(Análisis) Argentina cerró una muy interesante participación en el Mundial U19. Quedó entre los ocho mejores, tuvo un juego de película ante Turquía, muy cerca de las semis y con rendimientos altos en jugadores sorpresa. Un básquet diferente mostrado en competencias internacionales. Mostró ciertas falencias ofensivas y de juego pero nada que no se pueda resolver a futuro.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Pasó un nuevo mundial U19, un torneo donde poco a poco vamos viendo a las estrellas futuras a nivel mundial. Varios elementos ya considerados para draft NBA y otros que faltaron justamente por dicha posibilidad en breve. Dentro de todo ese espectro, apareció un seleccionado argentino diferente a lo acostumbrado. Repasemos todo lo que hizo un equipo, que, dentro del octavo puesto, dejó muy buenas sensaciones.
Casi sin internos (arriesgado, sin algunos proyectos 2003 y sufriendo esa situación), con mucha versatilidad en diferentes jugadores, buena talla en los perimetrales, bases anotadores y sobre todo, un ala pívot largo y con muchas cualidades, todo un diamante y de lo cual no estamos acostumbrados a ver.
Hubo buenas respuestas, típicas falencias ofensivas pero con un andar interesante que llamó la atención. Partidos que invitaron a ver a los pibes, los cuales, casi meten el bombazo llegando a semis.Un equipo que no tuvo competencia en 2020, que solo quedaba el recuerdo de la final ante Brasil perdiendo en el cierre. Farabello mantuvo la base de dicho conjunto y le agregó un par de fichas ciertamente inesperadas pero, quizás, las más productivas de todas.
Es cierto que los jugadores mejoran, toman otros rumbos, evolucionan su físico y aptitudes, y eso genera que tengan nuevas oportunidades. Fueron los grandes casos de Gonzalo Corbalán y Manuel Rodríguez, quienes no solo quedaron entre los 12, sino que fueron determinantes a lo largo y ancho de la competencia.
Juan Fernández encabezó al equipo siendo uno de los jugadores a ver. Un ala pívot liviano, atlético de 2m10 con movilidad, dribbling, capacidad de tiro externo y carácter. Toda una rareza encontrar un jugador así en menores para Argentina, pero finalmente apareció y el equipo ciertamente lo aprovechó.
Argentina supo jugar sin él cuando se pasó de revoluciones o no generó sacando ventajas. Ahora sí, en sus momentos de esplendor, dio un paso al frente como ante Turquía, momentos de España y ni hablar del monumental juego ante Serbia, donde el equipo acarició las semifinales del mundial y el santafesino se llevó todas las miradas.
Sin dudas todos nos quedamos sorprendidos desde el arranque con este equipo. La increíble remontada ante España (perdía 36 - 18) y finalmente festejar por la mínima. Ganarle a una potencia europea no es de todos los días y Argentina lo logró. Doblegó sin problemas a Corea, que, más allá de ser el rival más débil, había que ganarle con autoridad, y el equipo lo pudo hacer.
Se topó con uno de los gigantes del torneo como Francia. Un elenco más dinámico, con mayores recursos, un distinto como Wembanyama (en otra nota hablaremos de él) y poco pudo hacer flaqueando en defensa, algo que se vio poco en general. Una diferencia excesiva donde Argentina prácticamente no estuvo en juego salvo los primeros minutos.
Si Argentina tuvo un punto alto e interesante para remarcar fue la defensa. La intensidad propuesta, versatilidad en la primera línea con Rodríguez (2.02) o el propio Fernández sumado a Azpilicueta (2.01) o bien Rossi (2.05) incomodando a los rivales. Supo reemplazar, no lo tomaron mal parado aunque sufrió cuando no llegó a ajustar rápido si el rival circulaba con éxito.
Le costó en el poste pero hubo un enorme sacrificio para palear la falta de interno rendidor y que pueda reemplazar a Fernández. Ott no lo fue y Burgos (pocos minutos) mostró cosas interesantes en el cierre del torneo con sus 2.08 y siendo un año más chico. Esa falta complicó el diagrama de Argentina, pero pocas veces se vio rebalsado atrás y logró correr o puntear los tiros.
Ofensivamente tuvo sus altos y bajos. Cuando pasó la bola fue un elenco de poder, aprovechó sus aptitudes atléticas para ir fuerte al canasto, romper y pasar o correr la cancha. Le costó enlazar, sus bases tuvieron problemas en ese aspecto, Díaz motorizó solo por momentos, Pérez nunca engranó y Corbalán funcionó más corriendo a un costado que como base armador.
Sorprendió lo poco que tiró de afuera el equipo y torcido (27%) para un elenco que apostaba en la previa a eso. No abusó del triple, no tuvo a Copes en su esplendor por una lesión en su rodilla y sintió esa falta. Méndez, otro de los puntos altos, fue un todo terreno, inteligente para jugar, para dañar cerca del aro y tomar buenos tiros a distancia. Merlo se salió del libreto proponiendo a distancia y tratando de desnivelar. Ni hablar los libres, apenas 53%, uno de los puntos más bajos.
Ante Turquía se vio uno de los grandes partidos del torneo. Argentina lo llevó muy bien, perdió las riendas en un flojo tercer cuarto y estuvo a segundos de caer. Corbalán, quien revolucionó con su potencia, agilidad, capacidad anotadora y carácter, se despachó con un bombazo que generó el pase a cuartos de final y también la explosión en redes sociales llegando hasta Las Vegas con la selección mayor.
Toda esa energía y corazón intentó trasladarse ante Serbia. Un juego donde Fernández y Díaz fueron determinantes, tal vez más de lo necesario, pero mostraron sus cualidades en un juego de enorme valor. Hubo menos acompañamiento colectivo, y aún perdiendo el equipo logró una magnífica competitividad ante otro gigante del básquet mundial.
Posiblemente llegó el desgaste, lo emocional bajó y encima Lituania fue una verdadera tromba. El juego más flojo defensivo ante un rival fino a distancia con el cual poco se pudo hacer. Hubo rebeldía, buenas intenciones pero lejos de una buena performance en total. Lo mismo sucedió ante Senegal, un rival diferente, muy duro en defensa y sobre todo con porte físico que hizo valer para dejar a Argentina octavo pero con sensaciones realmente muy positivas.
Poco para reprochar, mucho para evolucionar desde lo individual, técnica y toma de decisiones para aprender de lo sucedido. Argentina lució bien en general, con un básquet distinto en menores a lo que generalmente vemos, mayor talla, versatilidad e intentando mostrar lo nuevo para competir de lleno. Se topó con grandes de Europa, luchó, tuvo puntos altos y se animó a soñar en grande.
Rodríguez fue un gran destacado, Díaz con su calidad individual, Merlo con su rebeldía y esfuerzo, y quizás, otros que no lograron despuntar en el torneo como se esperaba. Un torneo de buen nivel con proyectos NBA a los cuales se enfrentó y se demostró que no se estuvo lejos. Un buen paso para pensar a futuro, por donde seguir mejorando y calibrando en diferentes aspectos. Los pibes dejaron su impronta y sobre todo, no pasaron desapercibidos.
José Fiebig
@Josefiebig
»Jorge14/07/2021 20:09
Hay que apoyar a estos chicos, han tenido un torneo que les va a servir, a al menos deberia servirles para su crecimiento, para hacerles ver en carne propia que es lo que les falta para competir a alto nivel, por ejemplo: Trabajar el fisico con musculacion y nutricion, mejorar tecnica de lanzamiento en los libres por ejemplo, tener mas roce con equipos europeos o de universidades norteamericanos para sumar roce y experiencia internacional y no sientan tanto nerviosismo al enfrentar a las potencias..... PARA DESTACAR CREO QUE HAY 2 JUGADORES QUE LOS VEO CON FUTURO DE SELECCION MAYOR: UNO SIN DUDAS ES EL ALA PIVOT O 4 JUAN FRANCISCO FERNANDEZ, Y EL OTRO ES RODRIGUEZ ORTEGA, ALERO ALTO Y ATLETICO, SIN DUDAS SI AMBOS TRABAJAN SU FISICO PRONTO SERAN TENIDOS EN CUENTA PARA LA MAYOR........ HAY FUTURO SEÑORES!!!.....
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»porte15/07/2021 15:43
jorge me parece que fisicamente estan bastante bien comparados con campeonatos anteriores la mayoria son profesionales a esta altura osea que comparten plantel superior
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»López14/07/2021 21:13
Me parece que a la nota le sobra un poco de optimismo. Dicho con respeto, por supuesto. No se vio un trabajo de ensamble, apenas individualidades (tal vez a causa de la pandemia, no lo sé), ni juego colectivo, ni individualidades desequilibrantes. Fernández y Rodríguez, puntos altos; el atletismo de Corbalán, y un poco el tiro de Merlo. No vi a Díaz en buen nivel: sin marca, sin desnivel, sin contagio. Rossi y Méndez, como a destiempo: parecía que jugaban en los momentos equivocados. Me extrañó la increíble elección de pivotes suplentes que llevó Farabello. Y Roveres? Por lo demás, ¿Copes se lesionó allá? En fin, creo que en función del contexto de preparación no se pueden sacar muchas conclusiones a futuro. Hay que trabajar las piernas en inferiores, el tiro, y los fundamentos. Y seguir peleándola. No quedé tan entusiasmado como Fiebig. Pero banco su entusiasmo.
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»Con Respeto a la Naranja15/07/2021 16:48
Espero que los de Boca le den oportunidad a Rodriguez y a Burgos y no hagan la que hacen siempre. Los queremos ver progresar, jugar en la Liga y no verlos diluidos reforzando un equipo de Liga Arg o Federal.
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»José Luis17/07/2021 17:32
Falto el pibe de regatas GAUTO un jugador con un excelente tiro de 3 que se vio que faltaba al equipo . PERO HAY QUE SEGUIR APOYANDO