A los pies de Kobe

Es creer o reventar. Los San Antonio Spurs no puede conseguir un bicampeonato y esto es ya que en los años pares han quedado en el camino. Lo mismo ocurrió en 2000, 2004 y 2006 tras haber conseguido el anillo en 1999, 2003 y 2005. Esta temporada la historia volvió a repetirse, pero lejos de las creencias y suspicacias, los Lakers han sido claramente superiores.

Los Angeles derrotó al equipo de Emanuel Ginóbili y Fabricio Oberto por 100 a 92 en el Staples Center y se proclamó como el nuevo campeón del Oeste al cerrar la serie 4-1 para acceder a su final número 29 de la NBA, la segunda en 4 años. A lo largo de los 5 encuentros, los dirigidos por Phil Jackson fueron superiores en varios aspectos del juego: la defensa, la forma de ejecutar las ofensivas y también en rendimientos individuales puntuales.

Más allá de la diferencia marcada entre ambos conjuntos, el punto de partido fue Kobe Bryant, un jugador distinto que hace distinto a este equipo angelino. Imparable, anoche finalizó el encuentro con 39 puntos y 16 de 30 en tiros de cancha. Si el MVP muestra este nivel en la final, será muy complicado que tanto los Celtics como Detroit le arrebaten el título a los Lakers.

Lamentablemente, Manu nunca fue factor en la serie, y cuando logró serlo su equipo lo sintió y se llevó claramente el tercer partido. Pero por algo las series son el mejor de 7 encuentros, para determinar qué equipo es realmente el que merece avanzar y cual el que tiene que quedar en el camino. Y eso se reflejó en la cancha. “Ganó el mejor equipo”, reconoció Gregg Popovich. Anoche, el bahiense cerró su planilla con 9 puntos (2/5 en dobles, 1/4 en triples y 2/2 desde la línea), 7 rebotes y 3 asistencias.

San Antonio comenzó defendiendo intensamente en el primer cuarto, y dejó a los locales en 15 puntos tras 12 minutos de juego. Popovich marcaba durante la “forzada” entrevista televisiva que la clave había sido que sus dirigidos había anotado más que de costumbre. El primer tiempo fue de San Antonio; Sacó 17 puntos de ventaja (33-16) y había un síntoma de mejoría: Primero porque la defensa se hacía presente, y además el equipo contaba con el aporte de jugadores como Michael Finley (ausente desde hace meses) y Brent Barry que hacía pensar en una rotación más larga. En los primeros dos cuarto, Kobe solo lastimó con 13 puntos.

Al contrario de lo ocurrido en las derrotas previas, Tim Duncan lograba hacer su juego en la pintura. Por un lado, con su gran técnica individual en el uno contra uno, anotando y cargando de faltas a “sus” marcadores. Por el otro, generando juego en vez de chocar ante la doble marca propuesta por “L.A”. Con el de Islas Vírgenes en el poste bajo, los Spurs encontraron espacios y juego. Sin embargo, Los Angeles cerró la primera mitad abajo solo por 6 (48-42).

En la segunda mitad, los Lakers fueron otro equipo, o mejor dicho, Kobe Bryant fue otro jugador. El escolta metió 26 tantos, 17 en el último cuarto, y salvó a los suyos

cuando no encontraban la manera de tomar buenos tiros. Ni dos “Ginóbilis” ni tres “Bowens” podrían haber frenado al 24 de los Lakers.

San Antonio comenzó a recaer en el individualismo, y ya la pelota no iban tanto a la pintura. Finley tomó solo dos tiros al aro en el complemento y dejó de gravitar, mientras que Manu siguió peleado con el aro (1/6). Los locales no solo tuvieron a Bryant, sino también el aporte de los tiros oportunos de Vladimir Radmanovic (8 pts, 3/6) y el esloveno Sasha Vujacic (9, 2/4 en triples). Pau Gasol no pesó en ataque (5/15 para 12 pts) aunque tomó 19 rebotes, 9 de ellos ofensivos. Asimismo, Lamar Odom aportó 13 tantos y 8 rebotes, con 5/10 de campo.

En San Antonio, Duncan finalizó el encuentro con un triple doble, producto de 19 puntos (7/19), 15 rebotes y 10 asistencias. Tony Parker sumó 23, mientras que Kurt Thomas y Barry aportaron 11 desde el banco. Fabricio Oberto fue autor de 2 tantos, con 1/1 de cancha, 1 rebote y 2 asistencias en 17 minutos.

La NBA ya tiene su primera gran alegría, que es la de ver a los Lakers y no a los Spurs en la próximas finales. La prensa local montó en cólera luego de que el pasado miércoles la liga saliera públicamente a reconocer que sí había sido falta de Derek Fisher sobre Barry en la última jugada del cuarto partido. Pero eso ya es historia y nada podrá volver atrás. San Antonio dejará su reinado próximamente para dejarle el lugar a un nuevo campeón. Ginóbili no cerró su mejor temporada en lo individual como todos hubiésemos querido, aunque no haya nada que reclamar. Del otro lado estuvo el mejor equipo de la liga, y el mejor jugador del planeta.

Fotos: Gentileza NBA.com

Sebastián Ciano
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