La vida durante la inactividad

La NBA dejó de ser una isla dentro del planeta Tierra desde el pasado miércoles a la noche, cuando se conoció el primer caso de Coronavirus en el pivot del Utah Jazz, Rudy Gobert. A partir de ese momento las cosas cambiaron radicalmente en la mejor liga de básquetbol del mundo, hasta el punto de no saber si se podrá reanudar la actividad esta temporada.

Hasta el momento la liga dispuso un parate que tendrá una extensión mínima de un mes, según anunció el propio comisionado, Adam Silver. Sin embargo, ya hay rumores acerca de una extensión; Los dueños y ejecutivos piensan que esto podría durar hasta mediados y finales del mes de junio.

Antes de determinar la extensión de esta cancelación, la NBA debe tener en cuenta muchos puntos, pero no solo tiene que ver con la sanidad sino con otro que también mantiene en vilo a los máximos dirigentes: El económico.

En los próximos días la liga enviará un informe a los equipos en el que se detallará la proyección en cuanto a las pérdidas de dinero que acarreará la suspensión. Una vez analizado este tema se procederá a tomar las siguientes decisiones, que tendrán que ver con retomar (o no) el juego según diferentes aspectos a tener en cuenta.

En las oficiales de la NBA se estaría barajando tres posibilidades. En primer lugar, como admitió la semana pasada Silver, dar por finalizada la temporada. Otra es la de retomar la competencia sin la presencia de gente en los estadios, al tiempo que también podrían hacerlo - con o sin gente - desde la instancia de playoff.

Ante la alternativa de jugar sin público, algunos propondrían que los equipos comiencen a sondear una opción por fuera de su propio estadio, y que logren hacer de locales en un ambiente más chico y propicio para la televisación.

En cuanto a lo económico los problemas se verían reflejados en el tope salarial de la próxima temporada, como así también en los ingresos que perciban los jugadores de acuerdo a las ganancias obtenidas por la propia NBA.

En lo que respecta a los jugadores, recibieron nuevas directivas en las que ahora les es permitido abandonar las ciudades en las que juegan, siempre y cuando mantengan contacto con su respectivo equipo e informan dónde se encuentran. Al mismo tiempo, se extendió la prohibición a los entrenamientos.

Todos los días parecen ser claves en el mundo NBA. La gran responsabilidad de llevar adelante esta situación tan delicada provoca que cada decisión que se tome sea de suma importancia. Claro que además de lo sanitario (que, por supuesto, resulta primordial) existen más cuestiones que genera mucha tensión a la hora de avanzar. Todo está por verse.

Sebastián Ciano
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