Esos locos bajitos

Fue un clásico atípico porque hubo oscilaciones, vaivenes tan grandes, tan importantes que nunca permitieron distinguir quien era el dominador del partido. Y al mismo tiempo, bien mirado, habla a las clara de lo que son los dos equipos: voluntariosos, sacrificados pero muy inconstantes y dependiente (sobre todo) del gesto individual de su plantel.

En ese juego de encontrar al jugador de la noche Peñarol sacó ventajas decisivas porque pudo repartir algo más el goleo (aunque apoyado en Tintorelli), y sobre el final lo tuvo a Joaquín Valinotti junto a Juani Marcos para destrozar la defensa quilmeña. Fue Lucas Ortíz quien con 17 puntos en 5 minutos había hecho lo mismo en tercer cuarto lastimando al “milrayitas” pero se quedó muy solo y no hubo respuestas defensivas.

En el inicio del partido Quilmes sacó ventajas en los dos sectores de la cancha. Salió muy rápido y decidido en ataque donde tomó tres rebotes ofensivos en los primeros cuatro ataques. Con Omar Cantón muy fino para convertir la diferencia corrió a 9-0.

Los triples de Quilmes ingresaban y las corridas lastimaban a una defensa que volvía mal parada. Le costó mucho a Peñarol hacer pie y el parcial 0-7 para cerrar el juego (9-7) fue una ráfaga descontextualizada.

El poste de Cantón siguió generando buenos espacios para el resto y como Tintorelli fue mano a manos sin ayudas, el pivote quilmeño logró prevalecer (11 pts en el primer cuarto)

La falta de juego ofensivo de Peñarol se evidenció con Maxwell jugando rompimientos uno contra tres. Si no era Tintorelli en el poste bajo (lo más claro de su equipo) Peñarol no tenía juego ofensivo sin que fuerce los rompimietos. Lo mejor del miralyitas fue el resultado que lo perdió solo 25-20. Podría haber sido peor

Pero el equipo de Leo Gutiérrez aguantó el temporal con puntos, con personalidad hasta que pudo lentamente hacer pie en el juego. En el segundo cuarto impuso Peñarol su ritmo defensivo. La premisa fue seguir construyendo desde su costado defensivo de la cancha, ayudado en este caso, por la impericia perimetral de Quilmes que aflojó los porcentajes perimetrales del primer cuarto.

Peñarol se sintió más cómodo sin recibir puntos de contraataque y de tres y pudo asentar su buen cinco x cinco. El cervecero por el contrario, perdió la línea en los dos costados de la cancha. En solo tres minutos se puso en penalización empezando cometer falta en cada ataque rival.

Hubo un rápido parcial de 4/10 de Peñarol y el milrayitas pasó a frente 29-30. La racha de defensa dura sobre los tiradores cerveceros logró que Quilmes perdiera 7 balones en el segmento. Peñarol le sacó el máximo provecho y se escapó arriba x 7 (29-36 con parcial 4-19).

Quilmes no tuvo respuestas en su banco de relevos, extraño la salida de Ortíz, fue improductivo su tándem Joven Fernández-De la Fuente y Peñarol se llevó la primera mitad 36-39

En el inicio del tercer cuarto se vivió un festival de puntos en formato unipersonal: Lucas Ortíz fue el dueño de todo con 17 puntos en fila en una secuencia devastadora. Metió 5/5 en triples y 1/1 en dobles dejando a toda la defensa de Peñarol helada ante semejante performance.

El cervecero salió muy duro en defensa, es cierto, y esto ayudo a contener a una ofensiva muy quieta de Peñarol. Pero gracias a Ortíz, Quilmes primero empató en 41, luego sacó tres (46-43) y finalmente se disparó a 12 (57-45).

Esa ráfaga de Ortíz no tuvo un acompañamiento posterior de ningún compañero para darle un salto de calidad al equipo y cuando Peñarol ajustó sobre Ortíz el tramo final fue para el “milrayitas” con parcial 2-10 para achicar y ponerse a 4 (59-55).

No había dudas que Peñarol había logrado sobrevivir en el tercer cuarto. Con el juego ofensivo cortado, falto de intensidad y sufriendo a Ortiz pero el último cuarto tuvo dos protagonistas especiales que decidieron el resultado.

Empezó Joaquín Valinotti con seis puntos seguidos para abrir el cuarto y empatar tempranamente en 61. Allí Peñarol se sintió mucho más seguro de si mismo. Logró descontar una ventaja de -12 con el joven base desarticulando la defensa rival a puro rompimieto.

Quilmes trató de responder como siempre por vía de la actitud pero solo logró entrar en penalización en solo 3 minutos. El perímetro no podía frenar el paso inicial de Valinotti y el tándem Cantón-Maciel no tenía velocidad suficiente para saltar en ayudas.

Peñarol pasó al frente 61-63 con un parcial extendido de 4-18. Una locura.

Cuando se produce el regreso de Ortíz al campo, todo Peñarol activó las alarmas y tuvieron un especial cuidado que no lance más al aro. Perdiendo por 4 (63-67) Bianchelli paró el partido con un minuto y mandó a salir en defensa zonal.

Pero contuvieron las penetraciones de Valinotti y se le destaparon los triples de Juani Marcos. El base titular en una gran elección de Leo Gutiérrez entró en doble base con su camarada juvenil y castigó la zona con el tiro abierto. Quilmes estaba rodeado y sin salida.

Porque Valinotti aceleraba y ningún jugador del rival lo podía agarrar (hizo 15 de sus 17 puntos en el último cuarto) y cuando se cerraron llegaron los triples. Fue todo de los pibesque lograron estirar una diferencia de 9 (71-80 a falta de tres minutos).

El “milrayitas” defendió su ventaja con gol. Logró mantener la diferencia en 6 al ingreso del minuto final (78-84) pero Bolivar erró un triple (0/6 en el partido) que sonó a última oportunidad de poder entrar a discutir el resultado. Peñarol sacó a relucir la tranquilidad y el oficio para poder cerrar el juego.

Los pibes mágicos de Peñarol se hicieron con un clásico que fue un auténtico subibaja. Empezó mejor Quilmes, luego Peñarol, después el cervecero y finalmente se quedó en manos del milrayitas. Fueron ellos los responsables: la juventud de la peña.

Síntesis
Quilmes (83): Luciano Tantos 8, Mateo Bolívar 4, Lucas Ortiz 26, Sebastián Morales 12 y Omar Cantón 18 (FI). Maximiliano Maciel 7, Eduardo Vasirani 2, Juan Esteban De la Fuente 2 y Víctor Fernández 4. Entrenador: Javier Bianchelli.

Peñarol (89): Juan Ignacio Marcos (x) 14, Bruno Barovero 11, Lucas Arn 8, Du´ Vaughn Maxwell 8 y Damián Tintorelli 14 (FI). Joaquín Valinotti 17, Alejandro Alloatti 8, Lucas Gorosterrazú 4, Nicolás Lauría 5, Juan Martín Fernández 0 y Tomás Monacchi 0. Entrenador: Leonardo Gutiérrez.

Parciales: 25-20; 36-39 y 59-55.
Árbitros: Alejandro Chiti, Leonardo Salazar y Sebastián Moncloba.
Estadio: Polideportivo Islas Malvinas.

@pablotosal
fotos: Prensa Quilmes