(Opinión) Argentina cerró su participación en el Mundial U17 con muchos claroscuros en su juego, apenas cerrando 11° y una propuesta con diferentes sinsabores. Individualmente algunos destacaron pero el equipo poco pudo hacer ante los grandes rivales. Una defensa zonal en exceso al igual que el tiro externo. Perdimos nuestro queso y aún lo andamos buscando.
Autor:José Fiebig (@Josefiebig en twitter)
Final del camino para el seleccionado U17 de Leonardo Gutiérrez en el mundial disputado en España. Argentina finalizó 11°, quizás una posición por debajo de las expectativas tras el gran FIBA Américas disputado, la gran tarea ante Estados Unidos y sobre todo el interesante material tan versátil, moderno y opciones dentro de una ofensiva contundente, la cual lejos estuvo de estar. Una defensa zonal a analizar y el tiro externo casi como motor adelante.
Lejos del exitismo de querer salir campeón, o exigir terminar entre los mejores, hay que analizar todo el contexto y el 11° puesto final el torneo. No es cuestión de solo ver resultados de juego, sino la manera en la cual competimos, el cómo, y los actores involucrados sumado a situaciones que se sucedieron que posiblemente alteraron la idea para el Mundial U17.
La camada 2005 brilló en el Sudamericano superando con total claridad a Brasil en la definición. Algo que no es tan normal en formativas al enfrentar a un rival, con el cual hemos tenido diferentes resultados en definiciones. En el FIBA Américas, Argentina llegó a la final, clasificó con holgura, volvió a dominar a Brasil, se dio el lujo de volver a vencer a Canadá (en baja en los últimos torneos) para poner en aprietos a EEUU en la final con performances individuales muy destacables y manteniendo el librito ganador.
En conclusión, una visión hacia el Mundial U17 con buenas expectativas más allá de saber la supremacía europea en menores. La idea era subir un escalón respecto de nuestras virtudes, minimizar aún más nuestros errores o falencias, pero hubo detalles que no se pudieron esconder. De hecho quedaron en evidencia al subir el nivel de complejidad padeciendo por momentos el torneos y cerrando con la 11° posición sin terminar convenciendo en diferentes apartados desde lo físico, técnico y táctico.
Vamos por parte y de atrás hacia delante. La defensa zonal terminó siendo un mal necesario ante las pocas respuestas en el hombre a hombre que tuvo el equipo. Si bien en el FIBA Américas logró imponerse en ese aspecto, Argentina sintió la falta de recursos atrás y la defensa zonal no dio resultados. Faltaron los recursos o la picardía para cambiar pero el daño fue irreversible.
Se encontró con elencos más rápidos para producir, pasar, definir y romper casi sin problemas la zona anotando a distancia. El equipo quedó descompaginado en defensa y con desajustes claros. Todo eso se confirmó cuando, al ir al hombre, costó sostener arriba al rival y ceder desde lo físico siendo superado en diferentes lapsos.
Argentina sufrió no tener a Tiziano Prome en su plenitud. El interno marplatense brilló en el FIBA Américas (12.0 ppp, 7.0 rpp en 24 minutos +13 de eficiencia) siendo elegido en el quinteto ideal con todo lo que generó físicamente y con su capacidad de gol y potencia. Prome llegó tocado del campamento NBA, sintió su parate desde lo físico, fue al Mundial por recambio (sorprendentemente) y se lo vio muy limitado en números y minutos (3.6 ppp, 2.7 rpp en 12 mpp).
La ofensiva tuvo muchas variantes y excesos de altibajos. Argentina pasó de un 81.8 ppp a un 64.6 ppp en el Mundial, es cierto, los rivales son superiores, diferentes físicos pero hubo poco plan B para elevar números y salir de diferentes pozos. Lucas Giovanetti fue el más determinante para jugar, desequilibrar, tomar las riendas ofensivas con sus 2m01 y tratar de conectarse con el resto (3 pts menos en asistencias respecto del FIBA Américas)
La eficacia de juego bajó en diversos jugadores donde el triple fue con lo que vivió y murió el equipo en diferentes oportunidades. Por momentos pareció no haber otra opción que lanzar de afuera, la bola se movió poco al igual que lo estático que se vio el equipo cuando no corrió la cancha careciendo de soluciones, juego simple y eficaz que casi dejo de usarse.
Respaud y Bocca fueron claves en remontadas, velocidad, despliegue siendo los que más permisos tuvieron para equivocarse. El tirador del Obradoiro como goleador y mayor triplero, y el base de Obras con un físico notable, mucho protagonismo pero frío en decisiones (26% de campo, 14% en triples) cayendo a apenas +6 en eficacia dentro del conjunto por lo generado. Todo aprendizaje sin dudas.
Dentro de la propuesta, la cual poco convenció, la banca hizo lo que pudo. Ante la baja de Peral, quien tuvo 9.2 ppp, 3.5 rpp, 3.5 app, rebeldía para jugar y buenos porcentajes en el FIBA Américas, Gutiérrez dispuso de Drocezesky de conductor, quizás queriendo elevar la talla de manera forzada, siendo más alero neto con gol. Al jugador de Bahía Basket le costó desde la posición y apenas pudo verse su gran potencial.
El resto del perímetro con los mismos altibajos. Interesantes pasajes de Sinigoj desde su potencia, tiro externo y decisiones pero sin poder soltarse y sufriendo atrás por momentos. Lo mismo para Pérez Barrios obrando de base o bien tirador sin destacar en ambas. Dentro de los internos Máximo Lomello mostró virtudes de velocidad, movilidad para su talla y gol aún cediendo ante otros físicos. López Lorens con potencial, colaborando atrás y movilidad.
Los "recambios" para el Mundial no lograron encajar y dar soluciones. Bilbao y Viatri, quienes no estuvieron en torneos anteriores (esa no experiencia pesa) les costó meterse de lleno en la dinámica de semejante mundial con físicos deslumbrantes, mucha velocidad y decisión. Tienen recursos y talla pero fueron de mayor a menor. Quedaron afuera jugadores para foguear como Ventura, Zanotto o el propio Easterling (no pudo ser parte de los entrenamientos) como alternativas de "grandes".
Material hay, de eso no hay dudas (pensando en las siguientes camadas), pero todavía no se logra pulir en una cita mundialista. Físicamente Argentina volvió a ser superado y con rivales que han subido la vara como Polonia, nuevamente Australia, España, Francia y Lituania como ejes centrales. Ninguno sorpresa (o casi) pero cada vez más selecciones elevándose como protagonistas.
El equipo cedió ante una versión limitada de Eslovenia y defensivamente nunca logró imponerse, terminando por ejemplo, por debajo de Egipto en la general. La idea de juego y la propuesta quedó en el camino más allá del talento o el potencial. No hay que quedarse con lo que funcionó, sino elevarlo, maximizarlo sabiendo lo que se viene para no golpearse tan duro con la realidad.
¿Quién se ha llevado nuestro queso? Cuenta la historia que dos ratoncitos y dos pequeños hombres vivían en un laberinto y dependían del queso para ser felices. Encontraron una habitación lleno de queso y vivieron felices por un tiempo. Un buen día ese queso desapareció sin que ellos supieran que hacer sin ese queso.
Esto aplica para los cambios, quedarse en cierta zona de confort no sirve, y fórmulas que funcionaron quedaron obsoletas como la defensa, propuesta ofensiva y la idea de torneos anteriores. El queso del relato representa cualquier cosa que queramos alcanzar, y aplica para el básquet y el laberinto es la realidad con callejones, zonas oscuras y situaciones a las cuales hay que afrontar buscando elevar nuestro nivel de juego.
Adaptarnos a los cambios, no quedarnos en las viejas costumbres como los hombrecillos de la historia sino estar atentos a los cambios como los ratones previendo si el queso se acaba y seguir adelante buscando más queso y uno nuevo. Equilibrar la idea de juego, dar pasos al frente en técnica, defensa, físico, pulir decisiones y encaminarse a una mejor competitividad; ese debe ser nuestro nuevo queso.
José Fiebig
@Josefiebig
»colonense19/07/2022 09:19
Mientras siga borro en la CABB van a pasar estas cosas. El basquet argentino viene en decadencia y la situacion economica hace que eso se profundice. Lamentablemente no hay buenos augurios para el futuro. Nos olvidamos que en el 1997 salimos cuartos de un U21 con el nucleo de lo que despues seria la GD y en el 2001 con el Lancha Delfino Boccia y otros jugadores que despues trascendieron en el profesionalismo fuimos medalla de bronce de un U21. Estamos legisimo de eso... lamentablemente
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»Kebueno19/07/2022 18:13
Lo k pasa es k a muchos chabones k juegan aca los inflan mucho y no tienen en cuenta que es un torneito chato, y cuando compiten contra formaciones de fuste demuestran lo bajo de su nivel
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»Hernán19/07/2022 21:35
Hay que incorporar nuevas herramientas para la mejora y el aprendizaje. La ventaja que implica lanzar con máquina es gigante. Se repite el tiro desde la misma posición, sin moverse, ni cambiarlo. El uso de la cancha es más eficiente, porque permite lanzar muchísimos tiros más en la misma unidad de tiempo. Y corrige la parábola del lanzamiento por el obstáculo que es la red que recoge los balones. Por decir una cosa sola.
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»Pablo21/07/2022 13:36
Por qué no se nombra a Leo Gutiérrez como un coach deficiente e inadecuado? Claramente se necesita gente preparada para el cargo. No hay nadie mejor que esté disponible?
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»charly19/07/2022 13:24
Parafraseando al flaco menotti hace unos dias y adaptandolo al basquetbol, que anotes cuando jugabas o seas campeón, no garantiza que seas buen entrenador. Algunos coaches van por la escalera y otros por ascensor. La escalera te asegura el proceso de llegar escalon tras escalon y lo que implica eso. Hay que estudiar el juego. Tener un equipo con talento te facilita las cosas y ayuda a tapar errores. Repito, la culpa no la tiene el chancho....