Si entre hermanos se pelean

Cuadro de situación: Los clubes están hartos de los juicios laborales de los árbitros, técnicos, auxiliares de mesa, jugadores entonces buscan desde hace tiempo una figura jurídica que los proteja. La Asociación de jugadores dice que ellos no son autónomos, que pertenecen a los clubes. Esto es ni más ni menos que se hagan cargo los clubes de todo.

Antes de contar el cuentito de los dimes y diretes que trae el tema de las relaciones laborales, es bueno fijar una postura a manera de prefacio.

Entre jugadores y dirigentes siempre estaremos del lado de los jugadores. Es claro, son las estrellas y son los que uno va a ver a la cancha. Pero en el mundo profesional de las relaciones de trabajo las pautas son más claras que los argumentos que ambos esgrimen.

Supongamos que los jugadores arreglan un contrato de 10 mil pesos, por decir un número X. Ellos pretenden que esos 10 mil sea la ganancia. Habitualmente además arreglan casa y comida. El tema urticante es los impuestos… ¿Quién los paga? Aportes jubilatorios, impuesto a las ganancias, ingresos brutos.

Hasta hoy todos los impuestos corren por cuenta de los jugadores. Y hablamos que los impuestos a las ganancias en este país son elevados. Pero al mismo tiempo, Argentina es el paraíso de la trampa fiscal.

Veamos esto: En la Argentina una persona declarada sin relación de dependencia con una empresa, le otorga una factura de monotributo a una empresa. Lo hacen los arquitectos, los abogados, los contadores, los periodistas y los jugadores. Las empresas o los clubes dicen que no son empleados, de esta manera se ahorran de pagar las leyes labores de ART y demás.

De todos modos si la persona se dedica de manera exclusiva a la empresa y las facturas son mensuales, existe entre el “laburante” y la empresa una relación de dependencia directa, menos claro, para el Estado que en este tema (como en tantos) no tiene idea que hacer. O más bien si, deja abierto al juego del Vale Todo.

Por su puesto son entendibles las posturas de uno y otro. Desde esta página hemos criticado la flexibilidad de los clubes al no tener patrimonio fijo en el deporte. Es decir que los jugadores pertenezcan a los clubes, pero si así fuere, se deberían hacer cargo de todos los gastos. Entonces los clubes dicen: “Los jugadores son en si sus propios dueños, ahora que se hagan cargo ellos mismos de todos los aportes”. Se lavan las manos, miran para otro lado y si te he visto no me acuerdo.

El punto de equilibrio que se busca sería: Los clubes tienen que pagar las leyes laborales. Esto es así, los jugadores están trabajando de manera exclusiva durante una temporada para ellos, ahora bien, pero el pase le pertenece al club, no al jugador. ¿Te querés ir? Que paguen el pase.

En el medio de esta lucha clasista de trabajadores y patrones, donde todos llevan agua para su molino están las declaraciones. Los Jugadores dijeron a través de su asociación:

“El día viernes pasado en la página web de la Confederación Argentina de Básquetbol se anunciaba una Conferencia de Prensa para el miércoles 29 de junio a los efectos de formalizar la promulgación de un Proyecto de Ley por el cual se declaraba a árbitros, técnicos, auxiliares de mesa y jugadores, trabajadores autónomos.

Esta Asociación nunca fue invitada a discutir este proyecto de Ley por la CABB. Rápidamente y gracias al profesionalismo con que actuaron los funcionarios de la Secretaría de Deportes de la Nación, el día lunes fuimos recibidos por los mismos, y les solicitamos la inmediata exclusión de los jugadores en el mencionado Proyecto de Ley.

Queremos informar que lo hemos logrado, fuimos oídos y expusimos nuestros argumentos, los cuales razonablemente fueron adoptados. Los jugadores no son trabajadores autónomos.

No existe autonomía cuando un jugador debe jugar exclusivamente para un solo club. No existe autonomía cuando un jugador percibe una remuneración mensual, habitual y permanente.

No hay autonomía cuando un jugador dedica todo su tiempo para entrenar y jugar, sin poder ejercer otra actividad.

No hay autonomía cuando un jugador debe obedecer las directivas laborales impartidas por un entrenador o un dirigente de un club.-

Hoy nos invaden dos sentimientos antagónicos: tristeza al comprobar una vez más que la dirigencia del básquetbol ignora a los jugadores de este deporte, cuando por éstos, aquellos son reconocidos a nivel mundial. Felicidad por encontrar en la Secretaría de Deportes un equipo de funcionarios diligentes, pensantes y por sobre todo, justos.”

Hasta aquí el texto tal cual lo presentaros los jugadores. Ayer llegó la contestación de los patrones. La CABB unida con la ADC y la FRBCF. Mando el siguiente comunicado que ellos titularon “Una crítica inmerecida”

La Asociación de Jugadores de Básquetbol emitió un comunicado de prensa titulado “Los jugadores no serán trabajadores autónomos”, haciendo referencia al Proyecto de Ley que se presentaría el pasado miércoles 29 de junio en la conferencia de prensa anunciada por la Confederación Argentina de Básquetbol, la Asociación de Clubes y la Federación Regional de Básquetbol de Capital Federal. En ese comunicado la Asociación de Jugadores le adjudica a la CABB la responsabilidad por la autoría del proyecto de ley, quejándose de que nunca fue invitada a discutir el mismo.

En verdad, nada más alejado de la realidad. Porque el proyecto de ley al que se refiere la AdJ. no fue una propuesta presentada por la CABB a la Secretaría de Deportes, sino que la historia se remonta a varios años atrás. En efecto, el primer proyecto relacionado con este tema lo presentó el entonces diputado nacional Daniel Scioli, proyecto que nunca fue tratado por el Congreso Nacional y caducó.

Más tarde presentó otro similar el diputado nacional Ubaldo Rattin, pero siguió el mismo camino. Mientras estos proyectos dormían, los clubes, las federaciones, la AdC y la propia CABB soportaron los injustos juicios iniciados por árbitros, entrenadores, etc.

En un intento más –esperando que no siga el mismo camino que los
anteriores-, la CABB, en forma conjunta con la AdC, la FRBCF y la Secretaría de Deportes trabajaron en este nuevo proyecto, en el cual NUNCA se planteó desde la CABB, la AdC o la FRBCF la inclusión de los jugadores.

Entendemos que la lucha debemos realizarla todos. Y entre todos también están los jugadores, porque ciertamente, nadie pone en duda que son los jugadores los protagonistas de este deporte y sin ellos no existe el básquetbol.
¿Pero dónde desarrollarán sus habilidades deportivas los jugadores si desaparecen las instituciones?

También queremos expresar que así como la AdJ sintió tristeza, también la CABB, la AdC y la F.R.B.C.F. la sienten al ver a sus afiliadas directas e indirectas luchar con mucho esfuerzo por no desaparecer. Valga el caso de la FRBCF que se encuentra librada a la “decisión” de sus acreedores “judicializados”, al no poder hacer frente a una sentencia “firme” que los condena a pagar $150.000.- ante el reclamo de un “árbitro”.

Como ven, se mandan cartitas como novios peleados, pero lejos están de ponerse de acuerdo. Es un tema de mucha importancia y seguramente no es de sencilla resolución, pero si nos alejamos de la Argentina de las trampas y los negociados (que utópico), y se ponen los pantalones largos, la solución es posible. De ambos lados, buena voluntad es lo que sobra.

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar