Lo que dejó el clásico

Antes, durante y después del partido pasó de todo. En los minutos previos al encuentro Paolo Quinteros se encontraba cambiado y había firmado la planilla para poder jugar. Pero Paolo estaba suspendido. Le hicieron llegar al escolta xeneize la sanción que tenía y se marchó del campo de juego para cambiarse y mirar el partido al lado del banco de suplentes. Si el jugador del club de La Ribera firmó la planilla aunque no jugó, ¿se supone que cumplió la sanción?.

También instantes antes al inicio del clásico se podía observar que un niño de no más de diez años, acompañado por una señorita mayor, tenía la camiseta de River y se encontraba en la popular de Boca que tenía unos 200 hinchas. ¿Cómo pudo ser que el niño se ubicara en ese sector siendo que se identificaba con la camiseta del otro bando? Por suerte no pasó nada pero, son cosas que se pueden evitar utilizando sólo el sentido común.

Cuando el partido entre en el descanso largo no hubo, de casualidad, un enfrentamiento entre hinchadas. Los millonarios optaron por cruzarse con los xeneizes. La cosa no pasó a mayores pero simpatizantes de Boca le pidieron a un importante dirigente que les brinde seguridad al final del partido ya que en la temporada pasada habían tenido problemas en el Microestadio de Núñez donde algunos seguidores de la banda le pegaron hasta a una mujer.

En el momento en que ambas parcialidades cruzaron palabras, un hincha habría mostrado que en su riñonera portaba un arma. “Casi se pudre todo, por un momento pensé que se armaba y el vaguito este sacaba el chumbo” contó un hincha a la salida del Estadio. ¿Será verdad? Cacheo no hubo (como casi nunca hay). Lo cierto es que no queremos lamentar, por ineficiencia policial, que pase algo grave.

Luego de este incidente, simpatizantes de Boca le pidieron a un alto directivo que les brinde la ayuda necesaria para salir sin problemas. Y aquí se empezó a gestar los insultos y reclamos hacia este importante dirigente xeneize. “Gracias por la localía” le gritaron. Muy lejos de sus manos está la localía de Boca ya que el problema está en otro lado, en la interna de Mauricio Macri y Aníbal Ibarra.

Por otra parte, es vergonzoso que la ubicación a la prensa sea debajo de uno de los aros. No se puede ver bien y hasta se corre el riesgo de que un jugador se lleve por delante a un periodista y que se lastimen ambos o que, en caso de estar relatando por radio, se pierda la transmisión. Un problema que deberá resolver Obras y todos los que jueguen allí de local.

La única noticia buena de la noche fue que Cristian Cadillac volverá a entrar al rectángulo de juego el viernes próximo luego de su operación en el hombro derecho. Mario Guzmán podrá darle un poco más oxígeno a Bruno Lábaque y sin dudas que River se potenciará con la vuelta del joven base.

Alejandro Paredes
(aleparedes72@hotmail.com)
Especial para www.pickandroll.com.ar