Subite a la lancha

Sin dudas será el centro de atención de cara a las ventanas del próximo fin de semana en Buenos Aires. Carlos Delfino regresa a la selección argentina tras su último torneo en Rio 2016 con los Juegos Olímpicos, en lo que fue la despedida de gran parte de la generación dorada con Ginobili y Nocioni como emblemas. Luego de eso, la figura de Carlos Delfino ciertamente se diluyó pensando en siguientes convocatorias pero siempre buscando sostenerse en un gran nivel el santafesino.

Delfino venía de una larga inactividad, dio un paso importante con la vuelta a la Liga Nacional en un momento difícil para Boca. Volvió a Italia, fue parte del Fiat Torino en la Lega Basket donde disputó hasta enero tras una salida poco feliz tras la pelea con su entrenador. Confirmó su fichaje al Fortitudo Bologna, elenco en el cual ya había jugado y donde concreta su ascenso. Finalmente su regularidad, buen andar le permitió fichar en el VL Pesaro nuevamente en la máxima categoría hasta hoy.

Fue uno de los pedidos por la gente pensando en el Mundial 2019. Lancha fue encontrando un mejor nivel, su característico juego externo con su físico atlético y manteniendo un nivel activo y con protagonismo. Pasó el tiempo, Delfino continuó haciendo de las suyas y todo estaba dado para su regreso dentro de las ventanas y la posibilidad de ser convocado desde el extranjero.

El presente le sonríe a Delfino. Más allá de que VL Pesaro no se encuentra en la mejor posición, el santafesino es uno de los líderes a los 39 años en puntos, rebotes y asistencias (se despachó con 18 pts, 9 rebotes y 6 asistencias el pasado fin de semana y elegido en el quinteto ideal de la jornada). Sigue desplegando desde su tiro externo, velocidad y experiencia al equipo en Italia.

El último resquicio de la generación dorada luego de la salida oficial de Luis Scola tras el pasado Juego Olímpico. Un carrerón de Delfino siendo parte del seleccionado desde la medalla de oro juvenil en el 2000 (Y como MVP) hasta su primer oro en mayores en 2004 (Sudamericano en Brasil) para iniciar un camino como parte de la generación dorada.

Sin duda que Néstor García le dará un rol privilegiado a Delfino. La voz de la experiencia, el nuevo referente (al menos en esta ventana) y con los minutos necesarios para deslumbrar su calidad en ambos costados. Un apasionado por seguir luchando y mostrar todo lo que podía dar más allá de lesiones y complicaciones a lo largo de su carrera que hicieron dudar de su continuidad como jugador profesional.

La chance de redebutar en la selección y como local. Disfrutar de la gente, de su entrega, su talento y todo lo que nos tiene acostumbrado Delfino, ahora volcándolo en Italia. El Che irá encontrando su lugar al menos en estos compromisos. Premio al esfuerzo, al seguir, al no bajar los brazos y dar ese plus para volver al nivel del cual todos disfrutamos verlo en este momento. Subite a la lancha que Delfino se pone la celeste y blanca de nuevo y en casa.

José Fiebig

@Josefiebig