La utopía de no jugar un mundial

Muy difícil de digerir todo lo que pasó en Mar del Plata. La derrota, eliminación, el festejo de dominicana, no controlar la diferencia, perder con un equipo que es prácticamente lo mejor que tenemos y simplemente no cumplir el gran objetivo: Jugar un mundial de básquet, algo que debería ser mínimamente normal en nuestras vidas ya no lo es.

Será tema de conversación todo lo que pasó del 2019 al 2023 pasando de ser subcampeones del mundo brillando en nuestro esplendor post generación dorada a semejante derrumbe más allá de la ultra paridad del torneo y tener tantos equipos involucrados por pocos boletos. De todas maneras el dolor es tremendo, sobre todo en la localía y la presencia de baluartes de excelencia dentro del plantel.

Más allá de todo eso, pasaron 41 años del último mundial que Argentina no disputó. Mucho tiempo para luego acostumbramos a llegar, competir, pelear de lleno, derribar gigantes e instalarlos entre los mejores. Hoy no somos los peores pero habrá que poner primera e ir desde cero para intentar no dejar de poner parches y saber como avanzar con pasos más claros y fuertes.

Hubo cuatro competencias mundiales donde Argentino participó, antes que en 2023. El primero de ellos fue en 1954 luego de ser campeones del mundo. El equipo decidió no asistir luego de diferentes cuestiones política que cambiaron el rumbo de semejante generación. En Brasil hubo ocho equipos de América y el campeón fue Estados Unidos.

En 1970 en Yugoslavia con la presencia de 13 selecciones, cinco de ellos de América. Salió campeón el local, segundo fue Brasil y tercero URSS. En 1978 tampoco participó el equipo, ¿Qué país lo organizó? Filipinas, increíble. De nuevo cinco elencos de América y Yugoslavia como campeón. Y finalmente el último (hasta ahora), Colombia en 1982 con cinco países de América incluido el local. Las súper potencias finalizaron en el podio, siendo campeón URSS y completando Estados Unidos y Yugoslavia.

Y llegó el 2023... ¿Quién lo diría no? Pero aquí estamos, sin jugar un mundial y aún con el dolor atragantado... Algo tan habitual y normal hasta los últimos tiempos...

José Fiebig

@Josefiebig