Sufrió más de lo que jugó

Sobraron emociones en la noche de Once Unidos. Peñarol no jugó bien. Hubo un gran mérito de Lanús en dicho sentido, pero también un desmerito propio del local que sin Román González (esguince de rodilla) en cancha, tardó un tiempo para encontrarle la vuelta al partido.

Pocas veces en la temporada la ofensiva de Peñarol lució tan trabada como anoche. Fue desprolijo, irresoluto, hasta se podría decir que se vio falto de confianza. Lanús llegó a Mar del Plata con un buen plan y lo fue ejecutando correctamente. A medida que pasaban los minutos se fue sintiendo más cómodo y Peñarol más presionado.

El arranque hacía presagiar una paliza milrayitas, lo que seguramente las casi mil personas fueron a ver. Un Byron Johnson incontenible (8 pts con 100% de cancha) ayudó a una distancia inicial 15-6 a falta de 5:30.

Desde allí la historia se dio vuelta por completo. Lanús ajustó su defensa. Brilló Funes sobre Jackson y Alloati con Wendell Gibson se encargaron de Reinick y Johnson. Mientras Taylor entraba y salía del banco, fastidiado con él mismo, con el técnico o con vaya a saber Dios. Pero su papelón estaría por llegar.

Entre Funes (7) y Gibson (6) se combinaron para hacer 13 puntos en fila y con un parcial 2-13 quedarse con el primer cuarto (17-19). El parcial no terminó ahí Peñarol siguió perdido en ataque en el inicio del segundo cuarto y no anotó en los siguientes tres minutos. En total en 8 minutos la corrida para Lanús fue 2-20.

Tenerlo a Peñarol por 8 minutos convirtiendo apenas dos libres, sin tiros de cancha, no es una tarea que deba adjudicarse toda la defensa. La verdad el milrayitas conspiró contra sí mismo en los peores 20 minutos del campeonato.

Sergio Hernández rotó el banco, probó con diferentes alternativas pero nada cambió. Fue Jackson de alero, hubo presión todo el campo. Picarelli y Muruaga tampoco entraron bien al juego. Diez metió el primer triple y luego se desdibujó, tanto como su equipo.

Lanús por el contrario, tuvo respuestas en Laprovítola, Alloati y Olmedo viniendo como suplentes. Repartió 20 puntos en 7 jugadores en el segmento y aseguró el rebote en su tabla. Así se llevó el primer tiempo 33-39.

El segundo tiempo tuvo una sorpresa de movida. Lanús saltó al campo sin Terrell Taylor, quien apareció vestido de civil, ya cambiado para irse, se sentó en el banco y no quiso jugar más, dejando a su equipo muy condicionado a tener que pelear sólo con Alloati y Gibson en el juego interior todo el segundo tiempo. El pivote extranjero estaba enojado con un cambio que metió el entrenador Castiñeira y ofendido como una criatura de 6 años no quiso seguir jugando.

Así allanó un poco el trabajo de los pivotes de Peñarol. De hecho Alejandro Reinick fue quien mejor aprovechó su ausencia con 8 puntos en el tercer cuarto. Byron Johnson se hizo importante en las tablas nuevamente y Gibson (0/3 de cancha) lucho en desventaja.

De todos modos gracias a la extraordinaria tarea de Fernando Funes (11 pts), Lanús siguió al frente todo el tercer cuarto. El escolta cordobés enloqueció él sólo a la defensa local, y se dio el gusto de frenar en defensa a David Jackson. Una tarea completa como para guardar en video.

El cierre del tercer cuarto trajo la gran polémica de la noche. Peñarol perdía 46-52 cuando restaban apenas un minuto. Pero con un doble de Byron Johnson y un triple muy exigido de Alejandro Diez logró ponerse apenas uno abajo 51-52 a falta de 5 segundos. Los jugadores de Lanús hicieron una rápida salida desde el fondo para correr la cancha en lo que sería el último avance del tercer cuarto. Pero Alejandro Diez se interpuso en el camino de Nicolás Laprovíttola, dio la sensación que lo empujó con su cuerpo y lo sacó de la cancha. Los árbitros le dieron la pérdida y la reposición en el lateral (en el centro de cancha) para Peñarol.

De allí otra polémica (y más grande), con apenas 8 décimas de segundos por jugar, según el reloj, Pepe Muruaga recibió de espaldas, se dio vuelta, hizo un paso largo y lanzó desde 9 metros. La pelota pegó en el tablero y entró. Al frente Peñarol 54-52 cuando cerró el tercer cuarto.

Todos los jugadores de Lanús y el técnico se les fueron encima a los árbitros, por la falta a Laprovíttola y sobre todo por la imposibilidad que Muruaga haya podido hacer todo lo que hizo en apenas 8 décimas de segundo. Pero marche preso.

Esa jugada acaso haya descalibrado a Lanús que venía haciendo un gran esfuerzo pero muy prolijo. En el último cuarto comenzó a sentir el desgaste de jugar solo con dos internos; se hizo evidente la ausencia de Taylor y Peñarol comenzó a construir su victoria. A los ponchazos, pero se vino con lo que tenía.

Hernández probó primero con Jackson de base, luego rotó permanentemente la media cancha completa. Tiró presión todo el campo, y la defensa de Peñarol se endureció para ganar el partido. Lanús se quedó sin juego, comenzó a forzar todos los lanzamientos y lógicamente a errarlos.

Cuando restaban apenas 1:40 para que termine el partido la historia se había dado vuelta por completo. Peñarol dominaba 65-56 con un parcial 11-4. Los granates apenas habían convertido 4 puntos en más de 8 minutos. De todas formas el cierre traería más emociones. Apuró Lanús la salida de Peñarol robó un par de balones y con un triple de Ronald Ramón se puso apenas 1 abajo (66-65) cuando restaban 11 segundos.

Picarelli repuso desde la mitad de cancha casi al límite de los 5 segundos, la recibió Jackson que fue parado con falta. El escolta foráneo metió los dos libres (68-65) y en la última acción de la noche, Ramón se jugó un costa a costa con tiro de tres incluido que pegó en el aro y salió.

Síntesis
Peñarol (68): Sebastián Rodríguez 8, David Jackson 14, Marcos Mata 2, Byron Johnson 16 y Alejandro Reinick 12 (FI); Alejandro Diez 6, Lucas Picarelli 3 y José Muruaga 7. DT: Sergio Hernández.

Lanús (65): Ronald Ramón 5, Fernando Funes 21, Diego Prego 11 (x), Wendell Gibson 10 y Terrel Taylor 2 (FI); Alejandro Alloati 9, Julián Olmedo 3, Nicolás Laprovittola 4 y Juan Pablo Sánchez 0. DT: Alvaro Castiñeira.

Parciales: 17-19, 33-39 y 54-52.
Árbitros: Roberto Settembrini-Raúl Imosi.
Estadio: Once Unidos (1000 espectadores)

Foto: Majo Gil (mjgil@pickandroll.com.ar)

Pablo Tosal
www.pickandroll.com.ar


El Rojo arrancó con todo

Independiente derrotó nuevamente a Estudiantes de Bahía Blanca por 90 a 80 y se mantiene en la segunda posición. Cedric Moodie fue el goleador del Rojo con 33 puntos, acompañado muy bien por Brice Assie con 25.

Neuquén - Independiente logró una importante victoria como local ante Estudiantes de Bahía Blanca por 90 a 80 y comenzó con dos triunfos en igual cantidad de presentaciones en la segunda fase de la Liga Nacional de Básquet. Con la victoria el conjunto neuquino se mantuvo detrás de Atenas de Córdoba con 14,5 puntos, aunque tiene un partido más.

Con un gran trabajo colectivo y perdiendo a Federico Marín desde el inicio, Cedric Moodie y Brice Assie fueron los estandartes de la victoria con un alto goleo. Agustín Carabajal y Leandro Lauro aportaron lo suyo desde la base. Ahora queda descansar y esperar por el retorno de la liga que se producirá dentro de 15 días -luego del Super 8-, ante Quilmes el 5 de diciembre.

Los dos equipos comenzaron erráticos en los primeros minutos del partido. La ansiedad era superior a la efectividad. Los extranjeros del Rojo -Moodie, Assie y Scales- marcaban la diferencia y mantenían a los neuquinos siempre arriba en el marcador. Por el lado de Estudiantes, Edward Nelson era la carta de gol.

Moodie no podía ser tomado por la defensa del Albo y facturaba de dos y de tres. Richotti no encontraba el equipo y utilizó toda su plantilla mayor en el primer cuarto, en el que el Rojo tomó su mayor diferencia de 9 puntos. El final fue 22 a 15. Federico Marín tenía problemas físicos y le dejó su lugar a Martín Melo.

El segundo parcial fue totalmente diferente, porque hubo menos errores y los de Mauricio Santángelo comenzaron a mostrar superioridad, con el escolta extranjero en otra dimensión, acompañado por una gran defensa roja y por Assie.

Independiente llegó a sacar 15 pero tras el minuto del banco bahiense, los de la Capital del Básquet metieron un parcial de 7 a 0, con Jamal Levy en el poste bajo. El binomio Moodie (23)-Assie (14) se mantuvo efectivo y el Rojo llegó al descanso largo con 13 de luz (50 a 37).

El tercer parcial tuvo a Moodie otra vez como el abanderado del conjunto local. Comenzó con una serie de siete puntos para estirar diferencias. Aunque el visitante trabajó mejor en la defensa, apretó en toda la cancha y eso le dio réditos.

Con Juan Manuel Rivero y Nelson, Estudiantes comenzó a acertar en ataque y metió un parcial de 8 a 0 para acortar distancias. La reacción de los neuquinos llegó de la mano de Leandro Lauro, quien antes de sentarse en el banco convirtió un triple para volver a darle respiro al local.

El cierre volvió a mostrar un buen trabajo de la dupla Assie-Moodie, con alley up incluído, para cerrar con una diferencia de 11 a favor (71 a 60).

En los 10 minutos finales el que comenzó mejor fue Estudiantes, que llegó a acortar a cinco las diferencias (71 a 66). Luego el Rojo volvió a acertar en ataque y volvió a estirar a 11.

Nelson mantenía en juego a la visita y Moodie seguía anotando desde todos los sectores. Un triple de Melo -buen trabajo en defensa- sobre la chicarra comenzó a cerrar un encuentro que se complicó poco y en el cual el Rojo volvió amostrar superioridad ante los bahienses.

Síntesis
Independiente (90): Agustín Carabajal 7, Cedric Moodie 33, Martín Melo 6, Brice Assie 25, Jervaughn Scales 16 (FI); Pablo Heit 0, Santiago Fedele 0, Leandro Lauro 3, Nathan Mielke 0. Entrenador: Mauricio Santángelo.

Estudiantes (90): Pedro Franco 7, Juan Cangelosi 7, Juan Manuel Rivero 10, Jamaal Levy 12, Edward Nelson 25 (FI); Leonardo La Bella 2, Leandro Cecchi 3, Lucas Bianco 5, Tarrie Monroe 9. Entrenador: Marcelo Richotti.

Parciales: 22-15, 50-37, 71-60
Árbitros: Fernando Sampietro Y Oscar Brítez
Estadio: Ruca Che (Neuquén)

Crónica y foto: Diario La Mañana de Neuquén.