Otro rugido furioso

Ameghino volvió a ganar. Por sexto partido consecutivo, ante un rival siempre complicado como San Isidro de San Francisco, por 96 a 89, y atraviesa su mejor momento en la actual temporada de la Liga Argentina.

Con un Juan Abeiro intratable, pieza fundamental en los pasajes en el que los caminos al aro se cerraron, el conjunto villamariense supo hacer un gran último cuarto para romper con la paridad que arrastraba el encuentro.

Desde el inicio, el juego mostró a dos equipos erráticos. Ambos probaron de afuera, en la pintura, corriendo, y la pelota, la mayoría de las veces, no entró. Ameghino, en ese contexto, estuvo un poco mejor, y el correr de los minutos le fue dando una ventaja que, poco a poco, empezó a incrementarse. Así, logró ponerse 7 a 0, hasta que la visita logro convertir por primera vez (tiró 0/8 de campo, hasta ahí), tras más de tres minutos.

San Isidro clavó un triple que lo acercó al León (14-10) restando cuatro por jugar y desde ahí pareció amigarse con el aro: dos simples y otro triple lo pusieron al frente por primera vez.
Las imprecisiones continuaron y se prestaron el liderazgo varias veces, hasta que la chicharra determinó la igualdad en 20.

La paridad continuó intacta en el segundo período y el juego estuvo empatado un largo rato. Por momentos, la velocidad que le imprimieron al juego y la mala elección de lanzamientos fue contraproducente a la efectividad que mostraron. A los seis minutos, un triple de la visita derivó en un tiempo muerto de Pablo Castro, necesario para ambos conjuntos, que estaban lejos de su mejor versión.

Sin embargo, el local no consiguió cambiar el rumbo y la diferencia siguió ampliándose.
Tras renegar ataque tras ataque para poder convertir, un triple de Tomás Allende acercó a Ameghino sobre el cierre, para decorar un 37-41 que pintaba para peor de cara al descanso largo.
Un buen arranque en el tercero, con una clara apuesta al juego en la pintura, le dieron a Ameghino la posibilidad de volver a tomar la delantera en el marcador.

Fue un 14 a 5 en cinco minutos, que igualmente incluyó pérdidas y errores de ambos costados, un panorama que el León supo capitalizar mejor. La presencia de Juan Abeiro bajo el aro fue fundamental para mantenerse arriba. Cuando el interno se sentó por acumular 4 faltas, la visita se acercó hasta volver a poner pardas.

Una bomba de más de ocho metros de Aristimuño tuvo respuesta calcada de parte de los de San Francisco, con un puñado de segundos por jugar del tercero, para que el tablero se clave en 67-67.
La intensidad con la que se jugó el último cuarto fue atrapante. Abeiro siguió siendo el faro ofensivo más importante en el local, con puntos de todos los colores bajo el tablero. A esto, el León se sumó una fuerte defensa para escaparse al frente por ocho (82-74) promediando el período.

La visita, apretada por el buen momento rival, se mantuvo en juego como pudo, pero otra bomba de larguísima distancia de Aristimuño le dio una decena de ventaja y fue un golpe del que no se pudo recuperar, con algo más de tres minutos por jugar. Los de San Francisco no encontraron la forma de que Ameghino no convierta, y la diferencia se hizo inamovible.

La chicharra final sonó y el 96-89 desató el festejo por la victoria. También por las seis consecutivas. Y mucho más por la satisfacción de saber que el equipo está pasando por el mejor momento en el torneo. El calendario de los de calle San Juan indica que el próximo lunes, ante Deportivo Norte de Armstrong, tendrá su último encuentro en casa antes de partir a una gira que lo tendrá jugando como visitante tres encuentros en cuatro días.

FUENTE: EL DIARIO DE CÓRDOBA