"Me di cuenta que ganando con el equipo, te vas a mantener vigente"
Pablo Fernández, uno de los aleros más experimentado en la Liga Argentina, se prestó a una charla repasando su carrera y sus momentos destacados. "En un momento me empecé a sentir cómodo en la categoría, empecé a entender cómo jugarla", cuenta.
Pablo Fernández, uno de los aleros más experimentado en la Liga Argentina, se prestó a una charla repasando su carrera y sus momentos destacados. "En un momento me empecé a sentir cómodo en la categoría, empecé a entender cómo jugarla", cuenta.
El rosarino surgió en Provincial, cuando a los 4 años dio inicio a un recorrido que terminaría siendo envidiable y de los más respetados dentro de la historia. Luego a los 16 años saldría de su ciudad para mudarse a San Nicolás y jugar poco más de cinco temporadas en la elite del básquet, pasando por Belgrano y Regatas, para luego irse a Central Entrerriano de Gualeguaychú. En el equipo entrerriano jugaría media temporada, ya que empezó a tener problemas en su hombro. Allí se daría su paso al ex Torneo Nacional de Ascenso, hoy Liga Argentina. En diálogo con la Liga Contenidos, cuenta lo siguiente:
La actualidad en el medio de la pandemia
"Uno disfruta mucho lo que hace en el día a día, entonces le cuesta mucho mirar para atrás. Ahora con este parate es verdad que uno se pone a ver algunos equipos por los que pasó, o que se arme un Zoom del año de Formosa o cualquier otro equipo, y ahí empezás a ver los jugadores o entrenadores que te tocaron en tu carrera. Y no solo eso sino también las amistades, aprovechás a mandar un mensajito de cómo andan y empiezan a reflotar no solamente eso sino también anécdotas. La verdad es que hay muchas cosas que no te acordás, pero en definitiva dejaste marcada cosas en distintas ciudades dentro de ese día a día".
Su salto a la Liga Nacional
"A los 16 años empezaron a llegar propuestas de los clubes para reclutarme. Tuve distintas propuestas y me terminé yendo porque acá en Rosario no estaba ese equipo con el que podías jugar la Liga. Fue algo nuevo, me vinieron a buscar para ir a ver un partido de Belgrano en San Nicolás y el ver a los extranjeros, ver la Liga Nacional, la cancha llena... todo... y dije por dentro "Esto es otro básquet, es un sueño". Y ni lo dudé, a la semana ya estaba en San Nicolás".
"Los primeros años fueron entrenar nomás, pero de todas formas uno lo disfrutaba mucho porque ibas por ejemplo a la cancha de Atenas y estaban Milanesio-Campana, o la vuelta de Montenegro. Se vivieron un montón de etapas que a uno que le gustaba el básquet se quedaba sorprendido. Uno para estar en el banco incluso llevaba hasta la planilla (risas). Después paso a Regatas y ahí empecé a jugar, a tener minutos en Liga. Fueron tres años en San Nicolás que los aproveché muchísimo, jugué con y contra grandes jugadores. Y después salto a Central Entrerriano y se me empieza a salir el hombro, y me tengo que operar".
La llegada a la Liga Argentina, el inicio de una trayectoria histórica
"Era operar y estar parado un tiempo o fortalecer y seguir jugando hasta que termine el torneo. El 24 de diciembre cierro con Náutico Hacoaj y el primer día de enero me presento... unas instalaciones bárbaras, y estaba penúltimo en el TNA, no tenía aspiraciones de nada. Pero el grupo era bárbaro, y empezamos a ganar y ganar, la gente estaba enloquecida. Nos fue muy bien, terminamos clasificando, entrando en playoffs, salimos segundos del TNA 2. Se disfrutó muchísimo porque se cumplió el objetivo, y estaba todo para continuar pero después se terminó cortando porque al año siguiente el club no jugó más la categoría".
"En un momento me empecé a sentir cómodo en la categoría, empecé a entender cómo jugarla. Me di cuenta que ganando con el equipo siempre te vas a mantener vigente, no pasa por meter 20 puntos todos los partidos porque el año que te va mal no te contrata nadie al año siguiente por más que hayas metido 20 puntos de promedio. Es muy importante que el equipo gane y que vos seas funcional al equipo. Llegó un momento que cuando terminaba la temporada siempre tenía contratos rápidos para fichar, y no me daba tiempo para esperar a la Liga porque eran buenos sueldos y aparte siempre tuve la suerte de jugar en organizaciones muy buenas, como Formosa, Hispano, Monte Hermoso, o lo de Hindú que es increíble porque tenía una organización muy superior a la de muchos equipos de la Liga Nacional".
Los ascensos
"Lo de Formosa fue tremendo. Venía de jugar el año anterior ahí. Contratan a Piccato, arman un equipo con muchas pretensiones y tuvimos la suerte de que llegó Jason Osborne. Jason fue un crack, igual que Rafita Costa como base, Pablo Barrios... el otro día hicimos un Zoom y cuando me tocó hablar pensé el pedazo de equipo que teníamos, porque también estaba Ariel Pau, (Leandro) Portillo, (Diego) Gerbaudo... un equipazo. Si bien no ganábamos de visitante, llegamos a playoffs y arrasamos con todo".
"Lo de Hispano fue distinto. Era el segundo año en la categoría, no sabía mucho para qué se había armado pero sí tenía la pretensión de superar el año anterior. Y uno le da y le da, y recién cuando suena el silbato final se te viene todo encima. Porque lograr ascender es difícil, realmente difícil, y más en esta categoría".
La continuidad
"Me siento bien, entreno, me gusta y lo disfruto. Siempre digo que no voy a esperar a que me duela todo para no jugar más. Cuando vea que no, voy a dar el paso al costado. Después también es difícil porque no depende de vos. Yo quiero seguir jugando, pero si después te llaman los clubes o no es otra historia"