Fly, Manu, Fly

El ser nacional, la idiosincracia argentina y todo lo que hace que necesitemos tomar íconos para seguir alimentando la fantasía de que somos los mejores del mundo, suele desvanecerse a la hora de chocar con la realidad que cotidianamente nos pone en su lugar. Por tal motivo las hazañas de nuestros héroes, en los últimos tiempos, suelen minimizarse como para no abrir el corazón a historias que terminen por desilusionarnos.

Sin embargo, los de Manu Ginobili es fenomenal sin exageraciones. Su presente humilla a cuanto cronista intente contar lo que realiza dentro de un campo y el significado que tiene lo que logra al respecto.

Cualquier análisis previo del encuentro, le permitía a los especialistas adelantar que sería un juego trabado, lento, de duras e intensas defensas y por consiguiente de posesiones largas y marcadores bajos. En éste contexto, los primeros minutos fueron favorables a la visita que por intermedio de Billups sacó una diferencia de 13 puntos (4 - 17) sin que Duncan pudiera lastimar en la pintura ni Ginobilli desde el perímetero. Así y todo los locales se las ingeniaron para terminar cerca perdiendo 15 - 20.

Las cosas no cambiaron demasiado en el segundo capítulo. El trabajo de Wallace sobre Duncan en la zona interior era decisivo, arrastrándolo al brillante jugador de San Antonio a jugar lejos de la tabla. Mientras tanto, a falta de Manu (un lanzamiento sobre seis intentos, por entonces) aparecieron “las flotadoras” de Parker a través de sus incursiones individuales con penetraciones jugadas ante “los piquetes de los Pistons”. Con Hunter controlado por Manu y Hamilton por Bowen, los dueños de casa lograron nivelar el encuentro y culminar la primera etapa con un magro 35 a 37 en contra.

En el complemento, las cosas se modificaron desde un cambio de actitud de los anfitriones que ajustaron las marcas y profundizaron su concentración. Fue allí en donde apareció un Ginobili más suelto, tomando protagonismo en las ofensivas, aportando 7 puntos, y colaborando en la defensa con 7 rebotes. El episodio culminó 55 a 51 para los Spurs y lo mejor estaba por llegar.

Fue en el último acto en donde surgió Manu. En donde aparecen los grandes. En donde hay que tomar decisiones y en donde las manos no deben temblar. Un concierto de situaciones de uno contra uno acompañados de una andanada de puntos (12 en este período) cambiaron el destino del juego, sacando rápidamente una distancia considerable en el marcador, que le dio a los Spurs el aire necesario para manejar los tiempos del partido hacia la victoria de 89 a 64.

“Ice Man”, “Air Gino”, “Obi Wan Ginobili”... Ya no saben como llamar al gran “Manu”. Rindiéndole tributo a la frialdad asesina del goleador de los 80 George Gervin, comparándolo nada menos que con Jordan o metiéndolo en la saga de George Lucas como el héroe más importante de la misma. Lo ciertoes que todos estos halagos no son casuales ni frutos de la publicidad mercantil. Responden a una maravillosa realidad que el propio Emanuel se encarga de reafirmar cada partido, cada noche.

Todo el mundo sabe que es una de las piezas más importantes de su equipo y el carga con esa mochila, que no es liviana precisamente. Y juega...Y demuestra...Y se transforma en el chico de una película que parece destinada al éxito....Y no defrauda...y Vuela...Vuela hacia la inmortalidad de lo histórico...Hacia lo inolvidable de lo glorioso...Fly, Manu, Fly.

Sintesis

San Antonio (89): Parker 15; Ginóbili 26; Duncan 24; Bowen - ; Mohammed 10 (fi); Horry 7; Brown - ; Udrih - ; Barry - ; Robinson 2; Nesterovic -. DT: Gregg Popovich.

Detroit (64): Billups 25; Hamilton 14; Prince 11; Rasheed Wallace 6; Ben Wallace 5 (fi); McDyess 2; Arroyo 2; Hunter 2; Ham 2; Dupree-. DT: Larry Brown.

Carlos “Cachacho” Pascual
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