Los San Antonio Spurs le dieron una lección a los Cleveland Cavaliers al derrotarlos sin atenuantes por 103 a 74. Kawhi Leonard fue determinante con 24 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias, mientras que Manu Ginóbili aportó 12 desde el banco. LeBron James guió a los suyos con 18 tantos, 8 tableros y 8 pases gol. Los Cavs ya no son punteros del Este. Los de Gregg Popovich barren la serie individual ante los campeones defensores.
Autor:Sebastián Ciano (sciano@pickandroll.net)
Al menos por esta noche, los San Antonio Spurs se robaron las joyas de la corona nada menos que al Rey, aunque ese será su objetivo al final de la temporada. El equipo de Emanuel Ginóbili vapuleó a los Cleveland Cavaliers 103-74 y los bajó de la cima de la conferencia Este, que ahora pertenece a los Boston Celtics.
Kawhi Leonard, una vez fue, fue determinante para los texanos con sus 25 puntos, 6 rebotes, 6 asistencias y 3 recuperos en 30 minutos. Por su parte, Emanuel Ginóbili cumplió un rol importante durante la primera mitad, y terminó la noche con 12 tantos (3/4 en dobles y 2/3 en triples) y 3 tableros en 17 minutos.
Los Cavs estuvieron desdibujados durante la primera mitad, aunque sería muy injusto no aclarar que la gran responsabilidad de que eso sucediera fue de los Spurs. El equipo de Gregg Popovich le dio una lección de básquetbol a los campeones defensores durante los primeros dos cuartos de acción, que terminaron 64-40.
“La figura fue el equipo”, es la frase que mejor encaja al resumen de la primera mitad. San Antonio controló desde un principio a su rival en ambos costados de la cancha. En defensa, entre Green y Leonard jugaron una “custodia” alta sobre LeBron James, impidiéndole que tomara el tiro a media o larga distancia; por eso el “Rey” optaba por la penetración, donde si bien logró hacer daño por momentos, no la tenía nada fácil ante la muy buenas ayudas de los Spurs.
En ataque no hubo un eje, sino todo lo contrario. Los texanos encontraron la fluidez y la inspiración necesarias para abarcar a su rival desde todos los sectores. Leonard y Aldrige comenzaron el partido 2/9 combinados, pero el banco sacó pecho: De la mano de Ginóbili (7 puntos, 3/3 de cancha) los suplentes elevaron aún más el nivel, superaron al visitante 15-0. El primer cuarto se iría 28-18 para los locales.
El segundo chico comenzó con una violenta volcada de LeBron, pero su equipo no lo acompañó. El alero trató de tirar de carro por su cuenta, sin embargo la defensa de San Antonio era una fortaleza inexpugnable; así fue que los errores empezaron a sucederse por el lado de los Cavs, quienes terminaron cediendo la bola 8 veces durante el primer tiempo (6 en el segundo cuarto), ante apenas una vez de San Antonio.
Con dos libres de James Cleveland se acercó 32-40, pero allí perdería la brújula. San Antonio contestó con un parcial de 8-0 para escaparse 48-32, y nade fue igual. Tyron Lue sacó a LeBron porque el sistema no funcionaba, y cuando volvió los Spurs ya se habían escapado por 18 (50-32).
A partir de ese momento, los texanos comenzaron a lucirse con jugadas rápidas, vistosas y espectaculares, como ese alley-oop de Mills a Manu, que el bahiense resolvió - en el aire - con un aro pasado.
El comienzo del segundo tiempo fue errático, sobre todo para los Spurs (1/6). Si bien Cleveland no se acercaba, Popovich pidió minuto para actuar rápidamente para que la situación no se convirtiera en un dolor de cabeza.
Así las cosas, los esfuerzos se mudaron más al costado defensivo, y desde allí San Antonio continuó sosteniendo las riendas del juego. Al equipo de Manu se le secó la pólvora en ofensiva, al tiempo que comenzó a tener problemas de manejo (7 pérdidas), algo aprovechado por los Cavs, quienes marcaron un parcial de 8-0 para arrimarse 55-76.
La sequía se cortó cuando Manu Ginóbili hundió un triple desde la derecha, que envió el partido 81-58 al último cuarto. Los Cavs (47-26) estaban desmoralizados, anotaron apenas 5 puntos en los primeros siete minutos del tercer chico, que terminaron con un pobre 28.5% de cancha.
Ya en el último cuarto, Lue tiró la toalla con un minuto y medio disputado y sacó a todos sus titulares, lo mismo que Popovich, Ambos equipos cumplieron con el tiempo que debía jugarse, aunque el partido estaba terminado hace rato.
San Antonio ganó su quinto partido en fila, y continúa como escolta de los Warriors en el Oeste con un récor de 57-16. Todavía le quedan 9 partidos para intentar alcanzar a los de Steve Kerr.