El base de los Clippers será operado hoy debido a un tendón dañado en su pulgar derecho y tendrá entre seis y ocho semanas de recuperación. La lesión se dio durante el partido en el que su equipo venció a los Oklahoma City Thunder el lunes pasado.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.net)
¿Puede un equipo de básquetbol estar atravesando por dos momentos al mismo tiempo? En el caso de los Clippers la respuesta es afirmativa. Deportivamente, los dirigidos por Doc Rivers están en racha gracias a un seguidilla de siete triunfos en forma consecutiva, que los mantiene cuartos en la conferencia Oeste.
No obstante, fuera de la cancha las cosas comienzan a teñirse – al menos – de gris. Durante el segundo cuarto del importante triunfo del pasado lunes ante Oklahoma City Thunder, Chris Paul sufrió una lesión en su pulgar derecho y no pudo continuar. Las noticias empeoraron: hoy será intervenido para reparar un ligamento roto en la zona, y la recuperación le demandará entre seis y ocho semanas de inactividad.
Toda lesión cae mal en el seno de un plantel, pero más aún si se trata de uno de los pilares y guías dentro del rectángulo. Asimismo, la situación se agudiza si se tiene en cuenta que la otra gran figura del equipo, Blake Griffin, lleva trece partidos sin jugar luego de haberse sometido a una artroscopia de rodilla.
Durante la temporada pasada los Clippers no tuvieron un buen arranque, y paradójicamente su despegue sucedió en el momento en el que Griffin estuvo lesionado; pasó 45 partidos consecutivos vestido de civil, pero su equipo pudo sobreponerse a ello. Por supuesto, estas situaciones nada tienen de lineales.
Mañana el equipo angelino recibirá a los Minnesota Timberwolves, y luego tendrá un calendario realmente agobiante, con once de sus siguientes trece partidos fuera de Los Angeles (desde el 21 de enero al 23 de febrero), incluidas dos visitas al Oracle Arena para enfrentar a los Golden State Warriors.