Argentina comenzó con el pie izquierdo, y ello conspiró con sus aspiraciones de llegar al mundial. Si bien el nivel fue ascendente, no alcanzó para avanzar de ronda.
Autor:Emanuel Niel (eniel@pickandroll.net)
Como previa al evento continental que se jugará en nuestro país en pocas semanas (del 7 al 11 de junio), y que otorgará boletos para el mundial U17 a celebrarse el año entrante en Bielorrusia, es que les traemos el repaso del segundo de los cuatro torneos que lo antecedieron.
Del 13 al 18 de junio, la ciudad mexicana de Mérida fue sede de la segunda edición del Premundial U16 femenino.
Argentina no sólo llegaba con el dulce sabor de haber vivido la clasificación a Francia 2010 dos años atrás en el DF, sino que en su archivo reciente figuraba un buen Sudamericano U15, con un valedero segundo puesto en la uruguaya localidad de Trinidad.
El formato de disputa de esta cita continental no varió en relación a su predecesora. El esquema marcaba un arranque en dos zonas de cuatro integrantes cada una, y quienes al cabo de la ronda de todos contra todos se situaran en las primeras dos ubicaciones accederían a semifinales.
Nuestras chicas integraron el grupo “B”, junto con Estados Unidos, Brasil y Venezuela; quedando el “A” para Canadá, Puerto Rico, México y Guatemala.
La plantilla nacional fue integrada por Victoria Llorente, Dianela Modolucci, Victoria Nicolau, Sofía Chelini, Yanina Mercancini, Magalí Armesto, Renata Bonavota, María Belén Tombesi, Magalí Pittavino, Julieta Ale, Sofía Aispurúa y Agostina Ledesma.
Aquel lunes 13 de junio el debut pesó y mucho. Lejos del nivel mostrado con anterioridad, la celeste y blanca se vio maniatada por la defensa rival y por los nervios propios, los cuales fueron un lastre para su juego. El trámite se tornó chato, y con un mejor cierre, fue Venezuela la que se quedó con el triunfo por un escueto 38-37, producto de una progresión de 6-16, 2-7, 10-3 y 11-20. Sólo Julieta Ale logró llegar a la decena de puntos, con 13.
Sin tiempos para lamentos, al día siguiente el rival fue Estados Unidos, que lejos de pasar un mal momento se llevó los cuartos por 20-17, 23-6, 20-17 y 19-6, edificando de esa manera su victoria por 82-46. Magalí Pittavino lideró la ofensiva nacional con 13 unidades, seguida de cerca por Yanina Mercancini con otros 12.
Pese a este panorama, Argentina aún tenía chances matemáticas de avanzar. Debía ganarle a Brasil, por la mayor diferencia posible, y a partir de allí jugaría su partido la calculadora, dado a que se produciría un triple empate, donde también intervendría Venezuela. Al haber ganado y perdido todos un cotejo, la resolución llegaría de la mano del gol average.
Sin embargo el coeficiente no fue necesario. Pese a un buen arranque nacional, con parciales de 14-10 y 10-12, el clásico adversario equiparó la balanza en el promedio del tercer capítulo, y luego obligó a las nuestras a correr de atrás.
Esos cuartos finales fueron de 16-9 y 20-12 a favor de las brasileñas, las cuales triunfaron por 56-45, y condenaron a las criollas a ir por la ronda consuelo. Magalí Pittavino volvió a ser la goleadora con 12 tantos, escoltada esta vez por Sofía Aispurúa con 10.
Sin la presión de buscar la clasificación el equipo fue otro. El día de descanso sirvió para reflexionar y el semblante se notó cambiado el viernes 17, cuando debieron medirse ante México. Luego de un gran primer cuarto (26-12), Argentina cayó en una laguna de juego que la llevó a un final por demás cerrado. Los guarismos siguieron con 11-17, 8-11 y desembocaron en un equitativo 17 por bando, que terminó dándole el partido 62-57.
En la primera victoria del certamen se lució Sofía Chelini, autora de 18 unidades, escoltada por Victoria Llorente con 12 y Agostina Ledesma con otros 11.
Sólo quedaba en frente un rival, y paradójicamente era con el cual habían comenzado el torneo, aunque el trámite resultó radicalmente opuesto. Venezuela estuvo muy lejos de ser ese equipo que complicó a nuestras chicas en el debut, y prácticamente quedó fuera de partido al cabo de la primera mitad.
La celeste y blanca fue una aplanadora, que con una seguidilla de 23-6, 18-5, 28-7 y el definitorio 13-15, se adueñó del quinto puesto por 82-33; bajo el liderazgo de Victoria Llorente, con 26 puntos y 11 rebotes; bien apuntalada por Agostina Ledesma con otros 20.
El campeonato se lo llevó Estados Unidos, que en la final doblegó a Brasil por 73-40. El último lugar del podio, y por ende, el restante pasaje al mundial disponible cayó en manos de Canadá, que le ganó a Puerto Rico 53-36.
En cuanto a estadísticas, Victoria Llorente terminó como la sexta máxima anotadora, con una media de 12 puntos, quedando quinta en cuanto a rebotes se refiere (8.4), relegando a Sofía Aispurúa a la sexta ubicación con 7.8. Magalí Armesto por su parte, concluyó tercera en asistencias, gracias a un promedio de 2.6.
Testimonios
Victoria Llorente “Lo que siempre recuerdo es la fortaleza que tuvimos que tener como equipo, y cada una de los que conformábamos el equipo individualmente, ya que no la suerte de clasificar al Mundial U17 del año siguiente”.
“Rescato la unión que tuvimos como equipo. Más que nada porque a pesar que los resultados no nos acompañaban, seguíamos luchando y dejando la vida en cada partido por defender nuestra bandera y juntas”.
“Es un torneo que me dejó, y nos dejó como conjunto mucha experiencia y enseñanza en varios aspectos. Es difícil, y a su vez, muy lindo de jugar, ya que te toca enfrentar equipos de Centroamérica y América del Norte, con un juego distinto, y siendo varios de ellos además potencia mundial”.
Sofía Aispurúa “Más allá de los resultados disfruté al máximo el torneo, porque compartía camiseta con un grupo de amigas, que hoy en día siguen siéndolo. Fue un torneo corto, donde das el máximo como siempre, pero que tiene el premio del boleto a un Mundial. Lo mejor de ese torneo fueron los saltos y cantos pre y post partido en el vestuario, los abrazos de consuelo y felicidad con el equipo. Las sensaciones son miles. Desde la lista de 12 el último día de concentración, hasta cuando le ganamos a Venezuela el quinto puesto”.
“Les deseo lo mejor a las chicas. Ojalá logren tener un gran torneo y la clasificación. Jugarlo en casa tiene un sabor especial, que seguro ellas van a saber aprovechar. Disfruten y sueñen, ahora y siempre”.
Magalí Armesto “Fue mi primer torneo FIBA. Enfrentamos a grandes potencias, como USA, Canadá y Brasil Fue una gran oportunidad para conocer un poco como es el verdadero nivel internacional; la organización del torneo, y el profesionalismo con el que se toman las cosas. Además recuerdo que ese año se armó un gran grupo humano, que de hecho hoy en día seguimos manteniendo contacto. Fue una experiencia única e inolvidable que compartí con excelentes personas”.