Prendele una vela a Scola

Para entender el partido, hay que empezar por el final. Todo el plantel tiene la obligación de pasar por la zona mixta, el técnico Sergio Hernández pasó por atrás de los biombos con publicidades del torneo y se fue al vestuario, iba literalmente caminando a 20 cm del piso, envuelto en una nube de bronca. Todos los jugadores pasaron muy rápido sin dar declaraciones salvo tres: Luis Scola, Leo Gutiérrez y Carlos Delfino.

Cuando las cosas salen mal siempre son los líderes los que dan la cara. Los tres se plantaron sacando pecho y dijeron ante la enorme cantidad de micrófonos lo que tenían que decir en representación de todos. Diez minutos después, llegó Sergio Hernández a la conferencia de prensa, visiblemente de mal humor. ¿No es esta una escena de un equipo que acaba de perder y no de un equipo que está 4-0?

No hay dudas que a un equipo tan ganador como el argentino (y tan orgulloso) haber jugado como jugó hoy no es una buena noticia. Aunque haya ganado el partido Argentina perdió ante la zona 60-53 y dijo en perfecto ingles, el técnico “que se emplearon a fondo, dando toda su energía y que fue mérito de Jordania”.

Jamás el técnico saldrá en una conferencia a castigar a sus jugadores, pero en verdad lanzó una crítica abierta sin destinatario “No supimos leer la zona”. En realidad hubo mucho más que eso.

El primer tiempo fue un embudo que comenzó con boca ancha y se fue haciendo cada vez más angosto hasta terminar viendo el partido por un agujerito. Jordania probó dos recetas, la tradicional (hombre a hombre) y la de emergencia (zona). Una le salió muy mal y la otra muy bien. Las razones son sencillas, la ejecución argentina apostó a la respuesta habitual del triple y le salió mal. Allí se puso cuesta arriba.

Después de un comienzo muy favorable (15-4 con 5 pérdidas de Jordania en 3 minutos y medio) con mucha defensa y un Scola que hacía lo que quería Argentina tomó rápido 14 puntos de diferencia: 30-16 repartidos solamente en tres manos con 15 de Scola, 6 de Roman y 9 de Delfino. La mano venía tan liviana que Argentina cometió la primera falta cuando restaban apenas 8 segundos para que termine el primer cuarto.

En el segundo cuarto el técnico de Jordania, el portugués Mario Palma, metió a su equipo en una zona de frente par. Los jugadores de Jordania tenían un objetivo, congestionar su trapecio para que Scola no la reciba.

La defensa zonal fue descarada y sin tapujos, una zona que se practica en juveniles, que regala el perímetro con el único objetivo de conseguir el rebote. Una invitación con carta documento a que el rival tire de tres. Y argentina dio el SI con una facilidad llamativa. Ante la zona del segundo cuarto Argentina lanzó 4/14 en triples y 1/3 en dobles. Ese dato grafica lo que fue el ataque. Si argentina metía los triples ganaba por 60 y si el arquero no se movía era gol (dijo Chilavert). Argentina perdió el segundo cuarto 14-18.

En el tercer cuarto la historia cambió tácticamente para Argentina. Ahora si tuvo más paciencia para jugarle a la zona. En definitiva el básquetbol es un juego de porcentajes, se puede ganar y perder, pero la idea táctica debe ser la correcta. Sergio Hernández que miró el primer tiempo sentado, tranquilo, ya se paró y dio indicaciones moviendo el equipo constantemente conciente que el camino hacia la victoria venía en subida.

Probó con un perímetro muy bajo, con doble base, Paolo Quinteros de tres y doble ala pivote con Scola y Leo Gutiérrez, luego cambió por completo en el último cuarto y puso a Kammerichs de tres al lado de Scola y Román González. Hizo de los cambios en la rotación su panacea contra la zona. Al final resultó, porque Argentina ganó metiendo 88 puntos a favor. Las caras largas son de haber permitido que esa zona produjera una serie de contraataque del rival que fueron dagas y puñales en el corazón de la defensa Argentina.

De repente un parcial de 20-3 llevó el resultado a solo tres: 49-46. El perímetro bajo otorgó una diferencia de 10 puntos (61-51) pero Jordania tomó un par de rebotes y volcaron dos pelotas seguidas de contraataque. Ya era demasiado.

Allí decididamente empezó a jugar la personalidad del equipo argentino para hacerse cargo de una situación que se había puesto fea. Triples de Leo Gutiérrez, y Delfino más los dobles de Scola nos salvaron del infierno. Los hinchas turcos se pusieron totalmente del lado del chico pobre y razón tenían. Jordania hizo un partido de fantasía.

Yendo para adentro, vulnerando nuestra defensa individual Jordania nos puso contra las cuerdas, pero la presencia de Román González en el final impuso un poco de presencia en nuestro tablero y por supuesto Luis Scola selló el juego con sus habituales apariciones finales. El amigo Gabo Rosembaunn recordó que el de hoy (por 9 pts: 88-79) es el triunfo por menor diferencia de Argentina ante un rival asiático en la historia de los Mundiales. Con esto se cierra la crónica.

Síntesis:
Argentina (88): Prigioni 6, Delfino 18, Jasen, Scola 30 y González 6 (FI); L. Gutiérrez 9, Quinteros 11, Cequeira 4, J. Gutiérrez 4, Kammerichs 0. DT: Sergio Hernández.

Jordania (79): Wright 22, Daghles 8, Soobzokov 2, Abbas 17 e Idais 20 (FI); Alawadi 10, Alkhas 0, Alsous 0, Zaghab 0. DT: Mario Palma.

Parciales: 35-19, 49-37 y 61-55.
Árbitros: Murat Biricik (TUR), Marcos Fornies Benito (BRA) y Olegs Latisevs (LAT).
Estadio: Kadir Has Arena (3.000)

Desde Kayseri – Pablo Tosal
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