Seguimos en busca del sueño dorado

Un mundo de emociones fue la victoria argentina en Atenas ante Grecia. Empezó para baile y fiesta, siguió como la más profunda de las pesadillas, luego se equilibró y terminó con las pulsaciones a 180. Argentina ganó un partido inolvidable y espera al Dream Team.

En la victoria hubo de un poco de todo, pero sobresalieron dos aspectos fundamentales: La oportunidad que Rubén Magnano le dio a Herrmann y los bajos porcentajes griegos, en simples y en triples.

La polémica desatada tras la baja perfomance en cancha que muestra (y mostró una vez más) Sconochini lo pone a Rubén Magnano en el ojo de la tormenta por el cambio que hace o que no hace. Hoy el DT le dio 6:15 de vida a Hugo en cancha.

Luego de que Hugo soportara con todo el equipo lo peores diez minutos de los Juegos Olímpicos, lo sentó y no le dio ninguna otra chance, directamente lo mandó a Herrmann a la cancha. Y Walter cumplió con creces su participación, convenció al técnico y permaneció 16:35

El segundo ítem, determinante en el juego, fue los pobres porcentajes griegos en triples (6/30,20%) y simples (12/21 57%). El Técnico Giannakis, todavía debe estar lamentándose la noche que han tenido sus dirigidos, perdió apenas por cinco y abollaron el aro.

Corresponde en el relato cronológico decir que los primeros 10 minutos de la selección es para colgarlo en un cuadrito. Fue 22-14 con una máxima distancia de 10 (22-12). Ágil, rápida para usar el contraataque, buena defensa del juego interior, y gol en casi todas las posiciones. ¿Que más pedir?.Que se mantenga.

Magnano comenzó a pensar en el partido de la semifinal y realizó una rotación de cuatro jugadores y todo el banco de suplentes ingresó frió, desacertado e irresoluto. Montecchia, Delfino, Sconochini, Scola y Oberto/Wolkowyski, mostraron la peor cara de la selección en todo los Juegos Olímpicos.

Es cierto que algunas pelotas no entraron porque los Dioses del Olimpo le dieron una manito a los griegos. El balón dibujaba algún garabato raro en el aro, pin-pan-pum, pero no entraba, como si tuviera una tapa puesta. Se tardó 4 minutos y 20 segundos en convertir el primer punto en el parcial. Una eternidad

Para entonces, Grecia había igualado el tanteador y ya estaba lanzada en la carrera para dominar el juego. Sin disponer de un goleador (los 10 jugadores que entraron convirtieron y ninguno más de 7 puntos), dominó además ampliamente los rebotes (22/13), incluso los locales tomaron 8 rebotes en ofensiva, posibilitando en las segundas instancias mantenerse con vida. Suerte que la pateaban de 3 puntos (3/16).

El inicio del tercer cuarto fue parra llorar. Argentina siguió errática en ataque, pero a falta de 6:30 para el final, Rubén Magnano mandó a la cancha a Walter Herrmann, mientras Nocioni seguía protestando desde el banco de suplentes, ganándose un técnico.

Era el peor momento de la Argentina, con dos libres Grecia sacó 11: 34-45. Cuando la noche era más oscura, apareció Herrmann. El alero del Unicaja español metió 4 puntos seguidos y dio una buena mano en los rebotes defensivos. Un doble de Scola achicó a seis (41-47). Gianakis pidió minuto, pero nada sirvió para los locales. El partido había cambiando definitivamente de mano. Ginóbili se puso en onda y metió 8/8 desde la línea en el segundo tiempo.

El partido se equilibró y la presión se dio vuelta. A Grecia le falta un líder, un hombre que se cargue la enorme responsabilidad al hombro. No lo tuvo. Se dedicó sin ideas a tirar triples (3/14 en el segundo tiempo) a pesar de los retos de su entrenador. Fracasó en los porcentajes, aunque lucharon muy bien los rebotes (38/28).

Un doble con falta a “Pepe” Sánchez, más un triple del propio base, igualó el tanteador en 53 al cerrar el tercer capitulo. Historia empatada, pero por ánimo habana argentina.

En el segmento final, con más confianza, Scola volvió a dominar en el poste bajo y Argentina se sintió más segura. Aunque el parcial fue de bajo goleo (16-11).

El final fue de película, Wolkowyski, habitualmente confiable desde la línea erró dos simples a falta de 1:22 con el marcador 65-61, pero tras un tiro corto de la estrella griega, Papadopoulos, el alero Chatzivrettas clavó un mazazo de tres puntos que acercó a los locales a uno: 65-64, con 35 segundos por jugar.

En la reposición le cometieron foul a Luis Scola, con 23 segundos cuatro décimas para el cierre. “Luisto” metió los dos libres más importante de su carrera, ante la silbatina de 19 mil espectadores. En la jugada final, el propio Scola desvió el tiro desesperado de tres puntos del escolta Alvertis y “Manu” Ginóbili se quedó con la pelota final del partido que luego transformó en dos puntos desde la línea para decorar el resultado final.

Enorme, emocionante y sufrida victoria Argentina, para ubicarse entre los cuatro mejores, para seguir soñando, para ponerle la frutilla al postre.

Síntesis:
Argentina (69): Juan Ignacio Sánchez 12, Emanuel Ginóbili 13, Andrés Nocioni 4, Fabricio Oberto 13, Rubén Wolkowyski 3 (FI); Alejandro Montecchia 7, Walter Herrmann 8, Hugo Sconochini 0, Luis Scola 9 y Carlos Delfino 0. DT: Rubén Magnano. (La planilla oficial de Athenas 2004 le da 7 pts a Nocioni y 0 a Wolkowyski.)

Grecia (64): Dimitrios Diamantidis 3, Nikolaos Chatzivrettas 12, Antonio Fotsis 2, Michail Kakiouzis 5, Lazaros Papadopoulos (x) 9 (FI); Fragkiskos Alvertis 3, Theodoros Papaloukas 11, Nikolaos Zisis 1, Dimosthenis Ntikoudis 11, Dimitris Papanikolaou 0 y Konstantinos Tsartsaris 7. DT: Panagiotis Giannakis.

Árbitros: Santos (BRA) y Cicoria (ITA).
Parciales: 22-14, 29-35 y 53-53.
Estadio: Helleniko Indoor Arena (19.000 espectadores)

Pablo Tosal
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