo? Cuando le memoria imprime un hecho junto a una emoción. La Generación Dorada nos regaló un largo camino de victorias en los últimos 15 años con títulos y medallas y de tanto en tanto sucede lo que pasó hoy. Un juego tan emotivo, donde el contexto es desfavorable y las circunstancias lo hacen peor, y aun así lo sacan adelante. Nocioni y Campazzo quedarán como los nombres propios de una victoria que pone a la Argentina 39-38 arriba en el historial FIBA de partidos entre sí.

La crónica del juego sucedió así: Argentina jugó dos partidos en el primer tiempo (producto de las decisiones de Brasil) y pudo lograr un muy buen primer cuarto y los peores 10 minutos que haya jugado en mucho tiempo.

Rubén Magnano apostó por incluir a Rafael Hettsheimeir en el inicial al lado de Nené mientras que Sergio Hernández resolvió salir con Scola como pivote y mandar a Garino de vuelta al quinteto titular.

La contención de Campazzo sobre Marcelinho Huertas fue pasando casi siempre detrás de las cortinas y no como seguidor para desafiar el tiro y evitar el juego de pick and roll con Nené. Más tarde, la defensa se plantó en zona y Marquinhos respondió con 1/2 desde el perímetro.

De todos modos la defensa Argentina estaba bien plantada, sacando de su eje a Brasil e imponiendo el ritmo del partido. Con Chapu Nocioni tirando 4/4 en triples la distancia se disparó 10 puntos arriba muy rápido (24-14).

“Chapu” salió a redimirse del juego anterior y la orden táctica era atacarlos rápido. Viendo que el juego se le iba muy temprano Magnano metió a Guilherme que llegó rápido con un triple (24-17). Después del tiempo muerto de “Oveja” entró Gabriel Deck y dos minutos más tarde Brasil se recostó en zona por eso apareció Delfino (por Deck) a bombardearla.

El primer cuarto cerró con una descomunal actuación defensiva de “Pato” Garino que además transformó en doble un recupero para cerrar 28-19 los primeros diez minutos con 5/9 en doble y 6/10 triples. Por su parte Brasil no hacía daño con apenas 1/5 en triples y sobre todo 6 perdidas.

De repente todo cambió en el segundo cuarto ¿Qué pasó?. Rubén Magnano salió a quemar las naves, cambió a todo el equipo pero no fue un simple cambio de “este x este”. Modificó la forma de juego y salieron tomar riesgos.

Primero apareció Raulzinho Neto para empezar a llevar el comando de las acciones y meter un parcial 7-0 de Brasil que lo acercó a 30-26. Hasta ahí Campazzo había tenido más dificultades con él que con Huertas.

Por eso Sergio Hernández decidió la entrada de Laprovíttola que según el propio técnico luego en rueda de prensa confirmó que no estaba para jugar. Pero el descanso de Campazzo no podía hacerlo otro que él, para también proteger a Manu Ginóbili del desgaste. Era un rompecabezas difícil de armar.

Y lamentablemente se notó que Laprovíttola no podía con su pie. Trató de ser cuidadoso pero no tenía velocidad ni reacción para penetrar, jugó todo solo para los costados y la selección perdió el ritmo ofensivo y se hizo previsible para la defensa brasileña.

Y mientras Argentina se desilachaba en ataque aparecieron los tiradores de Brasil en un modo sorprendente. Fueron decisivos tres jugadores: Alex (un triple y dos dobles) Vitor Benite (3 triples) y Guilherme (un triple) y Brasil pasó de perder 30-19 a ganar 35-42 con un parcial 5-23 que lo cortó Ginóbili con un libre.

Entre los riesgos que dijimos tomó Magnano decidió además jugar ese tramo con un doble Ala pivote (Guilherme con Augusto Lima) y todo le salió perfecto. Para una selección que tenía 72 puntos de promedio hacer 33 en un solo cuarto era una desproporción. Algo sumamente ilógico. Pero lo hizo y se fue ganando al descanso largo 44-52. Sin dudas el peor cuarto de Argentina en el torneo y en mucho tiempo.

Para el segundo tiempo el entrenador de Brasil decidió salir con Alex y Ghuilherme mientras que Argentina inició igual que cuando comenzó el partido tratando de volver a las fuentes. Y lo hizo bien con un doble de Campazzo y triple de Scola (49-52).

Pero fue un espejismo, Brasil recuperó rápido los 10 puntos de diferencia (49-59 parcial 0-7 de Brasil) para mantener a raya las espextativas argentinas. Y desde allí todo fue ponerle el hombro al partido y luchar. Bombas de Nocioni y Campazzo nos mantenían con vida (56-63) pero no mucho más.

Hubo un cambio clave en el tercer cuarto y fue la salida de Manu Ginóbili por Gabriel Deck que mejoró la defensa y aunque lo dejó muy solo a Nocioni en ataque (con algo de Campazzo ). Pero la clave fueron los ingreso de los relevos como Deck y Delia que trajeron en ese lapso un marco de estabilidad defensiva. El dueto Chapu y Facu nos lideraban en ataque para volver a tomar la delantera del juego 64-63 con parcial 15-4.

El cierre del tercer cuarto fue malo. Volvió Scola y solo se dedicó a cortinar sin que le pasen el balón en ataque mientras que en defensa no pudo meter la mano para contener el juego interior por sus tres faltas personales. Huertas y Nene lo buscaron de manera permanente y sacaron ventaja en el poste bajo (67-72)

Desde ahí llegaría la definición del partido dividido en tres actos: último cuarto y dos suplementarios. Para el tramo final “Oveja” apostó a los 4 referentes y Campazzo. Y comenzó bien con Ginóbili yendo para abajo (73-74). Pero un triple de Brasil en las manos de Rafael Hettsheimeir y luego doble tapa a Scola (73-77) le dieron aire a los locales.

Sergio Hernández entendió que no era el partido para Delfino y además la energía defensiva de Garino era clave para mandarlo nuevamente al “Pato” a la cancha. Llegó la cuarta falta de Campazzo (75-81 a falta de 4:00) y además sumando algunas equivocaciones por sus apuros.

Con Nené dominante en la pintura Brasil tomó 8 puntos (75-83) sacando además la 4ta falta de de Scola con solo 2:30 por jugar. ¿Qué podríamos hacer?. Lo que siempre nos enseñó esta selección: Tener fe. Confiar. Pensar en no rendirse jamás.

Llegaron dos libres de Campazzo (77-83) y un triple del propio Facu (80-83) a falta de 1:42. Por un minuto ninguno de los dos pudo convertir y a falta de 22 segundos Nené Hilario lo mandó a Facu a la línea de libres. Campazzo mete los dos (82-83) y en la jugada del cierre Manu se lo lleva puesto a Huerta que lo manda a la línea de libres.

El base brasileño mete los dos (82-85) y solo quedaban 21 segundos para terminar. Manu tomó el riesgo de empatarlo con un triple pero erró y cuando parecía que Alex se quedaba con el rebote del partido apareció volando Campazzo por atrás para atenazar el rebote, salir rápido y abrir para Nocioni. El chapu amagó de tres y se comió una patada (falta antideportiva) de Guilherme, pero Nocioni se olvidó de todo, incluso de sus tiros que no ingresaron en otros cierre y metió el triple del empate en 83 para irnos a suplementario (7/11 Chapu en triples hasta allí. Inmenso).

El primer suplementario empezó muy mal para Argentina, porque Nené Hilario lo fue a desafiar (con todo éxito) a Delia y sacó ventajas (86-91) que se ampliaron con un triple de Alex (88-94). Parecía que esta vez era imposible volver. Sin embargo cuando no está quebrado el sustento de la esperanza y se mantiene la llama encendida siempre se vuelve. Así lo dice la historia de la Generación Dorada.

Llegaron un doble de Campazzo y asistencia de Facu para otro triple de Nocioni, que estacionado en ataque en las puntas desarmó la defensa brasileña (93-94). Luego Marquinhos desde la línea de libres metió uno (93-95) y un doble de Campazzo a falta de 36 segundos puso el empate en 95. El último ataque de Brasil no entró (tiro de 3 de Neto) y con 14 segundos Ginóbili quiso cerrarlo él pero su doble quedó corto.

En el segundo suplementario la historia se dio vuelta. Demasiadas oportunidades perdió Brasil para poder cerrar el partido y Argentina no se lo perdonó. Dos triples seguidos de Campazzo (101-95) más un doble de Garino dispararon una diferencia de 8 para la albiceleste (103-95) a falta de 3:30.

Allí apareció en todo su esplendor Leandrinho Barbosa que había jugado poco pero tenía piernas frescas, Dos dobles y un triple de su marca achicaron la brecha, y un triple de Garino lo contestó con otro Leandrinho más un doble (106-105) a falta de 1:17.

Pero lo cierto es que cuando Brasil estuvo por debajo de la línea de Argentina en el tramo final no pudo darlo vuelta ni revertir la historia como si pudo Argentina dos veces. La línea de libres en el cierre fue testigo de cómo el juego se fue decantando para los nuestros, con Brasil Alex y Leandrinho errando y Campazzo metiendo simples, Delfino errando los dos del final pero un rebote ofensivo de oro de Manu con dos libres cerraron el resultado.

Más sufrido que jugado, más emocional que pensando. Así Argentina se quedó con un triunfo que le da la clasificación a los cruces de cuartos de final y puede ser desde 1ero a 4to, pero lo más importante lo logró, en otra épica actuación que se escribe con letras doradas en un libro que nos llena de orgullo.

Link al Boxscore oficial

Pablo Tosal
@pablotosal
foto: FIBA