(Opinión) El paso de la Selección Mayor femenina por la AmeriCup quedó eclipsado por el coronavirus y los cuidados. Revisar lo que se hizo y corregir lo antes posible evitará pasar por lo mismo con las U19 y U16.
Autor:Emanuel Niel (eniel@pickandroll.net)
Indefectiblemente el trago amargo que significaron los contagios de las jugadoras argentinas durante la disputa de la AmeriCup obliga a la reflexión. Si bien estamos en medio de una pandemia, por lo que las chances de contagio son reales, el hecho de haber sido la única Selección con problemas de este tipo deja al equipo, al menos, en un lugar incómodo.
Repasando las declaraciones queda claro que al comienzo se cerraron filas y se unificaron los criterios al momento de hablar. Cada vez que se abordó el tema se usó el terminó “perfecto” para describir los cuidados llevados adelante en la burbuja.
Ahora bien, para la Real Academia Española “perfecto” significa “que posee el grado máximo de una determinada cualidad o defecto” y ante la misma fuente, “burbuja” sirve para un “habitáculo hermético y aislado del exterior”. A la luz de los hechos ninguna de las dos cosas ocurrieron. Ni perfección ni hermetismo.
De igual manera, y con los contagios proliferándose, la propia CAB cambió el discurso y publicó que comenzaron a investigar los pasos dados, para encontrar el momento o circunstancia donde se dio el error que costó tan caro.
Y está bien que así sea. No sirve de nada montar una cacería de brujas y enfocarse en el “quién”. Por el contrario, es obligación obtener el “qué”. En agosto se dará el Mundial U19 femenino y bajo ningún concepto puede ocurrirle lo mismo a esas chicas.
Para las mayores estas falencias no solo atentaron contra la clasificación a la siguiente instancia en búsqueda del Mundial, sino que además las dejó sin boletos al próximo Juego Panamericano. Esto representa un costo doble, no solo en lo deportivo sino también en lo económico, ya que ODESUR, Panamericanos y Juegos Olímpicos son ejes a los cuales tanto el ENARD como el Ministerio de Deportes tienen entre ceja y ceja.
Pero volvamos a la pregunta anterior. ¿Qué pasó? Revelar ese interrogante traerá luz, tranquilidad y por sobre todas las cosas el ajuste necesario para no tropezar una vez más con la misma piedra y volver a ser un centro de atención negativo. Tal como pasó hace días, borrando incluso a la Argentina del sitio oficial del torneo como si nunca hubiese participado; o como lamentablemente todos recordamos que nos vieron en los Panamericanos del 2019.
Si bien circularon muchas versiones, solo un puñado tuvieron cierto respaldo, aunque oficialmente nadie las confirmará. Tan solo una de las hipótesis fue validada cuando se conocieron los contagios (amistosos ante equipo masculino de Obras) pero se aseguró que todos los intervinientes siempre dieron negativo en sus estudios.
De todas maneras ese simple hecho de jugar dos amistosos a 96 horas de viajar da lugar al análisis, las preguntas y las probabilidades médicas, que Pick and Roll se encargó de cotejar con epidemiólogos, teniendo la gran salvedad de que al ser tan nueva esta enfermedad, día a días los descubrimientos y avances modifican lo que está escrito.
Entonces, si es que pasó, es un riesgo jugar dos amistosos con gente que no está en la burbuja. No se puede afirmar que allí se contagiaron, pero es coquetear con la suerte.
Si es que pasó, es un riesgo que al menos un integrante del cuerpo técnico ingrese y egrese de la burbuja todo el tiempo. Lo mismo si alguna jugadora salió a la calle. No se puede afirmar que ocurriera y mucho menos que allí se produjo el contagio, pero de haberse dado sería coquetear con la suerte.
Si es que pasó, es un riesgo que se haya celebrado un cumpleaños en la burbuja recibiendo gente de afuera. No se puede afirmar que ocurriera y mucho menos que allí se produjo el contagio, pero de haberse dado sería coquetear con la suerte.
Los especialistas consultados, de igual forma, dejaron algunos conceptos claros. Según la bibliografía actual y lo que se ve en el día a día dentro de los nosocomios, la mayoría de las pruebas de PCR comienzan a dar positivas al cuarto o quinto día de infectarse el paciente.
De allí que las chances de que un PCR hecho el miércoles te de positivo contagiándote un domingo son muy bajas. Puede haber algún caso que sí, pero las probabilidades están por el piso.
Esta ejemplificación de días viene bien ante el argumento dado de que los contagios posiblemente se dieron en el control antidoping sorpresa que le efectuaron a Melisa Gretter, Andrea Boquete y Agostina Burani el domingo por la mañana; día previo al viaje.
Y a su vez esa referencia tiene la misma validez en caso de suponer que el contagio se dio el lunes durante el vuelo desde Buenos Aires a San Juan de Puerto Rico. Si la opción de PCR positivo en un estudio llevado adelante un miércoles ante un contagio generado el domingo era poco viable; esa probabilidad cae al borde de la nulidad si se quiere suponer que las jugadoras en cuestión se infectaron solo 48 horas antes del testeo.
Acá nada tiene que ver la preparación deportiva. Eso es historia aparte. Incluso se puede afirmar que la misma fue muy buena y dejando la vara alta para los venideros torneos, ya comenzándose a ver la impronta del DT.
Quedó claro el esfuerzo realizado a lo largo de los 40 días previos, dentro del contexto en el que se vive, como así también fue evidente ese extra que le da la pasión y las ganas a un marcado profesionalismo que trae como escuela este cuerpo técnico. En ese apartado el salto de calidad comparándolo con el pasado inmediato estuvo.
El “qué” que plantea esta nota va por otro carril. Se necesita saber dónde estuvo el error, no para instigar con el dedo acusador, sino para corregir y no volver a pasar por lo mismo en los torneos femeninos que quedan por delante.
Si la vacunación global sigue como hasta ahora, la Selección Mayor femenina no volverá a pasar por lo mismo. Recién regresará al parquet a mediados del año que viene con la disputa de un nuevo Sudamericano, y para ese entonces se supone que la pandemia ya debería comenzar a ser cosa del pasado.
Lo que realmente importa es el ahora. La burbuja “perfecta” para las U19 y luego para las U16. Afinar el “qué”, de haberse dado, dejar de coquetear con la suerte, y que en el centro de la escena quede en exclusividad el muy buen trabajo que se comenzó a hacer a fines del 2020.
Emanuel Niel En Twitter @ManuNiel En Instagram @EmanuNiel