(Opinión) Argentina cerró su participación en las ventanas con un equipo totalmente nuevo. Gabriel Picatto probó jugadores, hubo diversos debuts y con variados resultados desde lo individual. Una clasificación anticipada pero una caída ante Colombia que a muchos les dolió demasiado.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Como suele suceder en los torneos, el último resultado junto al rendimiento es el que queda en la retina. Por lo tanto, se viene a la cabeza directamente la derrota ante Colombia, la primera en la história y que para colmo, le generó la clasificación a los cafeteros a la siguiente ronda. Dicho juego generó un sorprendente malestar en muchos más allá del boleto anticipado del equipo y las novedades que incluyó Picatto para ser parte del plantel. El procesos y sus piedras, de eso hablaremos.
Argentina ha sufrido caídas casi imposibles de pensar. La primera que se viene a la cabeza fue en 2013 cuando Jamaica, sí Jamaica, venció a Argentina 81 - 75 y puso en jaque la clasificación a España 2014. Un equipo que perdió los rebotes, jugó muy mal e incluía a Campazzo y Scola entre otros además de Lamas en la conducción. Catastrófico si hablamos de nombres y del rival, y así y todo Argentina clasificó al mundial.
A la espera del Mundial de China, Argentina arrancó muy mal la competencia. Una sorprendente derrota ante Uruguay en Olavarría mostrando una muy pobre performance para ceder 88 - 83 y sembrar dudas de forma muy anticipada sobre lo que podía dar el equipo y si lograríamos la clasificación. Ya sabemos todo lo que sucedió luego.
Argentina sumó y suma derrotas duras ante Venezuela. Finales de Sudamericana, Preolímpico y todos con elencos de excelente nivel. Ni hablar en 2009 cuando el equipo cayó ante la vinotinto 85 - 69 con Scola a la cabeza pensando en Turquía 2010. ¿Otra catástrofe? En el momento todo negro hasta que el equipo encontró su rumbo y volvió a ser parte de un torneo internacional. Otros nombres, otras épocas pero con la misma idea base de seguir el proceso y siempre ajustando en el camino.
Volvamos al juego ante Colombia. Sin dudas una floja presentación de Argentina. Hubo tres debuts, un equipo con promedio de 24 años, la mayoría sin demasiada experiencia y otros con mayor bagaje pensando en ser un próximo recambio más activo y regular. El equipo jugó mal, cedió ante un rival al cual siempre se le ganó y claramente hay fallas que se deberán reparar para que el recambio comience a fortalecerse en ciertas áreas específicas.
Picatto probó jugadores en un gran presente y con chances físicas, técnicas para ser parte del plantel. Una lista preliminar de 25 jugadores con nombres merecedores de la convocatoria. Tal vez un Pennacchiotti, Hernández o Acuña, ni hablar Caffaro faltaron pensando en talla, calidad, presente y futuro sobre todo el último. El resto fueron perimetral de buen nivel, con merecida presencia por su andar a nivel local en la Liga.
Hay muchas cosas en claro. A nadie le gusta perder, menos ante elencos con los cuales generalmente, en este caso en particular, nunca se perdió. Argentina tiene la vara muy alta y derrotas contra ciertos elencos pueden molestar, sobre todo al de afuera que se rigen por el resultado solamente y no por el proceso. Dentro de dicho proceso se encuentran los progresos, los esfuerzos, roles nuevos, entendimiento de nuevas situaciones y las habituales piedras que hay que superar pero que deben estar para fortalecernos.
Es prueba y error, saber quien está a la altura de confirmar su lugar en la selección más allá de un presente de calidad en la Liga. También queda claro que no todos los jugadores que fueron parte seguirán, se hilará fino para llegar a un equipo de mayor élite desde todos los puntos como sucede habitualmente.
Se eligió un elenco totalmente de Liga Nacional, lo cual mostró deficiencias para jugar a nivel internacional en algunos, cuestiones técnicas, defensivas y sobre todo el físico, un problema casi sin fín para el plano Nacional. ¿Será hora de invertir en serio en infraestructura? Las provincias poder contar con centros de alto rendimiento para la puesta a punto desde lo físico y evitar que los chicos tengan que irse, no solo por lo económico sino para mejorar su cuerpo y básquet como viene sucediendo. Un teléfono que esperamos empiecen a atender.
¿Hay material? Claro que sí, jugadores con un desenvolvimiento que ilusiona, otros que tienen proyección y tienen margen para mejorar, otros para estudiar y seguir probando y algunos otros tantos que podrían dar un salto dependiendo lo que suceda con la Liga. El tiempo está e irá más allá de los Juegos Olímpicos. La siguiente etapa de la AmeriCup es en 2022, lo cual es un tiempo estimativo para reforzar desde diversos aspectos buscando mayores y mejores opciones luego de lo probado inicialmente.
En fin, así son los procesos y Argentina con la naranja lo tiene bien claro. Momentos en los cuales nos exponemos a derrotas inesperados y hasta dolorosas (quizás por nuestro ego o altísima vara) hasta el crecimiento exponencial y encontrar el mejor camino y los mejores jugadores para que la cosecha comienza a notarse. No es fácil pero es nuestro motor, nuestra forma para lograr algo realmente potable. Ejemplos hay de sobra y hay que seguir confiando. Siempre hay piedras dando vueltas, no será la única y habrá más pero así nos forjamos y así llegamos. El tiempo volverá a dar la razón.