Independiente de Oliva volvió a mostrar su oficio con Fernando Martina como líder para limpiar en la semifinal a San Isidro por 87 a 67. Definirá el título del Súper 8 con Central de Ceres.
Autor:Juan Ignacio Alburquerque
Ya no alcanzan los adjetivos calificativos para describir la campaña de Independiente de Oliva. Lejos de aminorar su marcha, de permitirle a los oponentes descifrar sus fortalezas, el elenco cordobés evoluciona a cada paso para agigantar su performance. Tras una gran Primera Fase y un arranque invicto de Fase Regular, el equipo de González también corroboró sus pergaminos en el Súper 8.
Independiente lo hizo de nuevo, otra vez con esa fórmula que mixtura la simpleza en un estado puro, con esos rasgos de un juego sin misterios y principalmente una defensa deluxe, de esas que todos los entrenadores del planeta sueñan en sus mentes, pero que en este caso se transmuta en una realidad.
El conjunto de Oliva aterrizó en las semifinales del Súper 8 para cruzarse con otro representante de la provincia mediterránea, San Isidro. Los Halcones Rojos llegaban tras concretar el batacazo de eliminar a Deportivo Viedma (probablemente uno de los grandes candidatos al título de la Liga Argentina). A pesar de las complejidades que avizoraba el pleito, Independiente no dejó ni un resquicio para las dudas y lo apabulló con un primer tiempo de altísimo nivel (50-32), para navegar a una victoria sólida 87-67.
Nuevamente la defensa se erigió en un atributo fundamental, por algo los de Oliva son el equipo que menos puntos reciben en toda la competencia con 66.7 de promedio. Encima, San Isidro ostenta un poder de fuego notorio, con su promedio de 83.5 por noche, que lo convierte en el cuarto mejor anotador. El entramado colectivo de la tripulación de Martín González funcionó a pleno, con esas rotaciones perfectas, esa intensidad pasmosa y la solidaridad como clave.
Independiente se articula en un gen colectivo, indudablemente, con la ausencia de egos, pero dispone de un tractor, una maquinaria silenciosa, o poco marketinera, como Fernando Martina. El pivote de mil batallas en la Liga Nacional sigue vigente con 40 años y en la cancha de Platense la rompió con una labor descomunal de 24 puntos (9/13 en dobles), 6 rebotes, 2 asistencias, 2 robos, 8 faltas recibidas y 33 de valoración en apenas 21 minutos.
El ex interno de Boca, San Lorenzo, Obras y Peñarol no necesita de una estadía prolongada en el campo para gravitar, para guiar a sus compañeros, para marcar el camino y sobre todo para resolver cada una de las situaciones que recibe en el poste. Un manual perfecto de la vieja escuela. Claro que siempre está muy bien acompañado por Lucio Reinaudi, que en esta ocasión aportó 14 unidades, 5 asistencias y 4 robos. Un tándem perfecto con Martina.
Ahí va el sueño de Oliva, que se fundamenta en sustentos concretos, al punto que en lo que va de la 2021/22 ganó 16 partidos y apenas perdió en dos ocasiones. La final de Súper 8 contra Central de Ceres augura un espectáculo tremendo, que latirá en el Templo Rock este sábado a las 20.
Independiente de Oliva 87: Fernando Martina 24, Lucio Reinaudi 14, Jose Bione 4, Joaquin Noblega 7, Agustin Pautasso 9, Mateo Brarda 0, Alejandro Quigley 8, Benjamin Herrera 13, Nicolas Marcucci 3, Benjamin Giorgetti 4, Tomas Ramallo 1. DT: Martín González.
San Isidro 67: Santiago Bruno 4, Santiago Assum 5, Jeremías Diotto 0, Milton Vittar 2, José Montero 9, Juan Cruz Oberto 13, Emilio Stucky 23, Jerónimo Suñé 2, Gonzalo Romero 2, Ignacio Cuesta 0, Federico Zezular 7. DT: Daniel Beltramo.
Parciales: Independiente 26 / San Isidro 12 – 50/32 – 73/53 y 87/67.