Fin de semana de locura

Que fiesta en el Polideportivo!!!. Este Peñarol del colorado Narvarte ya le regaló más sonrisas a su gente que las que vivió en los últimos tres años. Peñarol completó una semana infernal: por 32 a Quilmes el martes, por 35 a River el viernes, por 17 y paseo a Boca anoche.

Dirá la razón que el torneo recién empieza, dirá la razón que lo mejor de un equipo se debe ver en abril – mayo – junio del próximo año. Dirá la razón que dentro de lo mucho que falta, todos los equipos van acomodando sus piezas.

Pero sabemos que la razón pocas veces oye al corazón. Y el corazón de la gente de Peñarol esta como nunca. Peñarol acertó un pleno al corazón y sacó pasajes a la ilusión del campeonato.

Que esta noche cueste lo que cueste…

Había empezado torcida la mano para el milrayitas, y dicen que el principio es la mitad de todo. Es que Boca hizo abuso de jerarquía en el primer cuarto. Leiva y Mc Cray eran dueños de la zona pintada, propia y ajena. Cuando Peñarol retrocedió sobre su Front Court para rodearlos, Sartorelli y Quinteros bombardearon la defensa desde lejos.

El cuento de la sábana corta: se protegía el juego interior, aparecían los triples. Si se marcaba en hombre ajustando el perímetro, adentro Leiva y Mc Cray se hacían un pic – nic en la primavera marplatense.

Primer cambio: Barrios por Okenwa. Segundo cambio: roce por juego. Es que Boca a falta de 2 minutos ganaba 18-31. A Peñarol le debía costar como mínimo todo el partido dar vuelta la historia.

Entonces el local cambió la cara y en la marca presión empezó a “rasparse” en todo el campo juego. Boca cayó en la trampa y comenzaron los duelos: Festa - “Tato”, Barrios - Mc Cray, Farabello – Quinteros.

El partido se hizo cortado, friccionado y hasta violento, pero Peñarol achicó la diferencia con un parcial 7-0 para ingresar al segundo cuarto 25-31 abajo.

El calor de la noche en el Polideportivo iba en aumento. Las 3000 personas se despertaron en un rugido cuando a los tres minutos del segundo cuarto Peñarol pasó al frente 32-31, con un triple de Locatelli.

El parcial no se detuvo ahí y llegó a 16-0 (34-31), que devolvió a Peñarol al partido. Otra vez la batalla estaba equilibrada. “Tato” Rodríguez le ganó por escándalo el duelo a Festa y también a Sartorelli, Boca no pudo poner la bola cerca del aro y Farabello lo secó a Quinteros.

En una acción ofensiva de Boca, el árbitro Fabi pitó correctamente una falta cruzada entre el “Lolo” y Paolo y el jugador de Boca protestó más de la cuenta: técnico, tercera falta y al banco. Sin él la sequía de Boca se hizo más intensa.

Sergio Hernández movió su largo banco y entraron juntos Wilson y Sandes. Desde ahí Boca con 5 pts de Byron y 5 de Mc Cray más una buena defensa, mataron un parcial favorable a Peñarol de 25-3 (43-34) en 6 minutos del segundo cuarto más los dos último del primero para irse al entretiempo 47-49 arriba.

Tranquilos muchachos...

“Fue clave lo que Guillermo nos habló en el entretiempo, nos dijo que no nos debíamos apurarnos, estábamos a dos puntos, defendiendo bien, y teníamos que jugar con paciencia las ofensivas”, le dijo Tato Rodríguez a Pick and Roll post partido.

Cuando Peñarol volvió del descanso fue una maquinita. Siguió con el envión defensivo del segundo cuarto, pero esta vez, abandonó la lucha y lo cambió por juego.

Mientras Okenwa se hizo gigante en su tablero (11 rebotes) se despertó en ofensiva Sherrell Ford, que sin poder ir a ver a Charly García porque tocaba al mismo tiempo en Mar del Plata, dio su propio recital. Metió 16 puntos (4/5 en dobles, 2/2 en triples y 2/3 en libres). Indetenible.

Por su lado, Boca trataba de aguantar con Byron Wilson como escolta y Malara de alero, porque Quinteros era preservado con tres faltas en el banco. Cuando el partido estaba cuesta arriba (66-59) volvió Paolo pero con pólvora húmeda (0/3 en triples) y una estampilla llamada Farabello.

Con un parcial 32-18, Peñarol ganó el tercer cuarto e ingresó al segmento final arriba por 12: 79-67.

Decía Sergio Hernández en la última clínica internacional que el problema no es errar los tiros, sino errarlos tomando los tiros que no le pertenecen a uno. Peñarol obligó a que Boca tirara todas las situaciones forzadas, incómodas, mal paradas. Nunca pudo, en todo el segundo tiempo, lanzar cómodo en un sistema fijo.

Boca se quebró mentalmente. Le sancionaron una falta técnica y una antideportiva. Pasará mucho tiempo para ver un equipo de Sergio Hernández tan perdido en la cancha, sin siquiera respuestas anímicas.

A todo esto, Peñarol, como los toreros que hacen gozar a su multitud cuando esta por matar al toro, se puso a pasar el balón en todas las direcciones hasta el límite de los 24 segundos, tomando y convirtiendo tiros hasta inverosímiles.


Que de la mano del colorado, todos la vuelta vamos a dar…

El delirio ya era generalizado, sobre todo cuando “Tato” clavó un triple de 8 metros que puso a Peñarol 93-72 a falta de 2:30.

De ahí hasta el final, los jugadores milrayitas tenían más ganas de festejar que de terminar el partido. Por más que las señas de su técnico lo obligaran a pensar, la faena estaba resuelta: habían matado al toro campeón.

Entonces llegaron los cambios, los pibes a la cancha, el vermouth con papa fritas y good show.

Síntesis
Peñarol (95): Sebastián Rodríguez 27, Juan Manuel Locatelli 17, Claudio Farabello 11, Sherrell Ford 27 y Emeka Okenwa 8 (FI) Pablo Barrios 5, Fernando Titarelli 0, Alejandro Coronel 0, Marcos Mata 0 y Maximiliano Marzilli 0. DT Guillermo Narvarte

Boca Juniors (78): Juan Sartorelli 5, Paolo Quinteros 12, Fernando Malara 12, Dwight Mc Cray 14 (x) y Martín Leiva 16 (FI) Alejandro Burgos 1, Sebastián Festa 0, Matías Sandes 13, Byron Wilson 5 y Juan Pablo Rota 0. DT Sergio Hernández.

Parciales: 25-31, 47-49, 79-67
Árbitros: Jorge Fabi – Roberto Smith
Estadio Polideportivo (3000 espectadores)

Pablo Tosal
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