Platense debutó en su renovado estadio con victoria cómoda ante San Lorenzo 67 - 51. El anfitrión dominó defensivamente, explotó en el tercer cuarto para seguir a tope en las posiciones. Lugli y Goldemberg los mejores.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Todo el nerviosismo que podía existir en los jugadores de Platense por la “vuelta a casa”, por volver a jugar con su hinchada por primera vez desde que se consiguió el ascenso en 2019 hace 836 días, sólo duró un par de minutos desde que los jueces lanzaron el balón al aire. Desde el primer momento, el Calamar se adueñó del trámite y, con la fórmula del juego en equipo como bandera, no le dio chances a San Lorenzo: lo derrotó por 67-51 en el estreno del nuevo Microestadio Ciudad de Vicente López.
Pero no sólo la distribución ofensiva del equipo del Cholo Vázquez fue la clave para este nuevo triunfo, donde acumularon entre otros números 16 asistencias, 9 triples y un 50% de efectividad desde los dos puntos: fue muy importante la intensidad en el aro propio, sobre todo cortándole la vía de los tres puntos a San Lorenzo, y dejándolo en tan apenas 1/16 en ese rubro.
Desde el comienzo del choque, Platense se encontró muy cómodo en el dominio defensivo. Anuló totalmente al Ciclón, a tal punto que le dejó convertir solo ocho puntos en todo el parcial. En el aspecto ofensivo se enfatizó la idea que viene planteando el “Cholo” Vázquez en el transcurso del torneo: el juego colectivo en ataque, moviendo la pelota hasta encontrar la mejor opción de tiro y convertir cualquier situación defensiva en contraataque. Igualmente, “Tense” perdió efectividad y al finalizar el primer periodo la diferencia de 14-8 no reflejó como se estuvo desarrollando la disputa.
En el segundo segmento, el “Marrón” entró en una laguna plagada de incertidumbres y su efectividad en la delantera continuó bajando. Los de Boedo tuvieron un dolor de cabeza en la retaguardia en el cuarto anterior, pero con varios ajustes en cambios de marca, transiciones y una defensa zonal de 4-1, lograron acomodarse y empezar a construir un mejor ataque.
Además, sumó una presión en todo el campo. Todas estas indicaciones de Castiñeira tuvieron efectos en el marcador y sus dirigidos construyeron una racha de 8-2 faltando dos minutos para concluir la primera mitad. El resultado al descanso quedó en manos del local por 30-25.
En el tercer cuarto los Calamares se reencontraron con el ímpetu del primer periodo. Nuevamente tenían las riendas de la defensiva, con un rendimiento similar al del parcial inicial que apenas le permitió al Cuervo siete unidades en todo el cuarto.
Y Platense supo capitalizar muy bien el mal trecho de su rival castigándolo con una gran rotación de balón en las manos de todos y la gran aparición de Matías Bernardini, quien anotó ocho tantos en el tramo. Sumado, obtuvieron la mayor diferencia del choque con 22 puntos. El tablero mostraba un encuentro sentenciado con el 51-32 parcial al terminar el tercero.
El último cuarto se basó en los minutos de rotación. Ambos planteles transitaron el decisivo período con varios cambios en los quintetos y dando más espacios a los que menos participación tienen. Durante este segmento, como durante todo el juego pero con más énfasis, el público fue partícipe con sus cantos que construyeron una fiesta para celebrar el retorno de de los hinchas Calamares a la cancha. La jornada finalizó con una gran victoria construida desde atrás hacia adelante y con el contador en 67-51.
Informe: Prensa Platense y Prensa AdC. Fotografías: Liga Nacional