Europa no es América

Argentina sigue siendo un país de puro básquet con nivel de sobra para competir, equipos de gran calidad que son protagonistas directos de torneos internacionales en América. Eso está claro. La pregunta es... ¿Donde está nuestro techo por ahora? ¿Es solamente América? ¿Tenemos resto para luchar afuera a nivel clubes? Vamos a ocuparnos de eso.

Tanto en la Liga de las Américas como la nueva versión de Champions League, Argentina ha logrado mostrar un dominio acentuado. De hecho si tomamos ambas competiciones contamos un tricampeonato (San Lorenzo en 2018, 2019 y Quimsa en la actualidad).

Como país registramos 9 finales con 6 títulos y siete elencos diferentes que llegaron a jugar una definición. Hasta ahí nada que reprochar, todo para aplaudir y sostener sobre todo. Ahora bien... ¿Ese es nuestro techo actual? ¿Qué pasa cuando traspasamos barreras? Ahí comienza a aparecer otra realidad.

Vayamos a los últimos casos donde los nuestros chocaron directamente con los europeos. En 2018 San Lorenzo jugó las semifinales en Brasil ante AEK de Grecia. Un equipo muy superior en la Liga, lo dejó claro en la Liga de las Américas pero nos encontramos con otra situación en ese partido. AEK dominando a voluntad, ganando 27 - 13 el segundo y cerrando con mucha claridad el match a su favor. En dicho partido, Tucker, Anthony y Calfani fueron los mejores, todos foráneos y todos con experiencia internacional.

Vayamos al 2019 nuevamente con San Lorenzo. Contando la experiencia del año anterior, podía presumirse lo mismo. Un rival de mayor calidad como Virtus Bologna. Notable inicio de juego (23 - 10) y si bien San Lorenzo respondió, se encontró con un contundente 44 - 30 en la segunda mitad y nuevamente con poco gol para un elenco ultra anotador.

Finalmente el 2020 en Obras. San Pablo Burgos dominó a Quimsa, se llevó al descanso una brecha de +24 y más allá de la segunda mitad, el santiagueño no pudo dar el batacazo. ¿Los destacados? Robinson y Simpson más allá de alguna ráfaga de Diez o Gramajo.

Inicialmente podemos deducir como los europeos ganan con ráfagas, cuartos de lujo sosteniendo su nivel en generalmente todo el partido. Un básquet de velocidad, buena ejecución, presión defensiva y nuevamente haciendo valor el factor físico en todas las posiciones.

Sucedió con Kravic en Burgos ante Quimsa o bien la manera de atacar de uno y sin generar las incomodidades necesarias para que el europeo pueda salirse de foco. Los roles bien claros, cuando y como pasar, pick directos, caídas, un básquet individual y colectivo de alto nivel sin ser elencos de Euroliga. Solo por pasajes, le sucedió a San lorenzo en su momento y a Quimsa igual. Levantaron su nivel, se acostumbraron tarde a la manera de jugar y con daño ya hecho por el rival.

¿Nos falta experiencia ante rivales de éste nivel? Posiblemente. Si fuera una serie al mejor cinco o siete compromisos, tal vez el equipo argentino ganaría un par de juegos por saber como dañarlo, como intentar defenderlo y arriesgar en otros apartados.

La calidad del rival cuenta para uno mismo poder progresar. San Pablo Burgos es el claro ejemplo. Ganó con solvencia la última Champions League, clasificado a la Copa del Rey, con un estilo de juego y considerando que juega varias veces al año con elencos como Real Madrid, Barcelona, Baskonia, Tenerife, etc.

Es una cuestión de repetición como el mismo entrenamiento. Argentina con un nivel mediano en la Liga, poderío de algunos, sorpresas y buenas intenciones de varios pero el resto alejado de pelear por el campeonato. Es cierto, pasa en todos lados, pero la Liga con diferencias mayormente marcadas entre los que posiblemente peleen el torneo, quienes se quedarán en el camino y quienes directamente no lograrán ir más allá.

¿Qué sucede en América? Lógicamente el nivel mejora. Elencos, sobre todo de Brasil, que son grandes candidatos y de hecho, si no pasa nada extraño, podríamos hablar de otro enfrentamiento entre Argentina y Brasil en la versión 2021 de Champions League. Franca, Flamengo, Minas, Sao Paulo con otro físicos, experiencia, calidad.

Enfrentar a cada uno de ellos nos viene bárbaro para saber donde están parados los equipos de nuestros país. Sucedió lo mismo al tener a un Guaros enfrente. Saber como reaccionar ante otra clase de equipos y de jugadores para subir el nivel propio y llegar con mayor preparación. Es todo un proceso pero claramente el nivel es de pocos en general. Es decir, aún nos quedamos en el camino.

¿Necesitamos perfeccionarnos desde lo individual? Sin dudas también. Cada encuentro con los europeos, fueron los extranjeros quienes aparecieron como anotadores o desequilibrantes. Será hora que nuestros nacionales den un gran paso al frente en esa competencia de igual a igual para ser quien tome la posta.

Hay mucho carácter, corazón, ganas e intenciones, lógicamente también calidad pero perdemos más de lo que ganamos. El rival exige mucho más desde su velocidad, manera de defender, estilo y experiencia. Es todo un proceso pero que deberemos acelerar para que una nueva final (si nos toca) logremos competir en todo momento y no dar tantas comodidades que se pagan caro.

No creo que estemos tan lejos, somos grandísimos competidores y el tiempo nos dará la razón a nivel clubes también. Por ahora queda claro que faltan herramientas o situaciones a manejar que los europeos lo tienen demasiado afinado y afilado para dominar con periodos devastadores y luego pasajes de experiencia. Hay que elevar la vara, mejorarnos internamente como Liga, desde lo individual, crecer en conjunto, evolucionar y también América deberá hacer su parte a la hora de los rivales que nos toque enfrentar. Es un todo, Europa no es América y por ahora sigue quedando claro.

José Fiebig

@Josefiebig