Gabriel Piccato: "Me estoy permitiendo disfrutar del equipo"

¿Qué valor tiene conseguir jugadores para que anoten en vez de conseguirlos para que defiendan a los anotadores?

Uno puede jugar en función del material con el que cuenta pero, si yo puedo elegir, me siento más cómodo siguiendo la lógica del básquet, básicamente traslado y enceste o que gana el que más puntos hace. Por supuesto que tenés que respetar las 4 fases del juego para hacer un juego armónico. La transición de defensa a ataque, el contraataque, el juego ofensivo y el balance.

En esto no podemos separar y decir "hay que atacar bien" o "hay que defender bien". El juego es un todo y todo está relacionado con la fase anterior y la siguiente. Es importante mantener ese equilibrio, que siempre es difícil.

Me siento más cómodo teniendo la posibilidad de tener jugadores ofensivamente agresivos, por así decirlo, y saber que vamos a tener que trabajar, y bastante, en la fase ofensiva. Creo que desde ahí uno puede construir.

Este año, hemos tenido la suerte de poder seleccionar jugadores ofensivamente muy aptos, donde ellos también tienen ganas de jugar juntos y dar una respuesta en equipo a las situaciones que suceden en el campo, tanto en defensa como en ataque.

Si no vieras este compromiso, ¿tenés que cambiar la idea?

Nos ha pasado y nos pasa, siempre lo hablamos y lo intentamos trabajar en el tiempo que tenemos. Muchas veces encestamos y nos encestan, porque si vos encestas tiene que aparecer la defensa para defender lo que lograste.

Puede suceder que tengas una noche que no estés todo lo claro y preciso para meter y, por un momento, vas a tener que hacer uso, para resistir el juego, de un trabajo defensivo muy bueno.

Si atacás mal, vas a defender peor, y viceversa. Generalmente, es un todo, no lo podemos dividir, y tenemos que tener una visión más integral.

En el partido de hoy, ¿cómo lográs que esto suceda en el campo?

Vamos a ver si lo podemos llevar hoy a la práctica. Ahí entra la estrategia, tener claro cual es el ritmo que nos conviene a nosotros, porque esa es una de las claves para el juego de hoy. Ellos se sienten muy cómodos jugando a un ritmo vertiginoso. Ellos, a partir de acá hasta el final, cada partido lo van a jugar a morir. Van a intentar desde la defensa agredir, para poder correr, para manejar el ritmo. Tenemos que equilibrarlo desde el otro lado, si tenemos el balón en superioridad ir al aro y, en igualdad de condiciones, con el grande adversario dentro de la pintura, pensar en construir la ofensiva para seleccionar y conservar la pelota. Con esas cosas vamos a tener una transición equilibrada. El que se pueda hacer con el control del ritmo, va a tener más posibilidad de ganar.

Si se presenta un jugador que tiene la mano caliente, ¿dejás que el juego fluya por el jugador de la noche?

Hemos tenido de todo en esta temporada. Hay momentos que ha fluído, otras que intentamos que tomen un papel secundario para poder crecer como equipo. Algunas veces le damos protagonismo a estos jugadores, otras veces que saquen la ventaja inicial pero que no necesariamente sean ellos los que definan para crecer como equipo. Sucede que son muchos partidos, mucha cantidad de situaciones, y a veces no tenemos el nivel óptimo en concentración para tener esa eficacia en todas las noches. A veces, como entrenador, logro ese equilibrio a través de la rotación y demás condimentos, y otras veces no, pero seguimos en construcción y creo que el saldo sigue siendo positivo.

¿Te sentís cómodo por cómo ha respondido el equipo?

Me estoy permitiendo disfrutar del equipo. Son muy buenas personas, tienen habilidad y quieren jugar juntos y eso allana mucho el camino. La verdad, estoy disfrutando. Me hizo muy bien volver a trabajar con Sergio el año pasado, pude observar otras cosas y volví de una forma mejor. Regatas me eligió para dirigir y es importante, porque necesitas que alguien confíe en vos. En mi juventud no pude sentir esto que estoy sintiendo ahora.

La temporada es larga, sabemos que hay mucha cantidad de partidos. Entonces, hay que cuidar esto de que uno sepa que tiene entrenamiento, viaje, que venga a competir, y se sienta cómodo de estar en el equipo.

¿Hay un objetivo para este fin de temporada regular?

Desde el primer día dijimos “Queremos ser competitivos, respetar un estilo de juego sin importar si jugamos de local o visitante, mantener una línea” y creo que eso nosotros lo logramos. El punto de partida siempre somos nosotros y tratar de llevarlo a todos los partidos, y construirlo solamente partido por partido.

Cuando llegás a playoff volvés a decir lo mismo: “Es solo por hoy”, “solo este partido”. Esa mentalidad hay que crearla, darle la misma importancia en la preparación, en la calidad de juego, en el profesionalismo, a todos los partidos. Más allá que sabemos que hay series de partidos que es difícil competir, series de cuarto o quinto partido, que tenés 72 o 48 horas de recuperación, pero aunque sea en esos partidos también salir y dar el máximo de lo que tenés en ese momento, y de esa manera vamos construyendo la temporada.

¿Estás satisfecho con la rotación?

Para mí, el arte del entrenador está ahí. Sigo creciendo y sigo no estando satisfecho en eso. Soy muy exigente conmigo y creo que siempre se puede mejorar. Pero, en líneas generales, creo que el equipo está bastante repartido en minutos. Yo siempre le digo a los jugadores que la rotación me pertenece, pero hay algo superior: no cuanto tiempo, sino lo que introducís en el tiempo que estás en campo.

¿Qué otras cosas te propones para esta gira contra Quimsa y Olímpico?

Queremos salir desde el inicio y poder competir, construir el partido, tratar de hacer esa batalla psicológica, en esa construcción ir poniéndole obstáculos a Quimsa para que esa presión que pueden sentir se les pueda volver en contra. Creo que si podemos lograr controlar el ritmo y hacer un juego cerrado nos favorezca más nuestras chances de ganar. Solo pensar en Quimsa. Después viene Olimpico, otro rival durísimo, pero ya va a haber tiempo para pensar en eso.

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