Hiriart: "Aprender a entrenar la mirada sin dolor para volver a ganar"

La buena performance de Leo Hiriart desde su llegada a Hispano no logró terminar con el celeste en la Liga Nacional. Si bien el cierre no fue el esperado, sin duda el rosarino forjó una idea de juego, y la supo traducir al campo para mostrar a un Hispano con esperanza y decisión de cara a la serie ante Unión.

En principio te pregunto… ¿Cómo estás?

Bien. De pie. Di todo lo que tenía, pero tengo una autocrítica alta. Ahora recargando energías. Hay que aprender y seguir. Salir más fuertes. Volver más maduros. Cambiar el perfil y aprender a entrenar la mirada sin dolor para volver a ganar.

¿Cómo quedó tu relación con los dirigentes de Hispano?

Tuve diálogo constante con el presidente y los responsables del básquet antes de irme. Quedamos en los mejores términos. Gente cumplidora. A la que todo le cuesta el doble por la distancia dónde viven, la infraestructura colapsada y el clima hostil. Estoy agradecido de que hayan creído en mí en un momento tan delicado. La situación era muy compleja y pusimos al equipo de pie. Le dimos vida de nuevo. Duele que, aun así, tuvimos la chance de salvarnos y no aprovechamos las posibilidades que la Liga nos brindó.

¿Hicieron en este corto tiempo algún balance de la situación?

Si. Creo que existen las causalidades y las casualidades. No me corresponde hablar a mí de la elección de los jugadores ni de las decisiones dirigenciales. Esto siempre se mide por resultados, aunque a veces pueda sonar ingrato o injusto. Cuando tomé el mando en febrero, el equipo había ganado 4 partidos sobre 30 posibles contando la Liga y el S20. Llevaba 3 de 21 en la Liga, y 14 derrotas seguidas. Y pasamos de un 13% a casi un 50% de victorias.

Teníamos un margen de maniobra casi nulo para hacer recambios, y fichamos a Mike Smith. Un señor y un tremendo profesional. Nos ayudó a acomodarnos dentro del a cancha, sobre todo en los roles de los demás y en la toma de decisiones. Jugamos 5 partidos con él y ganamos 4. Llevaba 20 puntos de promedio y en el quinto partido se rompió los meniscos. Esa es una casualidad. Contra eso no se puede hacer nada.

Nunca lo pudieron reemplazar

Es verdad. Vino Ware y se fue rápido. No era el indicado y debí haberme dado cuenta antes. Pero puede pasar. Jugamos los últimos 4 partidos sin 3 jugadores. Vino Fuller, al cual le agradezco el compromiso que tuvo con el equipo, jugó la serie de Play-Out y al segundo partido le rompieron los huesos de la cara y nariz. Así y todo, el equipo se puso 2-0. Teníamos dos juegos para cerrar la serie en casa, y no supimos o pudimos ganar un juego de los 3 restantes. Eso es lo que más me duele.

¿Hablaste luego con los jugadores?

Por supuesto. Uno tiene la obligación de liderar y conducir siempre. Sobre todo, en los peores momentos. Ellos no fueron responsables de lo que sucedió. Al menos no fueron los principales responsables. Especialmente los nacionales. Saglietti quedó muy solo toda la temporada. Y cargó una mochila pesada que no le correspondía llevar. Se alivió un poco con la llegada de Junior Cequeira, a quien también le agradezco por su enorme compromiso y profesionalismo.

El resto eran chicos jóvenes que dieron todo lo que tenían y la pasaron mal toda la temporada; y dos extranjeros muy especiales, demasiado preocupados por anotar y ser parte del espectáculo, más que de formar parte del plan de juego. El equipo terminó dependiendo mucho de ellos hasta el final, y a mi criterio, habernos quedado sin margen de maniobra tempranamente fue el gran error estructural que tuvimos.

Más allá del resultado colectivo, imagino que intentarás capitalizar tus buenos resultados personales...

Como entrenador uno siempre prioriza lo colectivo por sobre lo individual. Estoy en paz con lo realizado. Me gustaría tener la chance de armar un equipo desde el principio, ya que en los últimos años me ha tocado formar de parte de proyectos armados o que sufrieron golpes de timón importantes a medio camino. Suele pasar con jugadores que destaquen en un contexto colectivo malo, pero no es común con entrenadores.

Prefiero, por filosofía de vida, pensar siempre primero en el equipo. Más allá que todos tenemos que seguir trabajando. Esta fue una temporada muy dura, en general, para los entrenadores. Pero esta profesión es así. Hay que estar siempre fuerte y firme. Tener la humildad para aprender de la experiencia vivida, reformular y seguir creciendo. Esa es la idea. Al menos la mía.

José Fiebig

@Josefiebig