“Pudo haber sido mi último partido”

Si ante Quimsa fue en verdad el último partido, Lázaro Borrell no merecía despedirse así de la práctica del básquet profesional.

El cubano, que disputó 7 temporadas en la Liga Nacional, se coronó campeón con Boca Juniors y le dio tantas alegrías a la gente de Obras Sanitarias, sigue dando que hablar a sus 35 años; aunque ahora ve de cerca su retiro.

“Pudo haber sido mi último partido. Después uno revisa las cosas y la gente que quiere a uno te pide que hagas un esfuerzo más. Por ahora fue el último”, sostuvo Borrell a Pick and Roll una vez consumada la eliminación del elenco de Núñez.

Enterado de esto, la directiva tachera puso en marcha su plan. De cara a la 2008/09, Obras le quiere ofrecer un año más de contrato y al mismo tiempo pretende nacionalizarlo. La oferta puede ser tentadora; aunque el jugador lo tratará con su familia y más adelante dará a conocer su respuesta.

Lázaro, nacido en Villa Clara un 20 de septiembre de 1972, culminó un gran temporada. Cumplió en todos los rubros estadísticos, fue pieza clave en el esquema de Bernardo Murphy y el principal referente del ataque del conjunto capitalino. La 2007/08 dice que uno de los cubanos más famosos llegó a 16.2 puntos (50.5% en dobles, 31% en triples y 82.3% en libres), 7 rebotes, 0.9 asistencias, 0.7 recuperos, 1.2 pérdidas y 0.4 bloqueos en 56 encuentros disputados.

El pico máximo de Borrell se observó en la segunda fase de competencia, momento en el cual Obras se situó como escolta de Libertad de Sunchales. Las molestias físicas lo privaron de mostrar su calidad en el cierre de la temporada y le hicieron perder la titularidad a manos de Fernando Calvi.

Borrell, elegido mejor extranjero de la Liga Nacional en la temporada 2002/03, analizó el último juego de Obras y sostuvo que: “Quimsa hizo mejor las cosas y nos superó en todos los rubros. Nunca pudimos pararlos en defensa, nos marcaron más de 90 puntos y así es muy difícil poder ganar. No puedo creer que nos hayan eliminado con un 0-3, pero Quimsa es un justo finalista. Ellos hicieron bien las cosas y hoy en día son más que nosotros”.

El ala pivot de 2m03 llegó a nuestro país gracias a un acuerdo entre Obras y el gobierno cubano. Después de recibir muchos elogios durante dos temporadas en la Liga Nacional decidió abandonar su país. Fue en el Preolímpico de Puerto Rico, donde junto con otros tres compañeros de delegación escapó.

Las vueltas de la vida lo llevaron a Estados Unidos para jugar en la soñada NBA (1999/2000). Seattle Supersonics lo contrató por dos temporadas; aunque por la primera de ellas recibió la suma de 302.000 dólares, mientras que en Cuba cobraba ocho dólares por mes trabajando como profesor de educación física cuando no jugaba al básquet.

La NBA le dio la espalda. En Seattle no fue valorado y el técnico, Paul Westphal, no le otorgó muchas oportunidades para mostrar su juego. Con los Sonics jugó apenas 19 partidos (6 como titular) en donde promedió 3.6 puntos, 2.4 rebotes y 0.6 asistencias.

La segunda temporada no arrancó de la mejor forma. Fue incluido en un intercambio que lo llevó hasta New York para defender los colores de los Knicks, aunque su figura pasó desapercibida y la NBA quedó como un viejo recuerdo.

Borrell, con su familia en Miami, recorrió el mundo y paseó su básquet por las ligas de Puerto Rico, España y Chile entre otras. Obras lo disfrutó a pleno y parece que ahí desplegó su última función.


Foto: Marcelo Endelli – www.endellifotografia.com.ar

Juan Manuel Rodríguez
www.pickandroll.com.ar