¿Sin culpas o a la hoguera?

Se armó un gran revuelo después de lo que paso en el Polideportivo Islas Malvinas de Mar del Plata cuando Gabriel Deck tuvo que dejar el partido por una violenta falta que derivó en una fractura del hueso propio de la nariz y desplazamiento del tabique nasal.

No es para menos cuando se trata de una de las grandes estrellas de la liga y la selección nacional. Y es lógico que el hecho de quien sea siempre tiene que ver con el impacto mediático.

En principio habrá una pena que la determinará el Honorable Tribunal de Disciplina de la AdC. ¿Basado en qué?. En este caso no se tomó en cuenta el informe de los árbitros, porque existe una evidencia fílmica. Este hecho de la “Prueba fílmica” es una de las grandes diferencias del hecho penal.

Porque el Derecho prevé principalmente la sanción en función de las Consecuencias. Se dividen en tres: Leves, Graves y Gravísimas.

Como se sabe la acción y consecuencia cambia la tipificación del delito. Ejemplo: Si un hincha tira un encendedor a la cancha y no le pega a nadie es un delito, pero si le pega al árbitro y le abre una ceja, la consecuencia es diferente, por lo tanto el delito y la pena también. Y solo se trató de una cuestión de puntería.

En el caso puntual de Ricky Sánchez todo será sometido a una cuestión de “Interpretación”. Los representantes del Tribunal evaluarán si hubo intención de lastimar al jugador, si fue una acción deportiva, los antecedentes del jugador (que en el caso deportivo del básquetbol se extienden por un año). También será tenido en cuenta la “consecuencia” que es justamente el “regalo” que se lleva Gaby Deck de esa acción.

En el reglamento de penas de la CABB, por la que se rige el básquetbol argentino, hay muchos grises que quedan liberados a la interpretación, se trata de un código que ha quedado antiguo y sin reformas. También por eso se abre el juego de las suspicacias, si están protegiendo de más o de menos.

Yendo al momento de la falta el primer cobro de los árbitros marca la acción como “antideportiva “, pero el árbitro principal Diego Rougier apela al hecho de la “consecuencia” para cambiar el fallo y determinar la “expulsión”. Si bien la posibilidad de cambiar el fallo no existe en ningún lugar del reglamento, es lo que se denomina una “regla implícita” y los árbitros la usan.

En otros estamentos deportivos como la “Euroliga” existe una sanción que va de la mano con la lesión que produce la falta. Para que el infractor lleve también una pena en base al damnificado. Aquí en la Argentina no está reglamentado.

Hay jugadores que han construido sus heroicas carreras en base a la rudeza de sus infracciones. Se pueden imaginar cualquier nombre y seguramente si alguno de ellos hubiese lastimado a Gabriel Deck hoy casi todos estarían pidiendo 6 meses de arresto domiciliario.

Pero hay que separar las decisiones morales del hecho penal. Aquí se podría hacer una larga referencia de lo que pasa en el país en la actualidad, pero bastará con entender la idea apuntada.

Del hecho en particular pienso que si Ricky Sánchez hubiese querido romperle la cara a Deck no hubiera tenido tanta puntería como la tuvo. Vale decir, por la velocidad de la acción no podría tener dos veces el mismo resultado. En mi pensamiento, esto descartaría la intencionalidad. Lo que si tiene que pagar Ricky Sánchez es la consecuencia del hecho.

En la Liga Nacional vemos acciones de faltas antideportivas en cada partido, fuertes o muy fuertes, y no ameritan más sanción que la propia falta. Si se descarta la intencionalidad de lastimar (algo que para mí es evidente) queda entonces por resolver la consecuencia. En función de esto saldrá el fallo (estimo que 2 a 4 fechas).

Pablo Tosal
@pablotosal
Pick & Roll