Todo x dos pesos

Atenas es el Campeón del Súper 8 2010 un torneo que dice mucho deportivamente y nada en el aspecto promocional. Siendo una estafa sentimental jugar el pedazo de partido que brindaron cordobeses y marplatenses ante un estadio repleto de butacas vacías.

El conjunto de Sebastián González fue el mejor del torneo, en el “absoluto” de los números y en el “relativo” del juego. Lo ganó de punta a punta. En la votación final por su descollante actuación Miguel Gerlero fue el MVP, y esta bien esa coronación toda vez que sin sus 31 puntos (inesperados) hubiera sido imposible que superen a Peñarol. Pero el lugar de privilegio en el equipo en realidad fue dos jugadores: Bruno Lábaque y Greg Lewis.

El primero no es sorpresa, pero si es oportuno destacar que Bruno Lábaque alcanzó una madurez importante para brindarle al equipo su capacidad y su talento. De las últimas tres temporadas, (Atenas 08/09 y Obras 09/10) esta es por lejos su mejor versión.

El propio base lo reconoce sin tapujos “Ahora se habla de mi por lo que juego”. Tal vez más tarde que otros, a los 33 años, le llegó el momento a Bruno su estado de conciencia de su injerencia en el equipo y ha logrado interpretar cuando debe tirar al aro y cuando pasarla. Su voracidad anotadora ahora esta al servicio del equipo (5.0 asistencias de promedio en el Super 8 y la Liga).

El problema general de todos los bases con gol es discernir los momentos en que el partido necesita de su producción ofensiva. Lábaque esta leyendo mucho mejor los juegos. Interpreta cuando debe “mimar” a los tiradores y cuando los usa de “engaño” para sus propios puntos. Cuando Lábaque salió de todos los problemas físicos de la pretemporada se hizo determinante. Hoy vuelve a ser uno de los tres mejores bases de la competencia.

El segundo punto en importancia es el ingreso de Greg Lewis en el equipo. En principio este ala pivote no tuvo que ver con la gran performance que el equipo ya venía cumpliendo, sino que ingresó en el marco de una estructura que ya estaba funcionando. De todos modos es innegable que sin él no salían campeón del Súper 8.

Fue el goleador de su equipo en el torneo (18.0 pts), el mayor rebotero (7.7) el de mayor valoración (21.7) y el segundo en cantidad de minutos (30:34). Si Gerbaudo no estaba lesionado Lábaque no hubiera jugado tanto (33:27), siendo Lewis (un jugador que tenía reemplazo natural) quien más hubiera jugado.

Con este análisis de números quiero significar que el técnico Sebastián González detectó su importancia en el juego. Tener una buena dupla de foráneos es vital para crecer como equipo. A partir de la estadía de Lewis en el equipo, James Williams juega de “arquero”. Vale decir, la presencia del ala pivote en el juego interior lo deja a Williams como última línea defensiva y no como la única, formando un Front Court muy poderoso para asegurar el rebote y alejar la pelota del canasto de la ofensiva rival.

Luego la producción ofensiva de Lewis fue sencillamente perfecta. Sus números hablan por si solos, pero en el juego además se vio un plus. Tomó decisiones de 4 y 5 metros propios de un ala pivote. Una de sus puntos flacos era justamente su falta de tiro de media distancia, cuando la defensa se cierra mucho. Balón en mano y de frente al canasto demostró por que le dicen la “bestia”. Enterró un par de balones de modo espectacular.

Lewis no parece un “cuatro” moderno, ya que no toma tiros de tres puntos y las defensas se irán cerrando cada vez más “regalándole” el tiro. Pero con la astucia del equipo y sobre todo de Lábaque jugando a lo “Stockton y Malone”, hacen del uso del Pick and Roll una verdadera arma indetenible.

Matías Lescano y Miguel Gerlero alternaron el protagonismo que necesitaban la regularidad del base y el ala pivote como complemento. Lescano fue de mayor a menor (24, 14 y 5 pts respectivamente) mientras que Gerlero lo hizo al revés (6, 8 y 31 pts). Con la amenaza de uno, crecía la producción del otro. Se supone que Gabini le quitará minutos a los dos siendo su ingreso al equipo en la función del tres/cuatro.

Atenas jugó este torneo con dos jugadores menos (Gabini aún no llegó a debutar) y en ambos casos se trata de jugadores que suman varios minutos en la estructura de equipo. Diego Gerbaudo (16:12) y Juan Manuel Rivero (27:53). Todos estos contratiempos, las lesiones, la falta de un extranjero que se acople a Williams, la llegada de Gabini y su inmediata lesión no hicieron más que fortalecer el grupo, sacar a relucir las voluntades y otorgar chances de minutos a quienes tenían asignados una tarea estrictamente de rol. Miguel Gerlero por caso, no fue contratado para ser goleador.

Es verdad que nadie daba “Dos pesos” por este Atenas. Pero como se recordará fue el propio presidente de la institución el que se encargó de hacerlo saber. Atenas pasó de “ofrecerle un 25% de aumento a todo el equipo sub campeón de la liga pasada” (tal como dijo Felo Lábaque) a ser el “equipo más pobre de la liga” (Lábaque dixit). Sumó un técnico debutante en la categoría que venía del TNA, armó un Cuerpo técnico nuevo, trajo a dos jugadores TNA (Gerlero y Mariano García) y apostó a equipo con tres extranjeros. Bruno venía de una temporada de sombras en Obras y el que debía escolta titular era habitualmente suplente. La incorporación estrella era un jugador que volvía de Europa siendo una incógnita.

Finalmente es bueno destacar el tema de la apuesta que Atenas hizo con algunos jugadores respecto a los valores que aparecen en el TNA. Esta circunstancia actual es hija del crecimiento de la Liga y no del TNA. Hace 10 años cuando 300 jugadores se fueron de la Argentina, los clubes de Liga debieron utilizar hasta jugadores que venían de liga “B”. Ahora que el proceso es inverso y han regresado más de 50 jugadores “top” en las últimas 5 temporadas, el TNA se nutre de los jugadores que la “A” no puede tomar.

Así es como la segunda categoría del básquetbol argentino vuelve a ser competitiva. En el marco de ese crecimiento, Gerlero, García, Espinoza, Safar, Elsener son los ejemplos de la coyuntura explicada. Hace 5 años atrás el TNA era una categoría devastada. Hoy vuelve a tener el caldo de cultivo del cual erigieron Paolo Quinteros, Diego García, Eduardo Villares, Javier Bulfoni, como figuras TNA que llegaron a ser figuras de “A”.

Pablo Tosal
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