Toronto Raptors está primero en la Conferencia Este y DeMar DeRozan viene teniendo una de las mejores temporadas de su carrera. Con variantes nuevas en la ofensiva, los canadienses dejaron atrás su previsibilidad de años anteriores. La importancia de la segunda unidad.
Autor:Ignacio Miranda (@nachomiranda14)
Cuando DeMar vio pasar la temporada de los Raptors por su nariz (luego de haberse quedado otra vez afuera de las finales) el alero estaba devastado. Cleveland Cavaliers había arrollado 4-0 en la serie a los canadienses y el desempeño del nacido en California fue de menor a mayor, coronando periplos anotadores en los últimos dos partidos. Pese a esto, la ofensiva de los dirigidos por Dwayne Casey se había vuelto muy predecible. Marcar a DeRozan era bastante fácil ya que las defensas le concedían el tiro de tres puntos y se cerraban en la zona.
A pesar de haber estado en el piso vencido otra vez, DeMar siguió fiel a su estilo, trabajó como nadie en la pretemporada y pulió las cosas que en el pasado le habían jugado en contra. Principalmente su tiro desde la linea de triple, que le permitió al escolta resurgir y reinventarse a sí mismo. Escribiendo su propia historia derrota tras derrota, el número 10 de los canadienses está hoy mejor que nunca, promediando 24.0 puntos, 5.2 asistencias y 4.0 rebotes.
Además, los Raptors hicieron los deberes en la oficina de los 'managers'. Contrataron jugadores de rol como Cj Miles, desarrollaron talentos de primer nivel como Fred VanVleet, Jakob Poeltl, OG Anunoby, Pascal Siakam, entre otros y al día de hoy se encuentran en la primera posición de la Conferencia Este con 49 victorias y 17 derrotas.
Salto de nivel
Siendo Toronto Raptors el equipo número 26 de 30 en porcentajes de la liga en tiros de tres (35%), la falta de efectividad desde allí los volvió muy predecibles en los últimos años. Contrariamente, DeRozan dio un salto de calidad y está teniendo la mejor temporada de su carrera, tirando para un 32% en triples y seleccionando inteligentemente sus tiros, evitando quedarse mucho tiempo con el balón y leyendo bien los doblajes para encontrar a los jugadores libres en el perímetro o en la zona.
El escolta no sólo tira mejor, sino que ademas tira más y duda menos. Cada 100 posesiones el californiano intenta cuatro triples y convierte casi la mitad de ellos (1.3). Gracias a ello, la cancha se abre más, los internos como Valanciunas tienen espacio de sobra y las ayudas no se cierran en la zona. La mejoría exterior también fue buena para su escudero, Lowry, quien ahora ya no tiene todo el peso por tomar los tiros difíciles, sabe que puede penetrar tranquilo y pasar la pelota a su escolta, que no dudará en tomar el triple.
Como un efecto mariposa, la fluidez ofensiva de los Raptors esta rejuvenecida y fresca. Los novatos le dieron fuerza en el contraataque, Serge Ibaka la solidez en defensa y Cj Miles la sorpresa desde el banquillo. Junto a ellos, el nivel siempre confiable de DeMar y Kyle y la estrategia desde el puesto de entrenador para un Dwayne Casey que supo tener paciencia son las claves de unos Raptors que están confiados en dar pelea en el este.
Además, los canadienses entendieron que debían reforzarse con piezas jóvenes. Tal es así que entre 2016 y 2017 eligieron en el draft a Jacob Poeltl y OG Anunoby, dos jugadores que actualmente son pieza central en el esquema de Toronto. La solidez defensiva de ambos mejoró considerablemente a una segunda unidad que en el pasado no pudo estar a la altura de otros equipos con rotaciones más largas.
Pero si hay alguien que reforzó el banquillo es Fred Vanvleet, el base que logró dar minutos valiosos en ambos costados de la cancha y descanso a Kyle Lowry. No solo eso, su capacidad anotadora y conductora es tal que, en muchos juegos, supo adaptarse bien y jugar al lado de Kyle, permitiendo a Casey agregar control en la cancha con la tan usada doble base. Su importancia quedó plasmada en la noche del sábado cuando éste marcó el doble ganador frente a Houston Rockets, lanzando un tiro desde el codo tras una asistencia de DeMar.
Reforzando lo que ya estaba bien
DeMar fue un chico común que creció (como todos los californianos en ese momento) viendo a su ídolo: Kobe Bryant. Sus movimientos en el poste, los tiros de media distancia y los 'up and under' que siempre vemos emular al de Compton son producto de horas y horas en el gimnasio, practicando las jugadas de ese número 24 que tomó por asalto la NBA.
Reinventándose (sin perder su esencia) DeMar entendió que para dar un salto de calidad debía ser más eficiente en menos tiempo y sin tener tanto el balón. Producto de ello, su porcentaje de +/- cuando está en cancha es de +9.8, convirtiéndolo en el jugador más importante del equipo en esa estadística. Quien lleva la número diez en su espalda reforzó dicho repertorio y lo potenció, logrando nuevamente porcentajes nunca antes alcanzados por el jugador, que está anotando el 47.7% de sus tiros de campo.
Con mil y un movimientos en la pintura, DeRozan está dominando la zona a su antojo, anotando el 68% de sus intentos allí. Además, se enfocó en producir para sus compañeros a partir de sus aclarados en la zona pintada, promediando más de cinco asistencias por partido (5.2) y contribuyendo a derribar el mito de la previsibilidad ofensiva que rodeaba al equipo canadiense. DeMar está mutando de un anotador puro a un creador de juego y su fluidez en ataque significa una mejora colectiva hacia todo el equipo.
Defensa por sobre todas las cosas
Con Serge Ibaka y Jonas Valanciunas en la pintura, el trabajo difícil quedó para DeRozan, Lowry y los exteriores. Los últimos no decepcionaron y se pusieron a la altura de las circunstancias. DeMar está redondeando una de sus mejores temporadas en cuanto a robos (1.2 por partido) y se está encargando de defender a las estrellas rivales, situación que en el pasado era efectuada por Normal Powell o por su ex compañero DeMarre Carroll.
Como siempre sucedió en Toronto, al lado de DeRozan está Lowry, quien también subió su nivel en el apartado defensivo, especialmente a la hora de los bloqueos defensivos para salir en transición. El base está promediando 7.1 asistencias y 5.4 rebotes que le permiten tomar control de la situación para salir rápido en el ataque, sin necesidad de esperar que un interno le pase el balón y tomando al toro por las astas.
Además, la incorporación de Anunoby y Poeltl le dio rapidez, dinámica y fuerza a un equipo que muchas veces no pudo sostener la regularidad en el costado defensivo. La importancia de Jacob es tan grande que, en varias ocasiones, el entrenador de los Raptors decidió cerrar partidos con el austríaco en cancha y no con Jonas Valanciunas.
Esta vez no será igual
Tras el desastre de Fukushima, un grupo de mariposas fueron afectadas por la radiación. Las mariposas recolectadas luego del accidente mostraron cambios en la longitud de sus patas y antenas, así como en la forma de las alas. Similarmente a ellas, DeMar DeRozan parece haber sido salpicado por este efecto. Sus tiros son más suaves, su confianza es otra y la fluidez del equipo en ofensiva también.
Sus compañeros, por primera vez, están contribuyendo considerablemente al salto de nivel de los canadienses, a la vez que DeMar y Lowry aprendieron a confiar en los que los rodean. El monstruo ya no es sólo de dos cabezas, la bestia fue mutando y cada vez se hace más difícil cortarla de raíz.
Sin embargo, los fantasmas del pasado acechan en todo momento y sus perfomances en playoffs siempre fueron menores a las esperadas. Con casi veinte partidos restantes para el inicio de la temporada, ¿podrán los Raptors mantener su nivel en la postemporada? ¿lograrán DeMar DeRozan y Kyle Lowry continuar delegando responsabilidades en pos del juego colectivo?.
Las dudas siempre están latentes y, como casi nunca ocurre, los canadienses tienen el futuro en sus manos. Lo que pase de aquí en adelante dependerá enteramente de ellos. Con Cleveland viniéndose abajo, la Conferencia Este está en busca de un nuevo rey y Toronto quiere clamar la corona, porque a ella no se llega superando a los demás, sino superándose a uno mismo.