El particular momento de Scola

En la previa a la temporada 2016/2017 se podía anticipar que el año iba a ser bastante duro para los Brooklyn Nets, y habiendo llegado a la mitad de la misma está a la vista de todos que el pronóstico no falló.

Hoy en día el equipo que dirige Kenny Atkinson es el peor en toda la liga. Se encuentra en el fondo de la tabla de la conferencia Este con un registro de solo 9 victorias y 36 derrotas, mientras que los números dentro de la cancha tampoco son alentadores. No solo se trata del peor porcentaje de triunfos de toda la NBA (20%), sino que además poseen la peor defensa, permitiendo 114 puntos por juego, además de ser la octava peor ofensiva en cuanto a tiros de cancha (44.1%).

Desde el comienzo, allá por finales del mes de octubre, hasta hoy Atkison probó con muchas variantes un poco también obligado por las distintas lesiones que padeció el plantel. De todas formas, ante tanto cambio, prueba, ensayo y error, llama la atención que Luis Scola sea – al menos durante este último tiempo – el que parece estar pagando más que el resto.

El Luifa llegó a Brooklyn sabiendo que tendría un rol determinado, quizás inferior al que tenía en la primera etapa de su estadía con los Toronto Raptors. Con el correr de los partidos las cosas no fueron saliendo de la mejor manera, y el equipo fue mutando. Ante las prontas lesiones de Jeremy Lin y Randy Foye, más el posterior despido de Greivis Vásquez, Atkinson se vio en el problema de tener que reformular toda la media cancha.

Así fue que aparecieron los Kilpatrick, Dinwiddie e Isaiah Whitehead, quien se convirtió en una grata sorpresa. Con Anthony Bennet quedando una vez más en el camino, Brooklyn le añadió a esa media cancha el talento de Brook Lopez y Bojan Bogdanovic, pero no alcanzó. A su lado, Hollis-Jefferson, Trevor Booker, Chris McCullough, Justin Hamilton y el chico LeVert conforman un grupo joven, con poco rodaje y, sobre todo, menos jerarquía que el resto.

Pero Scola, a la luz de los hechos, no entraría en esa cantidad de variantes en la que el técnico acude. El Luifa comenzó teniendo una participación esperable, que rondaba lo 17.8 minutos de promedio. Su nivel no era sobresaliente, pero tampoco inferior a lo que el equipo demostraba en el rectángulo. Sin embargo con el correr de los partidos sus minutos fueron mermando; durante enero su media es de 11.5 minutos habiendo jugado apenas 6 de los últimos 13 encuentros.

Los Nets saltan a la cancha con una formación con un pivot (Lopez) y cuatro perimetrales. De hecho, el sistema hace que el propio Lopez por momentos juegue de frente al canasto, a unos cinco metros, o bien salga a la media luna a tirar triples. Cuando el “mellizo” no está en cancha, su lugar es ocupado por Justin Hamilton o Quincy Acy, improvisado en la posición.

Da la impresión que Scola puede desempeñar tranquilamente las acciones que requiera Atkinson, pero solo el entrenador sabe las razones por las que deja sentado al capitán de la selección argentina, quien en 32 partidos disputado tiene un promedio de 5.4 puntos y 3.8 rebotes en 12.6 minutos.

Todavía le queda mucho hilo al carretel de la 2016/17 y el tiempo se hará bastante largo para los Brookyn Nets. El equipo necesita ser constante y creer en las formas que su técnico propone para intentar crecer. Ojalá el Luifa vuelva a tener el lugar que merece.

Sebastián Ciano
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